El sonido de mi puerta siendo golpeada me saca de mi sueño, gruño cosas contra la almohada, mi cabeza palpita fuerte, joder, las imágenes de anoche vienen a mi memoria como un balde de agua fria, me incorporo con todas las fuerzas de voluntad que tengo, pestañeo un par de veces antes de levantarme de la cama, camino descalza por mi habitación, bajo a paso lento las escaleras, cuando llego a la puerta principal, miro mi atuendo que se basa en una remera sin mangas larga de color rosa pastel con el emogi de un cerdo a la altura de mi abdomen, la remera me llega tres dedos arriba de las rodillas, mi pelo está atado en un rodete despeinado y flojo, mi aspecto debe de dar asco, me hundo de hombros y abro la puerta encotrandome con mis amigos.
- Eh, te preguntaría porque el mal aspecto, pero conociéndote me vas a echar de tu casa obegetando de que tu siempre estás bella.- habla Liam.
Lo veo entrar por el espacio a mi costado, me da un beso en la mejilla y se dirige probablemente a la cocina a vaciarme el refrigerador, Jade sólo me sonríe y me da un sonoro beso en la mejilla llenandome de baba en el proceso, la aparto asqueada, espero a que entre para poder volver a cerrar la puerta, mientras lo hago recibo una fuerte nalgeada por parte de la castaña, chillo sin poder evitarlo. Camino directo a la cocina junto a Jade, allí encontramos a Liam prendido del refrigerador cual garrapata, se lo que está buscando, pero le va a ser difícil encontrarlo.
- Liam ya rindete no lo vas a encontrar, Maya lo a escondido muy bien.- le avisa Jade.
El recién nombrado sale con un pedaso de chocolate en su boca y con crema batida en la mano, ya veo que se rindió a la primera, lo aparto para poder buscar un poco de frutillas y licuado de durazno con banana, sirvo todo sobre la barra, Ava no espera para atacar la comida.
- Aveces detesto que me sirvas comida saludable, luego recuerdo que eres una genia con la cocina y que haces magia, y se me pasa.- acota antes de meterse tres frutillas en la boca.
- Si, lo se, sin mi pasarían hambre, ahora si quieres algo para acompañar a las furtillas tienes salsa de chocolate en el refrigerador.- informo.
Salgo de la cocina, mientras paso por la sala puedo jurar que veo una figura acostada en el sillón, me acerco a pasos lentos y cautelosos, cuando logró verla completa, y las últimas imágenes de anoche vienen a mi mente.
Isaac.
¡Maldición! Si los chicos lo ven aquí van a pensar cualquier cosa.
Me apresuro a llegar a su lado, lo muevo un poco, escucho unos leves gruñidos.
- cinco minutos más mamá.- se queja el castaño claro.
- Isaac arriba vamos, ya es tarde.- pido.
- No quiero.- se niega.
Ya arta, levanto mi mano y la estampo contra su pecho, el se queja abriendo los ojos, al verme se levanta rápido del sillón.
- Dime que no...- pronuncia con duda.
- No Isaac, no hicimos nada, ahora ponte tu remera y vete que ya es tarde.- le calmo, mientras le tiendo su camiseta.
- Me encanta lo amorosa que eres por las mañanas.- el sarcasmo tiñendo su voz.
- Gracias por notarlo.- suelto con una sonrisa tirando de mis labios.
Lo ayudo a vestirse y recoger sus pertenencias antes de que mis amigos nos descubran.
(...)
Hace unas horas que Liam y Ava se fueron, excusándose de que debían recuperar horas de trabajo perdidas, dejándome a solas con Alex, con quién nos encontramos acostados en el sillón viendo tele, para ser más específicos, nos encontramos viendo la película de ciento un dalmatas, mi celular vibra indicando la entrada de un nuevo mensaje de WhatsApp, con una sonrisa tirando de mis labios, leo el mensaje.
Tocan la puerta de mi casa, dejo el celular sobre la mesa ratonera, me dirijo a la puerta, al abrirla me encuentro de lleno con la imagen de Parker, trae puesto un jean (yin) negro, una camiseta de camuflaje y sobre esta la chaqueta de su trabajo, sus gafas de sol no me dejan ver sus ojos pero se que me esta estudiando con la mirada.
Con ustedes Isaac😍
PREGUNTAAAAA
a ustedes les aparecen varios capítulos repetidos en esta novela??
O solo a mí??
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Caída Libre| Abraham Mateo
Teen Fiction☆𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨☆ 𝐋𝐞 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐨 𝐜𝐚𝐢́𝐝𝐚 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐞, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐦𝐞 𝐞𝐦𝐩𝐮𝐣𝐨́, 𝐦𝐞 𝐥𝐚𝐧𝐜𝐞́ 𝐬𝐢𝐧 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐬𝐢 𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐚𝐛𝐢𝐬𝐦𝐨, 𝐬𝐢 𝐭𝐮𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐫𝐚𝐧 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚𝐬...