Observo con detención los diversos atuendos que se encuentran acomodados detrás del otro, en frente de mí, mis dedos recorren los diversos tipos de tela, mientras a mis espaldas puedo escuchar las voz de Peggy cantando si mal no me equivoco se trata de una canción de Queen, la cual se titula Bohemian Rhapsody.
- ¿Me puedes repetir el por qué estamos aquí?- inquiere con confusión Jade.
- Ya te lo he dicho tres veces.- suelto con cansancio.- necesito conseguir un disfraz para el cumpleaños de Thomas.- vuelvo a repetir.
- ¿Irás?- vuelve a preguntar.
- No, solo busca el disfraz que claramente no usará, por mera diversión.- suelta con sarcasmo Peggy, propinándole un golpe en la cabeza a la castaña.
- ¿Por qué la trajimos?- interroga en una queja la muchacha, mientras masajea la zona afectada por el golpe.
- Seré vieja pero no sorda.- avisa Peggy, posando su vista en la castaña, quién procede a esconderse a mis espaldas.
Con la diversión plasmada en mi rostro decido ir al vestidor con un par de trajes para probarme, una vez dentro dejo los atuendos reposando en un colgador, antes de proceder a despojarme de mis vestiduras, mi vista se fija en mi reflejo que yace en el espejo frente a mi, específicamente en la marca que yace en mi cuello, provocada por los labios de Isaac, el rubor extendiéndose por mis mejillas al recordad los sucesos de hace unos días, no tengo la menor idea de que demonios pretendía en el momento que devolví los besos a Isaac.
Mi atención viaja a la pantalla de mi móvil que se ilumina con la llegada de un nuevo mensaje, con cuidado de no tirar las prendas de ropa, lo tomo entre mis manos para proceder a desbloquearlo, solo para ver los mensajes de Bruno que comienzan a llegar uno tras de otro. Decir que mi mandíbula casi se me disloca es quedarse corto, mis ojos se abren con notoriedad en el momento que mi vista se fija en la imagen que me acaba de enviar mi ex y actual amigo. Intento calmar mis emociones, busco las palabras exactas para contestarle los mensajes a Bruno, asegurándole de que me encargaré de hablar con el responsable, en mi mente vaga solamente un nombre del posible responsable de esa fotografía. Isaac.
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Joder, en cuanto sea el, el que ha enviado esa imagen a Bruno juro que no saldrá vivo de esta.
- Maya ¿Ya estás lista?- la voz de Jade se filtra por mi sistema auditivo.- ¿Necesitas ayuda?- interroga con curiosidad.
Mi atención viaja hacia la cortina del probador, por donde aparece el rostro de la castaña, su mirada se posa en mi cuerpo semidesnudo, su entrecejo se frunce en cuanto recae en mi rostro cargado de cólera, y el aparato que yace sujetado con fuerza entre mis dedos.
