Corazón Rojo Vol. 1

Capítulo VII : Ragnarok II

A marcha pesada los alrededor de veinte aldeanos llegaron escoltados por nosotros de forma segura hasta la forja enana donde los trabajadores de allí acogieron y resguardaron del frio.

Brokkr acompañado de su hermano se acercó a nosotros tres a hablar y así continuar con el hilo argumental que se ponía cada vez más intenso y peligroso.

El enano nos pidió nuestra ayuda para construir una barricada en la entrada a la forja que conducía al otro continente. Al ser esta la única vía de acceso hacia la otra mitad de Matthew era lógico bloquearla después de todo.

Los minerales con los que usualmente construían los enanos se veían muy resistentes y me parecían algunos irrompibles por lo que me causó cierta sensación de seguridad ver que estábamos protegidos.

Una vez la barricada tapó por completo la entrada de la forja todo el pueblo y los enanos trabajadores continuamos viaje hacia el sureste en dirección a Ghushengel.

—Es tu ciudad—dijo Amy riéndose de lo parecido que sonaba el lugar con mi nombre.

—Esto es raro—dije cambiando de tema de manera brusca. Amy me interrogó al respecto—por lo general lo mapas se expanden y la cantidad de misiones va en aumento pero ahora...

—Se nos prohibió la entrada a la mitad del continente y no tenemos misiones disponibles—dijo Jaia que evidentemente también lo había notado.

—¿Habremos hecho algo mal?—preguntó Amy consternada.

—No lo creo, debe ser un evento, o algo por el estilo—dije sin estar muy seguro de mis propias palabras.

No sabía bien que pensar, toda la situación y el pie en el acelerador que había puesto la trama tan de pronto me tomó por sorpresa. De un momento a otro pasamos de ganarle gloriosamente a los Draugr a perder de forma humillante contra gigantes del fuego. No paraba de atormentarme la idea de tener que luchar contra Loki. Quiero decir, éramos fuertes pero dudo que tanto para enfrentarnos a un dios.

—¿El Ragnarok es como el Armagedón no?—dijo la pelirrosa que aún tenía dudas.

Si mi memoria no me fallaba así era. Quizás la mitología no sea uno de mis ámbitos más fuertes pero para la cazadora sin dudas sí.

—No exactamente, veras, Ragnarok es la batalla del fin del mundo—comenzó Jaia dejándonos sorprendidos—según los libros, será entre los dioses, liderados por Odín y los gigantes de fuego liderados por Surt, a los cuales también se les une los Jotuns liderados por Loki. No sólo los dioses, gigantes, y monstruos morirán en esta guerra apocalíptica, sino que casi todo en el universo será destruido... aunque creo que saltaron la parte de los dioses y Surt por lo que probablemente será Loki contra...

—...Nosotros...—susurré.

Ciertamente esperaba que no fuese así, después de todo ¿Qué oportunidad teníamos contra oleadas de Gigantes de fuego, Jotuns y Loki siendo tan solo mortales? Ni con la ayuda de los enanos y elfos podríamos poner la balanza a nuestro favor.

Tratando de no pensar en la desventaja numérica y de potencial que evidentemente teníamos en contra pusimos nuestro mayor esfuerzo, una vez llegados a Ghushengel, en distendernos y preparar un banquete enorme que para nosotros se pudo haber visto como una última cena si quisiéramos.

Furry había encontrado diversión en su infinita inocencia persiguiendo los pequeños insectos voladores que rondaban alrededor del patio de comidas y los chef del grupo que preparaban jabalí para todos.

Una vez la cena terminó junto a algunos enanos y pueblerinos nos sentamos frente a la fogata en ronda con la intención de mirar el fuego danzar lo que quedara de la noche y compartir bebidas alcohólicas entre nosotros.