Reunión Weasley

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Hermione descansaba en el pecho de Draco. Ambos lograron acomodarse en la cama luego de haberse pertenecido nuevamente. Él, ya más sereno, consiguió quitarse la ropa por completo y acostarse al lado de ella, estrechándola entre sus brazos.

En sus pieles aún estaba el reflejo de lo vivido hacía unos minutos. Un suave rocío de sudor en sus pechos y una gota que corría por la sien de Draco... la respiración lentamente se fue controlando, así como el ritmo de sus corazones.

—Hacía años que no estábamos así. Por fin juntos nuevamente. He deseado tanto volver a tenerte conmigo, Hermione.

—Yo te he extrañado mucho, Draco.

—Cuéntame, cómo es mi hija.

—Se parece mucho a ti: es engreída, altanera... —Draco sonrió—. Sabe lo que quiere y lucha hasta conseguirlo. Es muy inteligente y  tiene tus ojos.

—Desde ahora estaremos juntos. Lucharé para que Scorpius esté también con nosotros. Sé que Astoria me entregará la tuición ya que en su vida, no hay espacio para niños y ambos se podrán criar juntos. 

—Tienes tantos planes pero, ¿me has preguntado a mí qué quiero hacer yo? —Draco dio un respiro profundo. Hermione tenía razón, él había hecho todos los planes pero, ¿la opinión de ella la había considerado?

—Es vedad. He arreglado nuestra vida y ni siquiera te he preguntado qué quieres tú. Lo lamento, amor. Realmente es un sueño tenerte nuevamente conmigo que no me había detenido a pensar en ello. Dime, ¿qué quieres?

—Quiero tiempo... tiempo para encontrar a mi pequeña; para recuperar los años perdidos y... tiempo para perdonarte. Sabes que te amo pero nuestra separación me hizo mucho daño. No te imaginas cuánto.

—Lo sé amor, no me canso de pedirte perdón por todo lo mal que te hice pasar... —Hermione guardó silencio y entendió que para Draco también era difícil y también casi imposible que ella quisiera estar con él a pesar de todo el mal que por su culpa vivió—. Y si quieres tiempo, lo tendrás. Mientras tanto yo arreglaré mi tema legal con Astoria, pero no quiero que regreses al mundo muggle.

—Aquí no tengo cabida... En Londres tengo casa, un trabajo, recuerda que soy profesora y mi Annie debe ir al colegio.

—Esta cabaña puede ser tu hogar. Ninguno de mis padres sabe de su existencia. Yo vengo aquí con Scorpius  algunas veces, así que sería perfecto para que vivieras con mi hija, además nada les faltaría.

—Draco, entiende, no quiero ser «la otra» en tu vida y tampoco depender de ti. Cuando recupere a Annie volveré a Londres y si tú quieres, me vas a ver allá. Por favor, trata de ponerte en mi lugar.

—Amor, está bien, se hará como tú quieras. Yo solo lo hago por tenerte cerca, pero si prefieres estar en Londres y me das la oportunidad de poder verte y de estar con mi hija, que así sea, entonces.

—Gracias.

—Te amo.

La besó. Primero fue un beso suave en los labios, pero para él era imposible darle sólo ese tipo de besos, profundizó, metiendo suavemente su lengua en la boca de ella, quien lo dejó entrar. De nuevo el deseo hizo presa fácil de la pareja, obligándolos a amarse una vez más.

Era una pasión contenida por tantos años, que los gemidos de placer retumbaron en las paredes de aquella habitación, mientras la temperatura ambiente, así como la de sus cuerpos, que subía en forma peligrosa...

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Michael pronto se dio cuenta que Hermione se había fugado del hospital. No sabía si lo había hecho sola, aunque bien sabía que eso era prácticamente imposible, no tenía la fuerza necesaria, además la varita de ella no estaba en su poder y, sumado a que su magia aún no era tan poderosa como para desaparecer sola... por lo que estaba claro que había recibido algún tipo de ayuda externa. Y esa ayuda, tenía nombre y apellido: Draco Malfoy. Pero si había sido él, ¿a dónde se la había llevado? ¿A la mansión? Ni pensarlo. Nadie en esa casa estaría de acuerdo con recibir a Hermione conociendo su origen. Si bien la aceptaron hacía unos días atrás fue única y exclusivamente por estar junto a él, por haberla presentado como su esposa, pero ¿sola? No, eso jamás. A no ser que Narcisa, quien se mostró más magnánima pudiera ceder... pero lo dudaba...

ENTRE LLAMAS (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora