¿Cheeto?
Rubius:
Cuando desperté en la cama de Mangel con Raspberry a mi lado, me quede allí tumbado en la cama todo el día, no tenia ganas de levantarme, de comer, ni nada. Llamaba al móvil de Cheeto cada media hora pero el no contestaba. Estaba empezando a desesperarme, necesitaba saber lo que Mangel hacía, como se sentía y mas que nada necesitaba verle, necesitaba tenerle en mis brazos por la noche y despertar con su sonrisa. Decidí levantarme mire que había para comer pero no había nada y no estaba de humor como para salir a comprar algo asi que sólo alimenté a Raspy y me senté en el suelo, comencé a pensar y pensar en que debía hacer, al momento de recordar todo lo que pasamos Mangel y yo en esa casa las lágrimas no tardaron en aparecer. Me sentía un idiota, llorando por mi mejor amigo, mi pareja. Tenia que decirle que entre yo y Jen ya no pasaba nada, tenia que hablar con el. Pasaron tres días en los cuales no dormí nada, no comí nada y no salí a ver a nadie, mi móvil sonaba pero no lo atendía solo miraba a ver quien era por si fuese Cheeto pero solo era Jen o Panda seguramente para preguntarme por que no había ido a trabajar en esos días y por que Mangel tampoco, no tenia ganas de hablar con nadie. Me sentía vacío, no estaba triste, era algo peor, era como si no fuese capaz de sentir nada como si estuviese totalmente vacío, quería sentir algo, felicidad o tristeza me daba igual solo quería sentir. Me cansé de estar allí sin hacer nada así que decidí darme una ducha e ir a la estación de trenes para ir al pueblo de Cheeto, estaba decidido a recuperar a Mangel y explicarle que todo esto no había tenido sentido alguno. En el tren solo podía mirar por la ventana en pensar que haría al ver a Mangel, ya se que tal vez suene a exageración pero sentía como si hubiese estado un año sin el, lo necesitaba tanto junto a mi. Sin darme cuenta ya estaba en el pueblo, tome un taxi y me dirigí a la casa de Cheeto, toque la puerta y al abrirse mis ojos estallaron en lagrimas al ver a Mangel y lo único que pude hacer fue besarle, Me dijo algo no recuerdo que pero no lo deje terminar solo quería sentir sus labios contra los míos.
- ¿Rubiuh que haceh?.- Me dijo entre besos.
No podía parar de besarle, quería sentir sus labios por siempre, pero por alguna razón el seguía tratando de hablar. Joder, Mangel hijo puta date cuenta de que solo quiero besarte.
- Mangel cállate ya coño.- Dije empujándolo hacia adentro.
Lo tumbe en el sillón agarrando sus muñecas firmemente para que no pudiera moverse, seguí besándolo y luego empecé a bajar por su cuello.
- Yo soy tuyo Mangel, no tengo nada que me ate a Jennifer, se lo dije antes de que salieras del bar pero no me diste tiempo para explicarte nada, me has dejado solo en el departamento por tres días y se que piensas que exagero pero lo pase muy mal sin ti.- Dije dejando de besarle el cuello para mirarle.
Era gracioso ver como estaba de impactado de verme allí besándole, el estaba totalmente congelado mirándome con los ojos bien abiertos.
- Rubiuh..yo lo siento mucho.. cuando te vi allí en el suelo con ella.. yo solo pensé en lo que paso la otra veh y..- Note como su voz empezaba a sonar entrecortada y lo bese rápidamente.
- Te entiendo pero como me vuelvas a dejar así una vez mas…- Esta vez el me interrumpió besándome lentamente. Al separarnos yo solo sonreí.
- Te quiero Miguel Ángel.- le cayó una lagrima por la mejilla, la limpie con mi mano y luego roce sus labios suavemente con mi pulgar. – No sabes cuanto.-
- Yo también te quiero Rubén.- El estaba por besarme nuevamente cuando sentimos la puerta y Cheeto gritando.
- PERO TIOS! IROS A UN MOTEL!.- Dijo.
Los tres nos descojonamos, nos levantamos del sillón, tome la mano de Mangel y mire a Cheeto.
- Tío gracias por cuidar de Mangel pero creo que es tiempo de que vuelva a casa conmigo, vale?.- Dije dándole una palmadita en el hombro.
- Vale, vale. Te voy a echar de menos Mangel.- Le dijo dándole un beso en la mejilla, pero que coño? Por que tan cariñoso?
- También yo Cheeto, gracias por ayudarme.- Dijo Mangel abrazándole.
- Ehhh sigo aquí tíos.- Dije algo incomodo.
- Te veo después, vale?.- Dijo Cheeto en un susurro. ¿Qué mierda paso entre ellos mientras yo no estaba?
- Vale…-
Me despedí de Cheeto tratando de disimular la curiosidad que me comía por dentro. Tomamos un taxi hasta la estación y una vez que íbamos en el tren le pregunte.
- ¿Por qué Cheeto estaba tan cariñoso contigo?.- Dije algo celoso tomando su mano y mirándole.
- No eh náh Rubiuh.- Me dijo evitando mi mirada.
- Mangel.. ¿te hizo algo?.- Trataba de mirarle pero el seguía corriendo la vista.
- Que no, coño! Ya dejah de preguntah ehtupidece’.- Dijo soltando mi mano y cerrando los ojos para dormir.
Como Cheeto le hubiese puesto una mano encima…. Es que lo mataba.
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