Cielo Gris

Capítulo 22: No sientas

                      •SORPRESA•
Hay maratón de capítulos
Corran, vayan a leerlos, espero y los disfruten así como yo disfruté escribirlos, comentan que tal les parecieron, un beso con baba. 💟

Jake:

Es como si todo a mi alrededor no existiera, solo soy yo perdido en la profundidad de mis pensamientos.

La sensación de los labios de Lisa seguía presente, comienzo a extrañar esa sensación tan placentera y exquisita, sus labios suaves, tiernos, la forma tan dulce y tímida con la que me besó.

No me sorprendí al saber que nunca había dado un beso, eso lo supe desde un principio, lo que si me sorprendió fue lo ágil y fácil que supo amoldarse a mis labios. Para ser su primera vez en dar un beso, debo admitir que fue muy buena.

   Toco mis labios con la yema de mis
dedos mirando hacia la nada, recordando el beso, lo bien que se sintió la sensación de nuestros labios  
  en perfecta sincronía aún plasmada en mi mente.

—¿Y usted que opina, Williams? —la voz del profesor me trae de vuelta a la realidad y cuando vuelvo a ella me percato que toda la clase me ve. —Ya veo, —el maestro suspira —salga de mi clase por favor.

De mala gana, guardo mis cosas y salgo del salón, pero siento las ganas de hacer algo antes de irme, algo que me causará problemas.

—Perfecto, esta clase es una mierda —dije tan alto a propósito para que todos pudieran escuchar, el maestro que ni siquiera se como se llama, enarca una ceja y me mira sorprendido.

—¿Que dijiste? —El enojo es claro en su voz.

—Lo que escuchó —dije embozando una sonrisa y salí.

No me asusta para nada saber que lo que hice me traerá problemas, porqué problemas es mi segundo nombre.

Me dirijo hacía la cafetería, está sola. El Campus luce tranquilo y desolado, todos están aún en clase, yo también lo estaría si mi cabeza no hubiera estado perdida en otros asuntos, pero aquí estaba, solo, disfrutando de la tranquilidad del lugar y eso era mil veces mejor que estar en clase.

Mi vista se fija en aquel árbol torcido donde Lisa y yo nos besamos hace unas horas.

—Eres hermosa —fueron las palabras mas sinceras que mi boca había dicho durante un largo tiempo.

Sostenía su cara entre mis manos recuperando el aire, la intensidad del brillo de sus ojos cafés me tenían cautivado.

Lisa estampó sus labios con los míos de nuevo, la dulce sensación tan placentera recorriendo mi cuerpo.

—Lo siento —se separó de mí con tal brusquedad como si yo fuera algo intocable o ilegal, sus labios rojos e hinchados —Yo no... —tapé su boca con mi dedo.

—Shh —la callé, ella me miraba con cautela, un poco apenada pero sin perder ese brillo en sus ojos que tanto la caracterizaban.—No lo sientas.

Su rostro se ilumina y me inclino para besar su frente, luego la envuelvo en mis brazos.

Nos quedamos en silencio, abrazados, observando las lejanías del panorama, cada quien sumergido en los pensamientos de sus propios mundos, ¿Qué estará pensando ella ahora? ¿Qué es lo que sentirá? Porque lo único que puedo pensar y sentir yo justo ahora, es que esto fue jodidamente genial.

Una estúpida sonrisa se forma en mis labios, es como si....no, imposible, fue solo un beso y nada más.

Unas risas irrumpen mis pensamientos, a lo lejos veo a Reece y Peter caminar a mi dirección muertos de la risa, intercambian una mirada llena de complicidad antes de volverse a mi.

—¿Qué hacen aquí? —les pregunto ya que se sientan.

—Bueno, la clase era una "mierda". —Peter habla y se encoge de hombros, me cuesta trabajo entender su sarcasmo, pero luego caigo en cuenta.

—¿Ustedes estaban conmigo en la clase? —les pregunto, Peter lanza una carcajada.

—Te lo dije, ahora págame —le dice Peter a Reece extendiendo su mano, Reece rueda los ojos y de mala gana saca diez dólares y se los da. Yo sigo sin entender.

—Apostamos diez dólares a que no estabas poniendo atención a la clase, tanto que ni siquiera te percataste de que estábamos en la misma clase juntos —me explica Reece al ver mi cara llena de confusión.

—Y gané —festeja Peter con orgullo, dándole un beso a su billete. —Vamos bro, ¿En dónde tienes tu cabeza?

Busco una respuesta sólida y coherente antes de contestar, pero la verdad es que no la tengo porque no existe. Y como si Reece leyera mis pensamientos, habla.

—Es sobre Lisa ¿no? —lo seguro y lo serio que luce me incita a hablar.

—Si, bueno... —hago una pausa para rascar mi nuca—. No lo sé.

—Vamos bro, cuéntanos —Peter se inclina sobre la mesa poniendo sus codos sobre esta y sus manos sosteniendo su barbilla, luce divertido y ansioso por mi respuesta. Reece en cambio, luce serio pero atento a lo que diré y eso me asusta.

—Yo...

—No me digas que tu y ella, ya sabes, solos, tocán... —me interrumpe Peter.

—No —lo callo tajantemente—Nada de eso, solo nos besamos.

La diversión se esfuma de su rostro y hace una mueca de disgusto.

—Ash, que aburrido, yo quería acción —hace un puchero.

—¿Seguro que un beso te trae así? —pregunta Reece con curiosidad, yo me encojo de hombros frunciendo mis labios.

—No lo sé, fue un tanto extraño, siento que fue más que eso.

Y vaya que había sido más que eso. No es la primera vez que había besado a una chica, siempre era igual, el mismo proceso con todas: Besarlas sin siquiera saber sus nombres, luego pasar al siguiente nivel y olvidarme de ellas ya que había obtenido mi propósito, pero no todo era mi culpa, ellas acceden fácilmente sin darse a respetar y yo solo las complazco.

Pero con Lisa había sido diferente, fue un beso que me gané y disfruté ganármelo, lo disfruté con cada parte de mi ser, fue como si a pesar de todos esos labios que mi boca había probado, los de Lisa hubiesen sido los primeros.

Esa sensación tan placentera que me hacía sentir extraño, que me hacía sentir necesitado de más porque no se que rayos me pasa, pero comienzo a sentirme feliz y completo a su lado, una sensación que no logro describir con palabras pero que comienza a asustarme.

No Jake, ese es tu problema, que sientes. No sientas.

—Vaya, yo también quiero una novia que me haga sentir así con un beso —refunfuñe Peter —¿Con diez dólares me alcanza para una?

Reece golpea su cabeza —Ya, actúas como un idiota.

—No ocupo actuar, ya lo soy —Peter le guiña el ojo y sonríe de forma fugaz, Reece bufa antes de hablar.

—Jake —la voz de mi amigo me hace voltear a verlo.

—¿Huh?

—Solo no juegues con ella, es una buena chica.

Desconcertado por lo que dijo, suena el timbre y se va sin decir más. La cafetería no tarda en llenarse. Mi cerebro no asimila sus palabras, el estaba hablando en serio, lucía seguro de sí mismo y sincero, como si aquello hubiera sido una amenaza en vez de un consejo.

Intercambio una mirada con Peter que luce igual de confundido que yo. El solo se encoge de hombros en respuesta.

—Ni siquiera preguntes —me calla antes de que pueda hablar.

Yo solo asiento aún confundido y ambos nos levantamos para continuar con las clases.

  «No sientas, no sientas, no sientas»