STEVE ROGERS

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ADVERTENCIA: Capitulo muy sad :'v 

Me gustaba correr a un lado de Steve, era un reto para mi, el super soldado corría mil veces mas que yo, quizá yo solo quería igualarlo. 

  — ¿Porque siempre que corres estas mirándome? —  Pregunto con la voz algo cortada. 

— Por que eres guapo—  Solté sin pensar, ambos nos pusimos rojos, yo reí—  y por que quiero igualarte. 

— Haces buen esfuerzo. —  Ambos sonreímos. 

Nuestra amistad era así, todos sabían que nos gustábamos, incluso nosotros, pero nunca hacíamos nada por estar juntos. 

— ¿Una pelea? — Pregunte divertida mientras caminaba hacia el cuadrilátero. 

— No golpeo mujeres—  Respondió en la misma forma que yo.  

  — Solo tienes miedo de perder—  le guiñe un ojo y fue entonces cuando subió. — Ponte listo, Rogers. 

 Justo cuando termine de hablar, él me soltó un puñetazo que alcance a cubrir con ambos brazos formando una "x", rió de forma arrogante. 

  — Creo que eso debí decirlo yo...—  No lo deje terminar, yo solté dos puñetazos, uno hacia su cara, el cual cubrió y otro a su estomago, el cual le saco un poco el aire. 

Sonreí con suficiencia. 

Solté una patada a su costado pero alcanzo a sujetar mi pierna, dio una vuelta en el piso y me llevo con él, dejándome aplastada por su peso. 

  — ¿Gane?—  Dijo sonriendo. 

— Sabes que no—  Enrolle mis piernas en su cadera y gire, quedando yo arriba esta vez. — ¿Así de fácil es vencerte? 

El estaba por moverse, pero sujete mas fuerte y tome sus muñecas para ponerlas sobre su cabeza. 

— Sabes que no.—  Y aun en esa posición, volvió a girar, haciendo que quedara abajo, con las piernas en su cadera y las manos agarradas por una suya por encima de mi cabeza. 

Intente moverme, pero entonces dejo caer su peso sobre mi, comencé a moverme mas fuerte, pero lo único que logre es que mi pelvis rozara con la suya y ambos nos pudiéramos rojos. 

Lo mire a los ojos, él ya lo estaba haciendo, el color rojizo en sus mejillas lo hacia ver tan adorable. 

Sin mas, se acerco a mi y beso suavemente mis labios. ¡Dios! nadie me había besado con tanta dulzura. 

Su agarre se aflojo, permitiendo moverme, pero yo no lo quise hacer. 

Al separarnos, sus ojos azules cayeron sobre los míos, ambos sonreímos. 

  — Había esperado mucho por esto—  Dije con una sonrisa. 

— No sabes cuanto había esperado yo—  Ambos reímos, entendí su referencia. 

Escuchamos ajetreo fuera del gimnasio, por lo que se separo de mi y me ayudo a levantarme, segundos después muchos agentes entraron, todos apuntándonos con sus armas. 

  — ¡Steve Rogers!—  Yo conocía esa voz. —  Quedas arrestado por violación a la ley. 

— Rumlow—  Dijo Steve con tranquilidad.—  Sabes que eso no pasara. 

Ambos comenzamos a golpear a los agentes, yo no tenia super fuerza, ni ninguna habilidad especial, solo era una agente mas en el área informática, pero no tenia nada de especial, entrenaba para un momento como este, para no ser una damisela en peligro.  

Yo a penas habia dejado a dos tendidos, cuando Steve ya llevaba como cinco, me detuve un segundo, mas hombres se acercaron al soldado, pero este no se dejaba, fue cuando vi a Rumlow, apuntando hacia Steve. 

Corrí y de un salto estaba en el cuello de Brock, ahorcándolo con tanta fuerza tenia, el comenzó a moverse para que yo cayera y cuando lo logro, apunto hacia Steve, que ya había acabado con todos. 

Miraba el arma, con los brazos arriba, yo me levante y me coloque a su lado. 

  — Esta vez no vas a ganar, Rogers. 

— Ya lo hice—  Devolvió Steve, haciendo enojar a Rumlow. 

De ahí, vi todo en cámara lenta. 

Rumlow disparo el arma, reaccione tan rápido que di una patada a Steve, haciéndolo caer, la bala se incrusto en el centro de mi estomago, haciendo que soltara un grito. 

Brock corrió a donde yo estaba, saco un cuchillo y lo enterró con fuerza en mi hombro, volvi a gritar, así como lo metió lo volvió a sacar, haciendo que chorros de sangre salieran disparados. 

  — No nos harás sufrir otra vez—  Murmuro. 

Mi vista ya estaba borrosa, solo vi como Steve lo tomo del cuello y lo aventó al otro lado del gimnasio, vi entrar a muchas personas, pero ya no distinguía ninguna. 

— Eso fue muy tonto...—  Escuche a Steve, tantee su cara con mi mano, ya no podía distinguir nada. 

— Soy capaz de morir por ti...—  Mi voz salio como un susurro a penas. 

— Estábamos por empezar todo esto.—  Algo cayo sobre mi mejilla. 

—  Podrás seguir tu camino. 

— No me dejes. — Sonreí y con la poca fuerza que me quedaba, acerque su rostro al mio. 

Todo mi cuerpo estaba comenzando a dormirse, pero pude sentir sus labios sobre los míos, como una pequeña acaricia. 

 Abrí mis ojos nuevamente, viendo aquella pequeña mancha dorada, no me quería ir, pero no podía hacer nada. 

Morí salvando a Steve Rogers. 

Morí sintiendo todo por Steve Rogers. 


 

 

 

 


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