Capítulo 5

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Vicente

— Bueno, Aitana, aquí estás. ¿Cómo has vivido tu paso por la academia?

Miré a los jueces y después a los 5 de mis compañeros que quedaban sentados en el sofá. Ver los pocos que éramos a estas alturas de programa me ponía triste, pero ya faltaba muy poco para poder ver a mi familia y a mis amigos. El tiempo pasaba rápido y lento. Algunos días pensaba que no terminarían nunca y otros me preguntaba cómo podría haber pasado tanto tiempo ya.

Ana estaba más fuerte que nunca y Alfred había sido salvado por los profesores de nuevo la semana pasada. Admiraba que siguiese tan fuerte y con tanta confianza en sí mismo. Yo también había salido nominada la semana pasada y aunque había sido salvada por mis compañeros, no me sentía con la mismas fuerzas. La presión se había intensificado enormemente y solo pensar en fallar en el escenario hoy me hacía temblar.

Amaia seguía en la cima, se gritaba "Amaia de España" cada vez que salía al escenario. Estaba claro que fuera cual fuera el resultado del concurso, tenía un futuro muy prometedor.

Miriam seguía en pié después de otra nominación de gallegos en la que Roi abandonó la academia y Nerea mejoraba cada día más dejando impresionados a profesores y compañeros. Espero que también a los espectadores.

Volví la mirada a nuestro presentador que esperaba una respuesta por mi parte. Roberto también seguía ahí, como siempre, semana tras semana, con la misma sonrisa y la misma energía.

— Creo que todos vamos a estar de acuerdo en que ha sido una experiencia única. Todos nos echaremos mucho de menos, pero también tengo ganas de salir, ver a mi familia, mis amigos, volver a mi casa.

Roberto asintió con una sonrisa.

— Es un poco agobiante estar las 24h en una única casa, ¿no?

—No, en absoluto —reí mirando a todos los amigos que había hecho durante estos meses—. Con ellos se hace más llevadero.

—Bueno, Aitana —dijo levantándose—. Te dejo que vayas a prepararte mientras recibimos a nuestro invitado de la noche: Leiva!

Desaparecí por la puerta cuando el nombrado invitado pasó por mi lado saludándome muy amablemente. Respondí a su saludo increíblemente nerviosa y lo menos atacada que me fue posible. Siempre me sentía así con los invitados de esa categoría.

Vestuario vino a buscarme para darle los últimos retoques al vestido rojo con vuelo con el que me había vestido para esta última gala.
Saludé a los bailarines que saldrían conmigo a escena con una mirada y una sonrisa. Se habían convertido en unos compañeros más, aunque apenas se nos permitiese intercambiar un par de palabras. Había aprendido que con una mirada se podía decir mucho.

Se abrió la puerta del backstage y subí al escenario a colocarme aún con las luces apagadas.

Busqué a mi familia en algún lugar entre el público, pero sin lograr encontrarlos un foco se poso de pleno sobre mí y los acordes de piano comenzaron a sonar. Sentía unos nervios terribles, me lo jugaba todo y un fallo sería el fracaso. Mis manos temblaban. Agarré con fuerza el micrófono y lo acerqué a mi boca para la entrada.

...I've seen the world, done it all
Had my cake now
Diamonds, brilliant, in Bel-Air now
Hot summer nights, mid July
When you and I were forever wild
The crazy days, city lights
The way you'd play with me like a child...

Un grupo de chicas gritó al reconocer a Lana del Rey.
La canción estalló , la armonía aumentó y el público comenzó a aplaudir. Me preparé para coger la nota con potencia, recordé las últimas indicaciones de los javis y miré de forma decidida e intensa al horizonte buscando transmitir todo lo que la canción me hacía llegar.

...Will you still love me
When I'm no longer young and beautiful?
Will you still love me
When I've got nothing but my aching soul?
I know you will, I know you will
I know that you will
Will you still love me when I'm no longer beautiful?...

Los aplausos crecieron y reprimí una sonrisa de satisfacción para mantener la actuación de la canción.

Los acordes de piano se fueron apagando en un perdendose y la gente comenzó a gritar y victorear mi nombre. Dejé escapar aquella sonrisa que tanto me estaba aguantando.

—Gracias —dije al micrófono ganando una respuesta del público a modo de intensificación de los aplausos.

Sentí de pronto una mano en mi hombro. Mi cuerpo se tensó y me giré para ver a quién pertenecía.

Vi a Roberto aplaudiendo acompañado de un chico de pelo castaño que yo conocía demasiado bien. Sonrió de medio lado, como hacía siempre cuando estaba nervioso y yo reí de pura ternura lanzándome a sus brazos.

Vicente correspondió al abrazo para después de unos segundos agarrar mi cara para besarme.

Tú no te Irás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora