—Concéntrate, Hermione. Cierra tu mente. No dejes que me entere de qué guardas allí, he visto cosas que no debí... —dijo Michael aquella tarde mientras practicaban oclumancia.
Hermione no lograba dominar la técnica, pero sí había avanzado bastante. Los hechizos los estaba ejecutando en forma correcta, algunos encantamientos todavía no los podía hacer pero en contraste con aquello, aprendió algunos nuevos. Michael era un mago excepcional. Su sabiduría solo la podría comparar con la profesora McGonagall. Conocía demasiado y sabía de técnicas de aprendizaje que jamás se hubiera imaginado. Y claro, además poseía tantos títulos muggles que podía aplicar sus conocimientos en todas las ramas, tanto de la ciencia como de la magia.
Incluso poseía un programa computacional que él mismo había diseñado con el cual jugaba con nuevos movimientos de varita para experimentar en innovadoras técnicas que no dudaba en compartir con Hermione, porque él, en muy pocas ocasiones utilizaba la varita, pues era muy hábil en la magia de manos libres.
—¿Qué has visto? —preguntó Hermione algo avergonzada.
—Lo suficiente como para decirte que tú y mi primo eran excelente amantes —respondió con una mueca de fastidio, mientras preparaba un té.
Hermione guardó silencio, moría de vergüenza al escuchar aquello... —¿Qué habrá visto específicamente?
—Lo que ustedes hicieron la noche de la graduación, Hermione. ¡Por Merlín, mujer, cierra tu mente! ¡Te estoy viendo todo! ¡Ah! Y no pongas esa cara, recuerda que soy médico y estoy acostumbrado a ver gente desnuda...
—¡Habrás visto gente desnuda pero sucede que estamos hablando de mí, Thompson! ¡Si hay una puerta abierta, no tienes por qué entrar! ¡No seas intruso! —exclamó seria, segura y en tono retador, tal como Michael quería que fuera.
—¡Eso es lo quiero de ti, Granger! Quiero que seas rebelde, contestataria y por sobretodo desafiante y oposicionista. No te quiero dócil, obediente, ni menos callada. Debes ser fiel exponente Malfoy, ¿entendido? Ah, y por lo que haya visto de tus recuerdos, no me interesa en lo absoluto. Es tu vida... y yo también tengo mis vivencias como cualquier ser humano.
—Claro, como las vividas con Astoria Greeng... ¡Michael! —él quedó perplejo. Sus defensas habían sido vulneradas y nada menos que por su aprendiz quien acababa de ver en sus propios recuerdos.
—¡Hermione! Que... que... ¿Qué fue lo que viste? Pero cómo, no comprendo...
—Tranquilo —dijo ella riendo—. Ya entiendo, pero tranquilo ¡Ja, ja, ja! No diré nada... ¡Ja, ja, ja! Pero tú y la estirada esposa de Draco... Es que no... No lo puedo creer
—No puedes decir nada, eso es secreto —agregó Michael ruborizado.
—Como tú dijiste, son tus historias y a mí no me interesan.
—Entre ella y yo nunca hubo nada serio. Al contrario, siempre fui el «muggle asqueroso» con quien ella se entretenía
Hermione notó algo de tristeza en las palabras de Michael. La taza de té que se había servido quedó en una mesa mientras él se había acercado a la chimenea.
—¿La amabas?
—Creo que no. Si la hubiese amado, le habría contado que realmente era mago y no muggle, pero no lo hice.
—Entiendo.
—Continuemos. Veo que has avanzado mucho, en poco tiempo me sobrepasarás —Hermione sonrió y asintió. Era Malfoy después de todo, aunque le doliera no lo iba a demostrar.
—Creo que lo de recién fue casualidad.
—En mi mundo no existen las casualidades. Venga, sigamos, que solo restan dos semanas de entrenamiento antes de presentarnos como marido y mujer ante los Malfoy.
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ENTRE LLAMAS (Fanfic)
De TodoHermione huye del mundo mágico con un secreto tan grande que la obliga a dejar hasta su propia magia. Un accidente hará que la vida de ella cambie para siempre, lo cual la obligará irremediablemente a retornar a ese mundo que tan malos recuerdos le...