One Shot Marvel

TONY STARK

Aquí el one shot para el segundo comentario, iré subiendo conforme me llegaron los comentarios, así que no desesperen, todas tendrán el suyo. Sin más, disfruten.

México, cuanto te había extrañado.

El tiempo en que estuve en Nueva York para ayudar a los Vengadores fue largo, un año, un año en el que me había encariñado de todos y cada uno de ellos.

Sobre todo de Tony, Tony Stark.

Caminaba por las calles de Polanco, veía a la gente corriendo de aquí a allá, muchas personas asiáticas ¿Porque habría tantas aquí?

Entregue mi boleto del Museo al hombre de la entrada y me adentre.

El famoso Museo Soumaya de Carlos Slim, nunca había podido venir, pero todo el tiempo que trabaje en S.H.I.E.L.D. Me había dado el dinero posible para visitarlo.

Sexto piso del Museo, muchas esculturas, todas en negro, se abrieron paso ante mi. Por suerte, hoy había pocas personas ¿Acaso es por que hoy México estaba jugando en el mundial?

Me paré frente a una escultura, unas manos tomadas juntas, me encantaba.

—Llevas al menos veinte minutos viendo esta escultura— Me sobresalte al escuchar esa voz, sobre todo, que alguien hablara inglés por aquí— ¿Te ha gustado mucho?

—Me ha encantado...

—Quizá yo pueda...

— Tony— Lo voltee a ver, se veía tan guapo en su traje— No compraras ninguna escultura de aquí.

—Tu inglés es malo— Me reí de su español, me agradaba que hubiese aprendido mi idioma.

—Tu español es peor— Ambos reímos.

Estuvimos hablando a gusto, a él le encantaba todo lo que había en el Museo, una que otra chica lo reconocía y se tomaban una foto con él.

—Aún no me has dicho — Nos subimos a un auto Seat que había rentado y nos quedamos viéndonos. — ¿Porque has venido?

Miro al volante mientras sonreía.

—Te extrañaba...

—Sólo tiene una semana que me fui— No podía esconder mi sonrisa, esto era adorable.

Me tomó de las mejillas, las cuales se pusieron coloradas por su cercanía.

—Tu me gustas, Melany— Me sonroje aún más, ¿Esto era de verdad?

—Yo...Tony....—No pude seguir.

Los labios de Tony estaban sobre los míos, besandome con toda la ternura que había en su interior.

Nos miramos después de aquel beso, aún mantenía mis ojos cerrados, esa era la mejor sensación de la vida.

—¿Esto es de verdad? Tony— El me miró y sonrió.

—Esto es más que verdad— Me dio un pequeño beso y yo sonreí.

Finalmente puso el auto en marcha y fuimos camino al hotel donde se estaba hospedando.

Esto parecía irreal.