Continuación de ''Steve Rogers 1.5'' espero les guste.
E
l día en la base era aburrido, ser hija de Tony Stark tiene sus ventajas y sus desventajas, pero unas ganaban a otras.
Ser una Stark no quiere decir que yo sea toda una ingeniero como mi padre, al contrario, no tenía idea de sistemas ni de cosas de mecánicos.
Pero eso si, soy una excelente doctora y por eso estoy en la base. Papá y yo juntos somos los mejores en todo.
—¡Doctora Stark!— Escuche el grito de súplica desde la entrada de mi consultorio.
—¡Adentro! — Respondí, pero la escena me dejó paralizada.
Nat y Falcon cargaban a Steve Rogers, quien estaba empapado y realmente lleno de sangre.
—Falcon— El aludido volteó, con la mirada llena de preocupación— Ve por papá, dile que necesito ayuda.
Salió corriendo mientras yo me preparaba para extraer las balas de su cuerpo y sanas lo mejor que podía las heridas.
—¡Estoy aquí! — Gritaron a mi lado, un hombre, totalmente desconocido para mi se puso los guantes, listo para trabajar en Steve.
—¿Quien mierda eres tu? — Pregunte apartando sus manos del pecho desnudo de mi ex.
—Ah.. Pues soy Hank— Su cara hacia ver que es un nerd y que jamás había hablado con las chicas.
—Parta tus manos de partes vitales de este hombre— Dije rodando los ojos y siguiendo con mi trabajo — Y has lo que yo diga.
Trabajamos por largos minutos, quizá horas, los lentes resbalan de mi nariz gracias al sueños, Hank me ayudaba a subirlos en su lugar.
Después de mucho tiempo, finalmente logramos ''sanar'' las heridas de Steve, gracias a los aparatos que papá había creado para mi.
Limpié mi sudor de la frente con el dorso de la mano, me quite los guantes y me deje caer en una silla.
—Eso es increíble ¿Como sano tan rápido? ¿Es magia? — Reí por la ternura que me causaba.
Me quite los lentes y lo miré.
—Papá es un genio con la tecnología— Hank me miraba con sorpresa — Él, con mi ayuda hizo esto, una esfera que ayuda a regenerar los tejidos, su nano tecnología también puede ayudar a reconstruir partes corporales, pero estoy lejos de igualar un hueso.
El chico seguía mirandome, jamás nadie me había visto con tanta sorpresa e intriga en su rostro.
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—Tienes unos ojos hermosos...— Murmuró a lo que yo sonreí apenada. Steve se empezó a remover de forma incómoda.
Enseguida me levante, pensé que sucedía algo malo. Ambos nos acercamos para poder ver mejor lo que ocurría.
—...Peggy...— Suspire pesadamente sin darme cuenta.
—¿Él era algo de ti? — Pregunto y nos dejamos caer en sillas distintas.
—Era...— Suspire — Pero no pudo olvidar a una mujer de su pasado...
—Y tu que eres hermosa...— Susurro pensando que no escuchaba.
*
Seis meses después
Corría con Hank detrás de mi, no podía parar de reír.
Me alcanzo después de unos minutos, me cargo en brazos y me dejó caer sobre él en el pasto.
Jamás en mi vida había reído tanto como en ese momento.
Más sin en cambio, Steve siempre pasaba por los pasillos donde yo, aún que no tuviera por que pasar por ahí, él lo hacía.
Reía junto a Hank, todo el tiempo estaba intentando hacerme reír, eso era algo que me encantaba de él.
Me acosté a su lado en el pasto, me miraba como si fuera la primera vez.
—¿Sabias que eres la mujer más hermosa del mundo? — Reí otra vez, sentía mi cara arder de pena.
—Gracias por todo, Hank— Me acerque a él y le besé la mejilla, enseguida se puso colorado — Jamás había conocido a alguien que le gustará tanto escuchar mis historias.
El río con ternura, cosa que me hizo reír aún más.
—Gracias a ti, por ser la mujer más hermosa— Me tomó de la barbilla y me hizo mirarlo, a sus hermosos ojos de color — Y la mujer a la que tanto quiero.
La distancia empezó a ser más corta, sentía mi corazón latir con rapidez, sería la primera vez que nos besaramos en seis meses.
Seis meses donde Hank había hecho hasta lo imposible para hacerme sonreír y hacer que nuestros momentos fueran sumamente preciosos.
Sus labios comenzaban a rozar los mios, hasta que alguien se aclaró la garganta frente a nosotros.
Nos separamos de golpe y nos sentamos como si nada estuviera pasando.
—Doctora Stark— Steve estaba frente a mi, con una cara de pocos amigos que seguro nadie le iba a quitar.
—¿Rogers?
— El doctor Banner pide su presencia en el laboratorio, tiene problemas con el Arca de regeneración— Asenti mientras Hank me ayudaba a levantarme.
Di un beso en la mejilla de Hank y camine junto a Steve Rogers, el ambiente entre nosotros era lo que le seguía de pesado.
Entremos a las instalaciones y me apresure a llegar con doctor Banner, sobre todo si el Arca de regeneración estaba fallando.
Steve me detuvo del brazo y antes de lo que podía contar, me había encerrado en una sala de juntas.
—¿Steve? — El me miro, podía ver bajo sus azules ojos un par de bolsas mostrando su cansancio y tristeza.
— Te extraño y no puedo verte con Hank — Su expresión estaba más demacrada de lo que había pensado.
—Steve...yo...— Y sin más me beso, no supe responder y el lo sintió.
— No mires a Hank como me mirabas a mi — Me dio otro corto beso y salió de la sala, dejándome totalmente aturdida.
