ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 18: ғɪᴇsᴛᴀ.

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[Maya]

- Ahora todo tiene sentido.- pronuncio con asombro.- tenía que saber que una idea como esa no vendría de alguien como Isaac.

- Exacto.- señala la rubia a mi costado, al tiempo que le da un sorbo a su taza de café.- ahora sí me permites.- menciona la joven.- deberías de olvidarte de todo, hacer lo tuyo y no seguirle el juego al idiota de mi primo.- comenta, su mirada zafiro enfocada en mí.- no me malentiendas le tengo un gran aprecio, pero debe de entender que no puede ganar una lucha que ya está perdida.

- O una lucha que nunca comenzó.- comento más para mí que para ella.

- Divierte, sal, has tu vida y no le des importancia a las idioteces de Abraham.- menciona la muchacha.

- Creo que necesito algo mucho más fuerte que un café.- comento entre risas.

- Eso es seguro, si te apetece, esta noche salimos con un grupo de amigos, si quieres unirte no abría problema.- propone.

- Te lo agradezco mucho Ruby.- me sincero.- todavía no puedo creer que luego de todo lo que les ha hecho pasar mi familia, aún sigas hablando conmigo.

- Ya te lo he dicho Maya, el pasado es eso, pasado y debemos dejarlo atrás, si seguimos viviendo de él nos perderemos todo lo que nos depara el futuro, nos perderíamos de momentos para vivir.

- Gracias por todo.- vuelvo a pronunciar.

- No hay de qué, ahora deberíamos irnos de aquí, se supone que estoy haciendo mi entrenamiento físico.- comenta con diversión.- ya sabes, si necesitas desahogarte puedes contar conmigo.- informa.

Nos movemos por los pasillos de la sede de militares, mi vista recorre cada rincón del lugar mientras avanzamos hacia la entrada del establecimiento, las voces de los soldados que se encuentran hablando en los corredores, se filtran por mi sistema auditivo. A lo lejos observo la figura delgada de Parker quién se encuentra hablando con Isaac, los dos jóvenes parlotean sin parar, la vergüenza se filtra en mi sistema al recordar el golpe que le he dado al rubio, quién si bien ha participado en la idea del pelinegro, no es quien tiene la culpa. Al llegar junto al dúo de muchachos, nos detenemos, la atención del rubio recae en nosotras, su postura denota el nerviosismo que se ha apoderado de su cuerpo.

- Ya es hora de irnos.- avisa Parker.- estaré en el coche.

Tras esas escasas palabras le observamos desaparecer tras las puerta principal del edificio, mi atención vuelve al joven de risos dorados.

- Lo siento.- suelto con dificultad.- por el cachetazo.- aclaro.- Ruby me explico todo.- informo.

- Yo debería de pedirte disculpas.- señala.- no se en que estaba pensando.

- Ya basta de disculpas.- se queja Ruby.- mejor se arreglan con un trago esta noche.- recomienda.

- ¿Vienes con nosotros?- inquiere con sorpresa el rubio.

- ¿Tu irás?- inquiero del mismo modo.

- Los dos irán, ahora ya vámonos de este lugar.- nos apresura.

- ¿Quiénes más irán?- inquiero con interés.

- Unos viejos amigos del instituto y uno que otro compañero de trabajo.- informa la muchacha.

- Parker también irá.- comenta Isaac.

- ¿Lo has invitado?- pronuncio con sorpresa.

- Si, hace mucho que no salimos a divertirnos.- comenta.- necesita relajarse.

Caída Libre| Abraham MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora