32. Stranger Things

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Jueves

Narra Aitana.

- Me llamas.

- Sí

- Y me escribes mientras el avión no despega.

- Sí

- Y al llegar hacemos skype.

- Que sí. - reía Cepeda arrastrando una de mis maletas por el suelo del aeropuerto.

Nos paramos frente a la puerta de embarque y Marcos nos dio espacio para despedirnos. Dio a Cepeda con una palmada en la espalda y se dirigió al escáner directamente.

Luis me tendió la maleta y cuando la agarré me dedicó una mirada tierna.

- Te voy a echar mucho de menos. - le dije con un tono desanimado.

- En poco más de una semana nos veremos en la fiesta que ha organizado Noemí. No sufras. - rió él sin demasiadas ganas.

- Te quiero.

- Te quiero más. - susurró antes de dejar un pequeño y delicado beso en mis labios.

Me di la vuelta tirando de mis dos maletas y antes de entrar al control me giré para dar un último vistazo a Luis. Me sonrió y se despidió de mí con un gesto con la mano. Aunque era cierto que no faltaba demasiado tiempo para volverlo a ver, cada vez que venía a despedirme al aeropuerto acababa con una terrible angustia por no poder llevarlo conmigo. Sin embargo, prefería mil veces que viniera a que no lo hiciera.

Después de un par de controles y mucho tiempo de espera, Marcos y yo subimos al avión. Roi me había regalado una de esas almohadas para los viajes y pensaba darle uso. La saqué de la pequeña mochila que llevaba como equipaje de mano y la coloqué alrededor de mi cuello. Realmente era cómoda, solo de apoyarme ya sentía como mis ojos iban cayendo.

Cuando ya me estaba quedando dormida, Marcos hizo que reaccionara.

- A ver, atiéndeme bien. - habló sin dejar de mirar su PDA. Me estiré en el asiento y bostecé sin contemplaciones. - Vaya, no sabía que estabas dormida.- rodé los ojos y él continuó. - Te repasaré la agenda. - me dedicó una mirada pesada. - No me mires así. Es mi trabajo. -rió. - Cuando lleguemos iremos directamente al hotel, llegaremos bastante tarde y siendo un viaje de tantas horas estarás cansada. Tendrás que acostumbrarte al horario también. - señaló. -Mañana tienes un par de entrevistas, una por la mañana temprano y otra de noche. Lo sé, lo sé, pero no había otra opción. El sábado por la tarde conocerás a un artista bastante interesado en trabajar contigo, no es demasiado conocido en España, pero está petándolo en los Estados Unidos. El domingo lo tienes libre, el lunes entrevista por la mañana y dos por la tarde, el martes cantas en un programa de televisión, el miércoles...

Puse los ojos en blanco. Poco a poco su voz dejó de sonar siendo cada vez más difícil de escuchar. Empecé a desconectar por momentos hasta que todas mis neuronas estuvieron apagadas y me quedé profundamente dormida.

No pude dormir durante todo el viaje y eliminar el recuerdo de esta cárcel de metal de mi mente porque era de demasiadas horas, ni yo sería capaz de dormirlas todas. Me desperté unas cinco horas después a juzgar por la que marcaba mi móvil. Agarré el portátil y ocupé otro montón de tiempo viendo los capítulos que había descargado de Stranger Things hasta que me quedé dormida de nuevo.

(...)

Viernes

- Aitana, como no salgas en cinco minutos tiro la puerta abajo y te saco de los pelos. - gritó Marcos aporreando la puerta.

- ¡Ya voy, ya voy! Un momento!

Sí, me había quedado dormida. El tiempo que debería haber aprovechado en el avión para descansar lo había usado, en gran parte para ponerme al día con las series de Netflix. Soy un desastre. Ni siquiera tendría tiempo a desayunar.

Agarré mis botas y me las puse con dificultad mientras daba saltos a la pata coja intentando llegar a la puerta y abrir a Marcos para que entrase y me matara. Iba a llegar tarde a mi primera entrevista en los Estados Unidos. Si es que soy lo nunca visto.

- No me puedo creer que aún estes así. - recriminó Marcos al verme a medio vestir. - Date prisa en calzarte, voy a buscarte una chaqueta.

Marcos desapareció por mi habitación y yo terminé de abrocharme las botas. Salió poco después con una chaqueta negra bastante sencilla. Me peiné en unos segundos, me lavé la cara y abandonamos el hotel con una prisa desmesurada.

Una vez llegamos al lugar donde se haría mi entrevista, que por cierto, no había oído hablar del programa en mi vida, me metieron rápidamente a vestir y maquillar.

Salí unos quince minutos después y tomé asiento en uno de los sofás del plató. Al contrario que la de la tarde, no era una entrevista con público, ni siquiera era en directo.

Eso me restó cierta presión por mi inglés improvisado y me las apañé bastante. No estaba tan nerviosa para el reto de la noche, me había desenvuelto bastante bien con el idioma, contestado a las preguntas correctamente y hasta había podido meterle un poco de humor cuando me preguntaron por mis inicios en el concurso.

Cuando la entrevista terminó y pude por fin salir de allí, aproveché para mandar algún mensaje a Amaia y Cepeda para contarles cómo iba todo.

- Espero que lo de esta mañana no vuelva a ocurrir. - habló Marcos con un tono serio al entrar al coche que nos llevaría al hotel.

- ¿Te vas a poner ahora en plan padre conmigo? - reí.

- No, Aitana. Pero sabes que debes tomarte las cosas más en serio. - parecía hablar muy duramente. Empezaba a sentirme mal y eso que había sido mi móvil el que no había sonado, no mi pereza.

- Marcos, lo siento, de verdad.

- No pasa nada. Es solo que estás a otras cosas, ya apenas me comentas nada. Aitana no soy solo tu representante, yo creía ser tu amigo.

- En los últimos días he estado ocupada. Ya sabes que he ido a ver a Luis. - intenté explicarme pero el torció su gesto. - ¿Qué pasa?

- Aitana... No me malinterpretes, me encanta Luis, ¿pero no piensas que te pasas un poquito? Cada día libre que tienes para descansar, te lo pasas volando a Madrid. Te estás presionando, necesitas tiempo para no hacer nada. Estar tumbada, componer, pensar en nuevos éxitos. No solo estar metida en la cama de tu novio. - la última frase la había escupido en un tono que no me había gustado nada. Sin querer responderle me mantuve seria mirando al frente.

Puedo hacer lo que me dé la gana y administrar mi tiempo libre como quiera. Para algo es tiempo libre. Si cree que debería descansar más no creo que esta sea la forma más adecuada de decirlo. ¿Acaso soy menos por pasar tiempo con Luis? ¿Demuestro menos talento, menos iniciativa, independencia? Sea en su cama o en un banco en el parque, a él qué cojones le tiene que importar. Como mujer su frase me sonaba ofensiva, menospreciándome y eso no lo iba a pasar.

-Aitana no quiero que te enfades conmigo. Me estás entendiendo mal. - dijo al notarme indiferente hacia lo que me contaba. - Es que a ver, ¿vas a decirme que no te has fijado que en todas las entrevistas que has dado en España solo te preguntan por Cepeda? ¿Por qué crees que he organizado tanta entrevista aquí? No quiero que seas "la novia de", quiero que seas Aitana Ocaña, con todas las letras.

- Puedo ser Aitana Ocaña independientemente de lo que haga en mi vida privada. - la conversación estaba subiendo de tono, así que Marcos decidió terminar de hablar. Pasamos el resto del viaje en silencio.

Una vez llegamos, comí en mi habitación con el servicio de catering y no tardaron en llevarme de nuevo a otro plató. Este era en directo y con preguntas más elaboradas que exigían cierta preparación.

Quedaban unas horas para el comienzo y me llamaron a ensayar un rato con el presentador que me atendería esa noche.

El siguiente capítulo será probablemente más largo ya que, entrará la entrevista del viernes y todo el día del sábado. No creáis que esto es dramOT ya, o ni siquiera un comienzo del drama. No tenéis ni idea de lo que se os viene encima.

No os queméis la casa con los nervios. 💛 (creo que ya tengo mi muletilla)

Tú no te Irás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora