Hi Baes♥ espero les guste :) comenten porfavor!!
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Tu: Te equivocaste, el vuelo no va a Los Angeles. Va a Florida.
Matt: -Sonreí- No me equivoqué, amor. No nos podíamos ir sin darte una sorpresa.
Tu: ¿Qué sorpresa?
Matt: Sorpresas son sorpresas. Ya verás.
Después de media hora ya nos encontrábamos viajando a Florida. Ella estaba dormida, sentada en el asiento que daba a la ventana. Aproveché de llamar a mamá.
Matt: ¿Cómo está una de las mujeres más bellas del mundo?
MM(mama de Matt): ¿Una de las mujeres? -Rió- Estoy bien, querido. ¿Tu cómo estás?
Matt: Maravillosamente bien.
MM: Así parece. ¿Sigues en Nueva York?
Matt: No, voy en el avión.
MM: ¿Ya te vienes? ¿Tan pronto?
Matt: No, vamos a Florida.
MM: ¿Tienes alguna entrevista?
Matt: No, llevo a pasear a mi novia –Sonreí al voltear la cabeza y mirarla.
MM: Como la extraño…
Matt: ¿A mí me extrañas?
MM: A ambos. ¿Cuándo me vendrán a ver?
Matt: Te veremos en seis días, no lo olvides.
MM: No he olvidado tu cumpleaños, cariño. Solo que no sé si pueda ir.
Matt: ¿Por qué no?
MM: Tus hermanos entran al colegio.
Matt: ¿Cuándo?
MM: El quince de este mes.
Matt: Mi fiesta será el 7, mamá. Por favor, ve con mis hermanos.
MM: Si, cariño. Haremos todo lo posible por dejar todo listo.
Matt: Gracias. Bueno, te dejo. Descansaré.
MM: Está bien, hijo. ¿Cuándo regresarás?
Matt: Aún no lo sé.
MM: Bueno, adiós. Llámame siempre que puedas, no sabes lo feliz que me hace.
Matt: Lo haré, mamá. Te amo.
Las horas avanzaron. Su dulce olor a frambuesa del nuevo perfume que había comprado para ella meses atrás, se posaba en mi nariz. Abrí los ojos, era lo más maravilloso despertar con ese olor, abrir los ojos y lo primero que ver, sus ojos derramando luz, amor, ansiedad, sobretodo esperanza. Sonreí y volví a cerrar los ojos. Besó mi mejilla, por lo que volví a abrirlos.
Tu: Es hora de bajar, amor –Susurró.
Matt: -Negué con la cabeza- Bésame –Susurré.
Tu: -Rió frunciendo la nariz- Te espero abajo.
La fuerza no me daba para levantarme y bajar. Una azafata me recordó que el vuelo había aterrizado. Asentí arreglando mi cabello y refregando mis ojos. Cogí mi bolso y bajé algo adormecido. Marqué su número y me dijo que se encontraba en el baño del aeropuerto. Me dirigí a las afueras de los baños y la esperé. Fuimos por un café y de la nada le dio una tentación de risa, su voz se hizo un nudo y no paraba de reír ni para respirar, estaba nervioso y divertido a la vez. La gente la comenzó a mirar con rareza y ella no paraba de reír. Me desesperé y la tomé de las mejillas aferrándola a mí con un beso. Al apartarme me miró seria, con mis manos aun en sus mejillas y sonrió.
Tu: Entonces…
Matt: -La miré entrelazando mi mano con la suya- ¿Entonces?
Tu: ¿Vamos a…? –Me miró curiosa y sonriente.
Matt: A ser los protagonistas de una mágica historia esta noche.
Tu: -Rió- Matt, hablo en serio.
Matt: Yo también, más serio que nunca. –Salimos del aeropuerto y avanzamos a una estación de buses.
Tu: Eres tan… -Protestó sin terminar su oración.
Matt: ¿Romántico? ¿Dulce?
Tu: Misterioso.
Matt: ¿Si soy romántico, verdad?
Tu: -Asintió- Tengo el presentimiento de que será una gran noche.
Matt: Lo será, lo prometo.
Subimos al bus que nos llevaría hasta donde pensaba llevarla. Dos horas tardó este en llegar. Ya estaba oscuro y hacia frio. Nos bajamos y al ver todo lo que habría que caminar, luego ver sus altos botines, le sugerí que subiera a mis hombros nuevamente. Se negó diciendo que ella podía, pero sabía a la perfección que llegaría agotada y no quería eso.
Fue más de lo que creí que habría que caminar en realidad. Al estar cerca, se bajó y la miré.
Matt: Ahora, quiero que sepas que ahora, en este mismo instante, en este preciso respiro, te estoy amando con todos mis sentidos.
Tu: Matt… -Musitó ruborizada y sorprendida.
Matt: Pero debes responderme algo primero.
Tu: Tú solo pregunta, mi vida.
Matt: ¿Me amas?
Tu: Ma…
Matt: No -Interrumpí- ¿Confías en mí? ¿Me amas lo suficiente como para confiar plenamente en mí?
Tu: Matt…
Matt: Se sincera -Volví a interrumpir- Necesito oír la verdad porque de eso depende todo.
Tu: Ma… -Iba a volver a interrumpir, pero- ¡Matt! Escúchame. Te amo, confío en ti, te amo, ¿sí?
Matt: -Asintió ruborizado- Lo siento, estoy nervioso. Te cubriré los ojos con mi mano, debes prometer que no correrás la vista.
Tu: -Rió- Lo prometo.
Matt: Bien –Cubrí sus ojos y comenzamos a caminar, desde ya se veía donde debíamos llegar, estábamos muy cerca.
Tu: ¿Será mucho?
Matt: Casi nada.
Tu: Hay piedras, ¿qué si tropiezo con una?
Matt: ¿Crees que te dejaría tropezar?
Tu: No lo cr… ¡Ay! –Exclamó al casi caer por pisar una piedra.
Matt: -Reí- Lo siento, no vi esa.
Tu: Si, está bien.
Narras tú:
Su mano cubría mis ojos con suavidad y la otra rodeaba mi cintura, me causaba cosquilleo. Llegó un instante en el que se detuvo y besó mi mejilla. Me susurró algo en mi oído, podría haber jurado que era árabe. Sentí su sonrisa rosando mi mejilla y quitó con toda calma su mano de mis ojos. Me abrazó por detrás mientras veía. Una cabaña, madera clara, grande, llena de luces. Un pequeño sendero de faroles que guiaban a la entrada. Ventanales incluso más grandes que la entrada, cortinas blancas, que reflejaban. Un balcón bajo, con asientos y una mesita central, en la cual había dos pequeña blancas velas y dos pequeños vasos. Todo era muy rustico, todo parecía delicado y hermoso a la vez. Observaba cada detalle que alcanzaba a notar desde donde me encontraba. Levanté la cabeza hacia atrás para mirarlo, era lo suficientemente más alto. Luego, volví a bajar está para mirar nuevamente la cabaña.
Matt: ¿Vamos?
Tu: Si, cariño.
Matt: Debes fijarte bien en los faroles, hermosa.
Tu: -Comencé a caminar, pero él no- ¿Vienes? –Me detuve.
Matt: Te veo en segundos –Sonrió y corrió hacia otro lado.
Quedé extrañada durante un par de segundos y luego volví a caminar. Llegué al primer farol, cinco faroles en total, todos adornados con una cinta de mi color favorito, bajo estas, una nota agregada.
La primera:
“Quería leer todas las páginas del libro si tú eras la portada.”
La segunda:
“Quería ver más allá de tu interesante aspecto;”
La tercera:
“Quería leer cada detalle de tu historia, leer tu personalidad y tu actitud, quería leer cada parte de ti; quería leerte.”
La cuarta:
“Descubrí en tu historia algo más que letras, descubrí amor.”
La quinta:
“Me he dado cuenta que avanzo tus páginas con el miedo de acabar, de no encontrarme con una página más.”
Llegué a la entrada leyendo la quinta nota. La puerta se abrió y levanté lentamente la cabeza; Él, sonriendo y con una nota adherida a la parte izquierda de su pecho, sobre su roja camisa, el lado en donde está el corazón. Quité suavemente la nota y leí:
“Es así como me enamoré de ti; Te aprendí a leer y a apreciar cada detalle en ti.”