E P Í L O G O

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El doctor Michael Thompson salió de la habitación en donde estaba Hermione. Afuera sus amigos: Ginny junto a Harry, Ron con sus padres y Lavander. También estaba Draco Malfoy, el hombre que hacía unos cuatro años, de casualidad, azar o capricho del destino, pasó por unos edificios de departamentos en donde hubo una explosión.

Aquel día vio a Hermione, gritando desesperada por su hija que estaba adentro de uno de ellos. En ese momento se enteró que ella había tenido una hija de él... Pero ese fue el peor día de su vida. Hermione cayó inconsciente producto del desprendimiento de una cornisa y horas más tarde le informaron que la pequeña hija de ambos estaba en la lista de los fallecidos. No la conoció, ella nunca supo que tenía un padre.

Su hija, Annie Rose Malfoy Granger descansaba eternamente en el mausoleo familiar, lugar en donde también lo haría Hermione junto a su hija, luego que, en unos minutos más, procedieran a desconectarla definitivamente del aparato que la mantenía con vida.

Desde el día del accidente, él no escatimó en gastos para salvar la vida a ella...  de la mujer que amó y con quien no pudo casarse por obedecer a compromisos familiares que lo único que habían logrado era tallar en él era una personalidad hosca y apartada del mundo. Buscó a su primo que era médico muggle para que se hiciera cargo del caso, pero todo había resultado infructuoso.

—Señora Granger, Draco... pueden pasar. Es la hora... Hemos comprobado que no hay actividad cerebral... —se escuchó que Ginny gritó un «¡Noo!» desgarrador y que Molly abrazaba a Arthur. Ron y Harry contenían el llanto, pero las lágrimas amenazaban con correr por sus rostros.

Draco avanzó hasta la habitación en donde se escuchaba el sonido  del contador de latidos cardiacos y de la máquina de respiración artificial, que debía desconectar la madre de ella. Jane tomó la mano de Hermione y la besó.

—Mi pequeña, al fin vas a descansar... has luchado demasiado —dijo retrocediendo unos pasos para que Draco pudiera acercarse a la cama.

—Hermione... mi amada... Aquel día que te presentaste en mi matrimonio no te oí, no lo quise hacer... por favor, perdóname. Si todo hubiese sido distinto... tú y mi Annie estarían junto a mí.  Fui un malcriado... un estúpido mortífago que lo único que hacía era obedecer a un desquiciado que tenía como padre...  Me casé,  me divorcié... y te busqué, pero te encontré en el último día de tu vida. Descansa, amor... descansa eternamente junto a nuestra hija... yo, aquí me encargaré de mi hijo Scorpius. Lo criaré como a mí no me criaron y haré de él un hombre de bien... y espero pronto, amor de mi vida, llegar donde ti y estar juntos eternamente en esa otra vida.

En ese momento Michael hizo una señal a Jane, quien presionó un botón y él apagó algunas luces. Un largo pitido se escuchó, señal innegable de que Hermione había fallecido. Descansaba eternamente.

Draco estaba sobre el pecho de ella, con un llanto sonoro y desgarrador, pues parte de su alma y de su vida, se iba con aquella mujer

—Debes estar tranquilo, Draco. Ella se fue en paz. Cuando despertó hace dos años... pensamos que había ocurrido el milagro, pero fueron solo minutos de lucidez, suficientes para verte, reconocerte... y también me habló... luego volvió a caer en el sueño profundo. Sabíamos que sería casi imposible que volviera a despertar —dijo Michael, poniendo una mano en el hombro a su primo—. Últimamente su corazón estaba con muchos problemas  y no había necesidad de mantenerla artificialmente viviendo.

— Creo que he pagado muy caro mis errores —reconoció Draco al cabo de unos segundos, acercándose al rostro de Hermione que lucía en paz. La besó suavemente en sus labios inertes—. Nos veremos pronto, amor mío. Espérame en tu cielo, allí llegaré y estaremos eternamente juntos los tres...

«Muñeca hermosa de ojos canela,

caminas sin valla al espacio sin tiempo.

La muerte te ha hecho presa...

La vida ha soltado su cárcel para verte serena.»

Te ves avanzado por un túnel iluminado. A tu lado va tu hija sonriente. Delante de ti caminan tres personas que amaste en vida... todos te sonríen... todos te acompañan...

Sabes que vas a un mundo mejor, a un mundo de paz en donde reina el amor eterno. Te vas con tu hija, aquella que creías desaparecida y eras tú la que estaba alejada. Eras tú la que te negabas a partir...

Tu amor pronto llegará y ese día será de fiesta y regocijo infinito. Ese día festejarás tu unión eterna junto al único hombre que amaste en vida y con el cual tuviste una hija. Esa hija con quien hoy te unes por el resto de la eternidad.


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Obra dedicada a ti amor mío, y como tú tan sabiamente me dijiste: «Quizás en otra vida».

Sigue la historia, en su segunda parte: OTRA OPORTUNIDAD PARA AMAR

https://www.wattpad.com/story/101563093-otra-oportunidad-para-amar 

https://www.fanfiction.net/s/12390576/1/OTRA-OPORTUNIDAD-PARA-AMAR  


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ENTRE LLAMAS (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora