Seguían sus cuerpos entrelazados en el parque de la mansión. Por fin, luego de tantos años de separación, Draco volvía a sentir el roce de su amada Hermione, aquella chica a quien tanto daño causó y a quien, paradójicamente, tanto amó.
—Quiero que me cuentes todo de Annie, cómo es ella, qué sabe de mí... ¿se me parece? ¿Qué siente por Michael? ¿Él la quiere?
—Draco, ese es un tema que prefiero hablar luego. No me siento en condiciones de poder abordarlo en este momento —Hermione sabía que no podía ahondar demasiado en detalles, si no Draco se enteraría que no estaba casada—. Debo regresar con Michael, él debe estar preocupado por mí.
—Se me olvida que estás casada. Bien, como digas. Pero por favor, solo dime una cosa: ¿Annie sabe que yo soy su padre? —Hermione respiró profundo. No le gustaba mentir y ya bastante tenía con todo el montaje que hizo junto a Michael.
—No, Draco. Ella cree que su padre está muerto. Tú estás muerto para mi hija. Moriste, el día que me dejaste por casarte con Astoria —con un nudo en la garganta giró y se dirigió a la casa. Ahora debía hablar con Michael.
Draco quedó solo en aquel lugar. ¡Tenía una hija! ¡Fruto de su amor con Hermione! Eso era lo que aquel día ella le fue a contar y él la interrumpió, humillándola de la forma más cruel. ¿Por qué no pudo advertir que algo ocurría? Pero si ella le hubiese contado la verdad, ¿habría sido capaz de mandar todo por la borda e irse con Hermione? Ahora, luego de tantos años, respondería que «sí», pero en aquel entonces, ¿hubiese sido capaz? Siempre tan fatuo, engreído... tan manipulado por sus padres... Ya era hora de actuar.
Sí, mucho tiempo había transcurrido pero nunca era tarde para enmendar viejos errores, porque, ¿hasta cuándo dejaba que gobernaran su vida? Era tiempo de tomar una decisión: ayudaría a Hermione y buscaría a su hija. Luego se divorciaría de Astoria y se quedaría con Scorpius. Amaba a su hijo, era lo único que lo mantenía vivo al lado de esa mujer. ¿Y Hermione? Ella había hecho su vida, estaba casada con su primo y se notaba que él la amaba pero, ¿la amaría tanto como él?
Nunca había sentido tanto dolor: su hija desaparecida, Hermione casada y lo que es peor, ella había estado en coma por mucho tiempo. ¿Por qué él no se enteró? ¿En qué maldito mundo o burbuja vivía que acontecimientos como esos para él eran invisibles?
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Hermione por su lado, ingresó a la habitación que compartía con Michael, que estaba acostado, leyendo una revista muggle de medicina. Siempre lo hacía. No podía quedarse atrás en esos conocimientos, ya que cada día aparecía un nuevo tratamiento o alguna nueva técnica para tratar enfermedades. Al verla, dejó de lado la revista y su rostro se tensó. La miró fijamente.
—¿Ocurrió algo? —ella asintió.
—Draco sabe lo de Annie —Michael guardó silencio unos segundos.
—¿Qué más le dijiste?
—Le conté lo del accidente en el edificio, que estuve hospitalizada y que ella desapareció —Hermione se sentó al lado de Michael—. Lo siento. No podía ocultar a mi hija. Estaba sola sentada en el parque y pensaba en Annie... me descuidé... y...
—Shhh, tranquila, ven —Michael la acomodó al lado suyo—. Es tu hija y la amas. Yo presentía que se lo ibas a decir, por eso no quise acompañarte. Él es el padre de Annie y debía saber de su existencia. No hubiese querido que fuera tan pronto pero bueno... lo hecho, hecho está. Es mejor que él lo sepa. Como sea, Draco es el padre de Annie. Dime, te ayudará a buscarla, ¿no?
—Dijo que no me iba a dejar sola.
—Hermione, ¿todavía lo amas?
—A estas alturas no lo tengo muy claro... lo amé tanto... y lo odié tanto también...
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ENTRE LLAMAS (Fanfic)
RandomHermione huye del mundo mágico con un secreto tan grande que la obliga a dejar hasta su propia magia. Un accidente hará que la vida de ella cambie para siempre, lo cual la obligará irremediablemente a retornar a ese mundo que tan malos recuerdos le...