Henry Philip

1.9K 62 6
                                    

Los experimentos nunca acaban, siempre hay algo nuevo que hacer a las personas.

O eso quería creer yo.

Me tenían encerrada en una jaula, junto a más personas, un diariamente se llevaban a uno, uno que jamás volvía a bajar y era reemplazado por otra persona.

Había un hombre, un doctor al parecer, él era mi único amigo, el doctor Philip.

Hasta que me llevo con él...

No sentía mis piernas, tanto tiempo aquí sin poder caminar, creo que ya no sabía cómo hacerlo.
Philip llegó a mi celda, con la peor cara de arrepentimiento que jamás hubiese visto.

—Lo lamento— Dijo con sus labios pegados a mi oreja, sentí mi corazón latiendo con rapidez, a pesar de lo que estaba por pasar, él me seguía gustando.

—Yo lo lamento más...— Me llevaba en su hombro, mientras yo me acostumbraba a mis pasos.

Llegamos a un lugar, con una única silla en el centro, cientos de aparatos haciendo ruidos incómodos y muchas personas alrededor.

—Señorita Solange...—Un doctor frente a mi tenía una inyección de color azul.

—A la mierda...—Susurre.

—Qué así sea — El doctor saco una increíble sonrisa, algo que jamás había visto en una de estas malditas personas, más que Philip.

Me inyectó el líquido azul y después el resto de las máquinas se conectaron a mi cuerpo, enseguida empezaron a suministrar más líquidos, cosa que me hizo gritar.

Sentía mi garganta descartarse, mi vista se nublo y la luz roja inundó toda la sala. Gritos se escuchaban, algo apagados, pero los escuchaba.

—Hank...—Susurro tomando su mano.

Lo último que vi fue un destello plateado atravesando a alguien y la mirada preocupada de Hank.

Una semana después.

La respiración comenzó a faltarme, intente jalar un poco de aire, pero no me era posible. Comencé a hiperventilame, gemia por aire, pero Bada funcionaba, no podía abrir los ojos ni mover mi cuerpo, sentí como algo pinchaba mi brazo y entonces desperté.

Di un pequeño brinco, sujetandome de aquel que estaba frente a mi, me abracé con fuerza, sin reparar en lo que había pasado, hablaba aire con fuerza, me sentía a morir.

—Tranquila...shhh...

—Hank...— Me separé de él para ver mis manos.

Hematomas de color azul aparecían y desaparecían.

—¡Logan! —Vi gritar a Hank, Logan apareció enseguida, con sus afiladas garras apuntando a todos lados.

—Solange...— Lo escuche susurrar—Tranquila, todo va a estar bien.

Sentí arcadas, Hank me dio un balde en el cual descargue todo de mi interior, para mi sorpresa, esto también era azul. Sentía mi cara arder.

—Su cuerpo rechaza el suero y este se resiste a quedarse. — Hank movía todo en los aparatos a mi alrededor, que saltaban ruidos irritantes.

—La perdemos...— Todo en mi vista se ponía azul ¿Que estaba pasando?

—Hank...— No veía nada, todo era azul, así que estire mi mano, enseguida alguien la tomó.

—Tranquila, Solange, te curaremos.

Las máquinas hicieron silencio de pronto, mi vista comenzó a mejorar, pero mi cuerpo ya no respondía.

One Shot MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora