La mayor desgracia de dos historias (2 Gaidate no saidai no fuko)

"Capítulo dos. La respuesta a muchas dudas".

En esa misma noche, tras un arduo y largo día de trabajo, el cansado y exhausto Jin, vestido de traje y portafolio, estaba de camino a casa caminando por las calles.

-Cielos...-Dijo arrojando un suspiro al aire.- No cabe duda de que el día de hoy fue bastante laborioso, menos mal que cené ahí, de lo contario estaría muriendo de hambre. Lo único que quiero es llegar a casa y dormir un poco.

Jin aflojó su corbata y siguió caminando sin pensar en lo que estaba por esperarle al llegar a casa. Un par de minutos después, Jin llegó afuera de su casa y vio que ya no había algún tipo de luz en el interior de esta, llegando con ello a la conclusión de que su sobrino Sorato ya se encontraba dormido.

-Sorato debe de estar muerto en su cama, me pregunto si es una buena idea dejar que siga trabajando, debido a ello y a su entrenamiento junto con el instituto creo que se está sobre esforzando. Me pregunto si estaré haciendo lo correcto, hermana.

Jin arrojó esa pregunta al aire y sin más que decir abrió la puerta de la barda, pero al momento de entrar se puso alerta al instante al notar que algo no estaba bien.

-No puede ser, la barrera está abierta.-Dijo con frustración al mirar en todas direcciones.- ¡Sorato!

Jin soltó su portafolio y comenzó a correr rápidamente hacia la entrada de la casa. Mientras tanto, en el interior de la habitación de Sorato, éste aceptó la mano de Nozomi, poniéndose de pie junto a ella aun estando lleno de dudas por todo lo que descubrió.

-Eso quiere decir que aceptas mi ayuda ¿Verdad, Sorato?

-Podría decirse que sí, Nozomi, pero no te confundas, aún no confío del todo en ti.

-¿Eh? ¿Por qué, cariño?-Preguntó sorprendida.

-Eso es porque todavía me cuesta demasiado creer todo esto, además, si mi vida se encuentra en peligro tal como dices ¿Qué es lo que me asegura que eres mi aliada y no mi enemiga?

-Ya veo, ahora entiendo, no cabe duda que eres precavido en este tipo de situaciones, cariño, y eso es bueno, cuando tu vida está en peligro nunca se sabe con exactitud quienes son tus verdaderos amigos y quienes tus enemigos, pero te aseguro que yo y nuestro clan somos tus aliados.

-Ya te dije...

-Ya lo sé.-Respondió interrumpiéndolo.- En estos momentos ya no confías tanto en mí o en los nekomatas que todavía no conoces, pero yo me encargaré de hacer que confíes así como ellos también harán que confíes en ellos.

-Eso es lo que espero, pero ahora dime ¿Qué es lo que sigue ahora? ¿Hay alguna forma de volver a mi forma o apariencia normal?

-Sí, pero este no es momento de eso, primero es mi deber llevarte y enseñarte el lugar en donde se encuentran los nuestros.

-¿Y en dónde está ese lugar?

-Para poder llegar necesitamos ir a una montaña que está a las afueras de la ciudad, al norte, ahí se encuentra un camino por el cual podemos llegar a ese lugar.

-Está bien, no me siento muy seguro con ello, pero está bien, vamos.

Nozomi asentó con la cabeza, pero en ese momento, la puerta de la habitación de Sorato se abrió de golpe junto con un fuerte grito.

-¡¿Estás bien, Sorato?!

Nozomi y Sorato voltearon hacia la puerta para cruzar miradas con el agitado Jin.

-T-tío Jin...

-Así que el onmyouji era él.

-So-sobrino... Esa apariencia...