Capítulo 1: Un gran susto

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¿Qué somos en este mundo? ¿Qué somos en este pequeño mundo? Digo, a comparación con el millón y millones de galaxias que hay en el universo, la tierra y todo lo que en ella habita no es nada a comparación con todo lo demás.

Y pensar que el mundo hay demasiada gente altiva que no valora las pequeñas cosas que la vida nos ofrece, sencillas pero hermosas que siempre están presentes, como el dulce aroma de las flores frescas, la brisa de la tarde y el aire puro de la mañana mientras sale el sol, esos bellos atardeceres donde el cielo hace esas bellas mezclas de colores para que las personas nos deleitemos. Los días soleados donde son perfectos para ponerte un short y salir a tomar un helado, los cambios de estación donde puedes disfrutar como los árboles rebosan de hojas, mientras que poco a poco se van quedando sin ninguna y quedan completamente desnudos.

Los días en los que debido al frío lo único que quieres es quedarte en casa acurrucado con tu manta preferida y ver una buena película mientras comes palomitas  o simplemente lo pasas al lado de esa persona especial, sin importar lo que hagan, sea aburrido o interesante, pues sabes que el simple hecho de estar con esa persona todo pasa rápido y nada importa, pues están juntos; esto jamás me a pasado pero a de ser algo lindo y un tanto raro a la vez, pasar el día entero con alguien sería un tanto.... mmm.... no sé ¿Aburrido? Tal vez si o tal vez no, pero lo sabré cuando me pase.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que me vi obligada a salir de ellos cuando escuché la chillante voz de Toni.

—Profesor no entendí, ¿podría explicar de nuevo? —le dice Toni a Clark, nuestro maestro de matemáticas mientras frunce el ceño.

Toni es el típico niño preguntón que hay en cada salón, estatura promedia, corte de cabello en forma de coco, con lentes, pero algo que lo distingue es que siempre trae corbata —todos los días—¿Porqué rayos usa corbata siempre? Es la escuela no un evento de gala y no es que tenga algo en contra de su elegante Outfit, sino que me causa gracia que se arregle tanto.

Volví a sumergirme en mis pensamientos del porque el cabeza de coco vestía tan elegante que no me di cuenta que la clase había terminado.

—¡Ey, señorita Evans! Queda reportada por no poner atención durante la clase —me dice alguien por detrás mientras sacude mi hombro, me asusto tremendamente al pensar que es el profesor, pero cuando volteo veo que es solo Fredy imitando la voz del profesor Clark.

—Idiota —farfullo mientras le doy un golpe en su abdomen —. No es gracioso, en verdad pensé que eras Clark.

El suelta una carcajada al ver mi cara de susto.

—No pensé que te asustarías tanto. —reflexiona  haciendo una mueca de dolor mientras se frota el abdomen —. Dime, ¿En qué tanto pensabas? ¿Ya tienes novio y no me lo has dicho? —pone las manos en su cintura mientras me mira con desaprobación.

—Ja! Claro que no, nada de eso, solo pensaba en cosas sin importancia —le respondo mientras me coloco de pie y me pongo la mochila en los hombros—. Además —continuó—, si tuviera novio serías el primero en saber, eres mi mejor amigo, ¿Crees que no te lo diría? —le doy un golpe en su brazo.

—Lo sé, sé que me lo dirías así como yo te cuento todas mis decepciones amorosas —me responde mientras me ve tiernamente con una sonrisa en sus labios —. Pero te mirabas muy seria durante la clase que pensé que tenías algo, pero ya veo que te quedaste pensando como siempre.

—No siempre me quedo pensando—me defiendo.

—Casi no —dice sarcástico.

Ambos salimos del salón, porque sin querer queriendo a pesar de nuestra corta charla ya no quedaba nadie en el salón.

—¿Vendrán por ti, o cómo te irás? —me pregunta Fredy mientras caminamos por los pasillos de la escuela.

—Mmmm... creo que me iré caminando, mamá salió por su trabajo y no podrá venir por mi ¿Por qué? —pregunto mientras pateo una botella de agua vacía que yace en el suelo.

Entonces, de la nada, Fredy lanza un dramático grito de horror, me asusto tanto que doy un brinco. Era la segunda vez que Fredy me asustaba en el día, aveces me pregunto cómo llegó a ser mi mejor amigo, gran pregunta.

¿¡Qué te pasa!? —le espeto enojada.

—¿Qué tus padres no te enseñaron a tirar la basura en vez de verla y patearla? —niega con la cabeza. Este hombre me iba a matar de un susto un día de estos.

—¡Eres un completo idiota!—dicho esto, lo empujo tan fuerte que choca contra los casilleros, lanzo una carcajada al ver como sale volando y se desploma en el suelo.

Suena cruel pero la escena repitiéndose una y otra vez en mi mente hace que estalle a carcajadas.

—Te odio, Lisa Evans —me dice desde el suelo haciendo una mueca de dolor.

Me agacho para levantar la botella que había pateado y la tiro en el bote de basura.

—¿Feliz?

—Feliz —dice orgulloso.

—Oye, no contestaste mi pregunta —le recuerdo mientras le tiendo mi mano y lo ayudo a ponerse de pie.

—Ah, es que quería saber para llevarte a casa en mi auto nuevo. —Me guiña el ojo coqueto.

—¿Auto nuevo? —no pude evitar lanzar una carcajada que estoy segura que se escuchó por toda la escuela —. Claro que me vas a llevar a casa en tú "auto nuevo" —enfatizo aquellas dos últimas palabras por el mero hecho de que son graciosas y porque Fredy apenas y puede andar en bici.

Cielo GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora