Te quiero.
Rubius:
Caminamos lentamente al departamento, digo lentamente porque dábamos un paso y parábamos para besarnos y ponernos en plan cariñosos. Al llegar ambos nos tumbamos en el sillón, estábamos cansados, había sido un día largo. Al sentarme sentí una punzada que me hizo gritar.
- AH JODER!.- Dije poniéndome de lado.
- ¿Rubiuh que te pasah?.- Dijo Mangel mirándome preocupado.
- Me duele el culo tío.- Dije poniendo cara de dolor.
- Ehta exagerando.- Dijo riéndose.
- Vale si eso piensas entonces la próxima vez serás tu el que tomara mi lugar.- Dije tumbándome de espalda para estar mas cómodo y poniendo mi cabeza en las piernas de Mangel.
- Venga tío, no me ehtare quejando como tú, pareceh un crio.- Dijo acariciándome el pelo.
- Vale, ya veremos.- Dije sonriéndole. De pronto sonó mi móvil no quise contestar pero volvió a sonar, así que supuse que era importante y cogí el móvil.
- ¿Si?.- Dije esperando que alguien hablara.
- Rubén hijo ¿cómo estas?.- Sonreí al darme cuenta de que era mi madre. Como la extrañaba.
- Estoy bien, ¿y tu? Te extraño mucho.- Al decir eso Mangel me miro confundido.
- Bien, bien. ¿Podrías venir algunos días para cenar y hablar de cómo te ha ido? También te extraño y tu hermana no para de decir tu nombre.- Sonreí aun más al escuchar eso.
- Mi pequeñita, que mona es. Claro que iré, pero llevare a Mangel conmigo, vale?.- El me miró aun mas confundido.
- Vale, nos vemos el fin de semana, Te quiero mucho hijo cuídate.-
- También te quiero, nos vemos.- Colgué el móvil.
Mangel me miro, tenia una cara de confusión que me hizo sonreir.
- ¿Cómo que ‘’tambien te quiero’’? Con quien hablabah?.- Me dijo sin poder ocultar sus celos. Me descojone al escucharlo tan celoso y solo lo bese.
- Era mi madre, quiere que vaya a cenar y a ver a mi hermana.- Le sonreí.
- Coño rubiuh por que le ha’ dicho que iría yo?.- Me dijo nervioso.
- Porque así será. Tranquilo no le diremos nada solo quiero que vayas conmigo, no quiero estar ni un día más sin ti.- Suspiro y me abrazo.
- Vale, pero no le diremoh náh, no quiero que terminen odiándome.-
Nos quedamos un momento en el sillón descansando y acariciándonos, luego decidimos ir a dormir. Mañana era viernes y teníamos que ir a Bgames.
Me incorpore para irme a mi cuarto, me saqué la ropa y me tumbe en la cama, Mangel no llegaba, así que me levante para ir a verle y choque con el en el pasillo que iba desnudo hacia el baño para darse una ducha.
- Joder rubiuh ten cuidao’.- Dijo tocándose la frente ya que nos habíamos golpeado.
- Lo sie…nto.- Dije tartamudeando al verle desnudo. Camine rápidamente hacia mi cuarto y me tumbe en la cama tapándome. No se porque aun me ponía nervioso verle así el hijo puta me había dado un calentón sin siquiera tocarme, no quería hacer nada porque estaba cansado y aun me dolía el culo así que me voltee para esconder mi erección y cerré los ojos, no podía quedarme dormido sin él a mi lado aunque tuviera un sueño de la puta, luego de unos diez minutos sentí como se tumbaba en la cama y me abrazaba, me moví para acercarme a el, puse mi cabeza en su pecho, sentía los fuertes latidos de su corazón, puse mi mano dentro de su camisa acariciando su pecho, cerré los ojos, sus latidos eran como música para mis oídos, me relajaba, me hacia sentir bien.
- Te quiero, Mangel.- Susurre.
Sentí como sus latidos se aceleraban al decir eso y sonríe.
- Te quiero máh Rubiuh.- Me dijo acariciándome el pelo.
Sin darme cuenta caí en un profundo sueño.
Al despertar por la mañana gracias a la alarma del móvil, abrí los ojos y lo primero que oí fue el latir de su corazón, podría estar así todo el día, me tranquilizaba. Lo desperté besando su pecho y subiendo hasta su cuello.
- Buenos días, mi ángel.- Le dije mirándole.
- Buenoh diah amor.- Creo que era la primera vez que el me llamaba así, me sentía en el cielo. Por alguna razón era una de mis mañanas favoritas.
El resto del día fue aburrido, luego de desayunar caminamos de la mano hasta Bgames, grabamos un par de videos haciendo gilipolleces, Mangel hizo un gameplay del FIFA con Alexby, luego de eso Alex le paso su móvil y las cosas que se le habían quedado hace días en el bar. Nos despedimos de todos y fuimos a casa.
Al llegar decidimos hacer las maletas para irnos mañana a la casa del padrino y mi madre. Nos quedaríamos el fin de semana así que no necesitábamos muchas cosas. Terminamos de empacar y nos sentamos en el sillón, Mangel se apoyo en mí.
- Siento que algo va a salih mal mañana Rubiuh.- Me dijo preocupado.
- No digas estupideces tío, mi madre siempre te ha querido, además ella no sabrá lo nuestro aun.- Dije besándole la frente.
- Vale, solo que tengo un mal presentimiento.- Me dijo mirándome con una mueca.
- Tranquilo Mangel.- Me levante dándole un beso en la mejilla. – Ire a hacer algo para cenar, ¿quieres ir conmigo?.-
- Vale pero si quemo tóh de nuevo no me culpeh.- Ambos nos reímos.
Hicimos lasaña siguiendo el video de Cheeto como ayuda ya que nunca antes habíamos cocinado eso, salió bastante bien, nos quemamos un par de veces pero era la polla cocinar con Mangel, nos reíamos de todas las gilipolleces que hacíamos. La verdad es que vivir con el, mi mejor amigo y a la vez mi novio, era como estar permanentemente en el paraíso.
Cenamos, lavamos todo, alimentamos a Raspberry, la muy puta se subió al mueble y quebró un vaso, luego de limpiarlo y regañarla nos fuimos a dormir. Mañana iba a ser un día largo esperaba que todo saliera bien.
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