Capitulo 97 4/10

5.5K 238 0
                                    

Helloo!♥ espero les guste!!! comenten porfavor... la novela casi termina!!!

▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼▲▼

Lo recordé. Se sintió como un balde de agua fría. No sabía bien la razón, no sabía de qué huía, ¿de él?, yo no le temía. Aunque si temía algo, sentir cosas fuertes, verlo como un imán que me atrae hacia él sin dominio de mi misma. Yo ya no quería que él fuera mi prioridad al momento de pensar. No lo quería en mi mente, menos en mi corazón. No quería nada de él, ya no, no lo quería, él no pensó en mí cuando hizo lo que hizo, ¿por qué yo debo pensar en él?, simplemente quería avanzar de capítulo, uno nuevo en mi vida, sin su nombre entrometido entre palabras. Nada más de él. 
Pero es ahora cuando pienso con mi mente centrada en la realidad. Papá se había retrasado con el dinero que me enviaba mensualmente, casi todo mi dinero lo había gastado en pagar ese carísimo hotel a medias con Matt, regalos para todos, además útiles de supervivencia. Estaba quedando prácticamente en “la ruina” y en Los Angeles no puedes quedar en la ruina, definitivamente no. Trabajar un día como estilista de los chicos, más bien, ayudante de Steff, me daba el dinero suficiente como para no necesitar dinero de mi papá tan pronto, en verdad, el dinero que recibía trabajando unas horas con Steff, era increíblemente favorable. Solo un día, susurré en mi mente. Una tarde cerca de él, podía evitar hablarle y si tenía suerte, mirarlo. 

Seguí caminando hasta el auto, pensando un sinfín de cosas. Samy me siguió a paso lento. Entré al auto en el lado de “copiloto” o “pasajero principal” y tomé mi celular que estaba guardado en mi auto. No lo había llevado conmigo a la universidad porque quería hacer lo que debía, aprender. Si llevaba el celular me distraería. Miré la pantalla aun sin desbloquear, cinco llamadas perdidas y un mensaje. La desbloqueé con cierto nerviosismo, ¿quién me había llamado y mensajeado?, tres eran de papá, una de Samy y otra de Natalie. El mensaje de papá. “¿Por qué no contestas, bebé?”, bebé, reí bajo, antes odiaba ese término, ahora quería oírlo al final de una frase que dijera “Todo estará bien… bebé”. Pero aun así, de lo más profundo que podía sentir, esperaba leer en el registro de llamadas o mensajes, un curvado y minúsculo para mis ojos, pero mayúsculo para mi mente, Matt. Lo loco de esto es que horas antes no quería más mensajes ni llamadas de él, pero ahora que ya no llamaba ni enviaba mensajes, estaba desesperadamente loca por recibir algo de él.
Les devolví las llamadas a papá y a Natalie, a Samy la tenía a un lado. Iba a guardar nuevamente el celular hasta que vibró en mis manos. Miré la pantalla, Steff. 

Tu: Hola, Steff.
Steff: ¡Nena! ¿Dónde estás? –Su voz estaba algo cortada y en tono alto. 
Tu: En mi auto, camino a casa. ¿Te encuentras bien?
Steff: Yo sí, pero alguien no. Necesito tu ayuda.
Tu: ¿Es Lucy?, ¿sucedió algo con Lucy? –Pregunté preocupada.
Steff: No, no es la pequeña. Solo, ¿podrías venir al estudio fotográfico ahora?
Tu: Yo… sí, claro. Necesito pasar a casa unos minutos…
Steff: En una hora acá, ¿bueno? –Interrumpió apresurada. 
Tu: Estaré en menos, no te preocupes. 
Steff: Está bien, gracias. Debo cortar, adiós.

Samy: ¿Todo bien? –Me miró de reojo. Ella estaba al volante.
Tu: -Encogí mis hombros- Steff me llamó diciendo que me necesita urgente, dijo que le pasó algo a alguien. 
Samy: ¿Conduzco hasta el estudio? 
Tu: -Iba a decir que no, debía cambiarme y sacarme un poco de maquillaje- Si. Tal vez sea en verdad urgente. –Suspiré.

Apoyé mi cabeza en la ventana. Los Angeles ya no era lo mismo sin él, lo admitía. Las calles que recorríamos en largas caminatas. Nuestras risas y sonrisas que compartimos con el increíble aire de la ciudad. Podía sentir mi corazón acelerar al momento de recordar lo que hacíamos, lo que sentíamos cuando respirábamos el mismo aire. Entonces me envolví en los recuerdos que tenía de él. Su nariz hundiéndose en mi cuello, sus labios pegados en los míos, sus manos acariciando mis hombros. Su sonrisa curiosa, peligrosa, increíble sonrisa. Esa mirada que contenía misterio, amor por sobre todas las cosas, esos ojos profundos, entre miel, verdes y cafés. Esa voz maravillosa.

Xx: ____, es hora… ___, despierta. –Rió sin humor. Abrí los ojos con lentitud, mi cuello me dolía y sentía mi cabello alborotado. Levanté la mirada, primero vi el espejo retrovisor, ¡el rímel!, exclamé. Estaba horrorosamente corrido, mis labios un poco hinchado y mis mejillas coloradas. Miré a un lado, la puerta del auto estaba abierta, Samy y Nash me miraban desde afuera. 

Tu: No me vean. –Cubrí mi cara con mis manos, estaba avergonzada.
Nash: Te quedaste dormida, adentro te necesitan. –Movió amistosamente mi hombro.
Samy: Déjame a mí, amor. -Pude oír un beso entre ellos, la envidia me comió con sanidad. Nash volvió adentro y ella se acercó a mí. – ¿Te ayudo con ese maquillaje corrido? –Asentí aun con la cara cubierta- Puedes quitarte las manos, no hay nadie mirando. 
Tu: -Las quité insegura- ¿Tienes crema?, quiero quitar esto de mi cara cuanto antes. 
Samy: Si. Dame aquel bolso bajo el asiento. –Apuntó. Lo recogí y se lo entregué. Mientras ella buscaba su crema, lo recordé.
Tu: ¿Quién me necesita? –Ella dejó de mirar el interior de su bolso, se detuvo y suspiró.
Samy: Hay mucho trabajo, digamos que alguien salió a beber un poco y las cosas no salieron bien. –Sonrió con un toque de dulzura y volvió a buscar la crema.
Tu: ¿Nash peleó?... ¡JACK !, ¿qué hizo Jack? –Intenté adivinar, ella rió.
Samy: Primero que nada, Nash ya no sale a beber por ahí solo en la noche. Segundo… ¡La encontré! –Fue un grito-exclamación de triunfo. La sacó y me dio un espejo. Luego de quitar el rímel corrido y haber hidratado mis labios, dejé el espejo a un lado y encogí ligeramente los hombros.
Tu: De todos modos pasaré a un baño, ¿hay baños de mujeres acá?, necesito enjuagar mi cara. 
Samy: Sé menos que tú -Rió cogiendo su rubio cabello en una coleta- Es la primera vez que acompaño a Nash en estas cosas. –Miramos a su espalda. Aaron hablaba por celular en la entrada, sin notarnos. 
Tu: ¿Entremos? –La miré. Ella asintió y salí del auto. Al intentar dar unos pasos, me estremecí.
Samy: ¿Estás bien?, estás… temblando. 
Tu: No, eso no es cierto… -Di otro paso, pero una de mis piernas se dobló.
Samy: Si lo estás… Calma, ¿es por qué lo verás, verdad?
Tu: -Negué con la cabeza- A veces pasa esto, ya sabes, la rodillas se doblan, secuelas del accidente. –Intenté convencerme más a mí que a ella.
Samy: Tranquila, todo saldrá bien… -Me abrazó, respondí a su abrazo y luego caminé nerviosa aún.

Aaron no nos vio entrar, había oído que estaba saliendo con una chica y según Jack, al parecer iba en serio. Di un paso dentro del estudio de fotografía que la revista australiana tenía en Los Angeles. Era grande, era casi como una casa comercial. Lo primero que mis ojos captaron fueron cuadros de portadas de la revista, en su mayoría antiguas. Gente movilizándose de un lado a otro. Samy visualizó a Nash y yo le dije que fuera con él mientras yo encontraba un baño, accedió con una imborrable sonrisa de enamorada. Caminé un poco, sin rumbo. Había un guardia bebiendo café cerca de la salida trasera. Caminé a él evitando mis nervios. “¿Un baño?”, pregunté. “Pasillo al fondo, a la derecha”, apuntó respondiendo, sonreí agradeciendo. Llegué al fondo del pasillo, el baño de hombres estaba en frente del de damas. Entré al de la derecha y lavé mi cara casi un billón de veces, exagerando. Nada más un suave, extremadamente suave labial. Arreglé un poco mi cabello y volví a la puerta. La abrí y justo en frente, ¡bam!, lo vi saliendo del baño de hombres. Balde de agua fría nuevamente. Fue uno de esos momentos en que el cerebro no envía información a tu cuerpo. Cerré torpemente la puerta, apretando unos de mis dedos dejándolo más rojo que un tomate. El grito de dolor se atrapó en mi garganta. Quité desesperadamente la vista de él, quien me miraba casi sin pestañar, lo sentía. Quería caminar y alejarme de ahí sin dirigirle vista ni palabra, pero era inútil, mis pies parecían pegados al suelo de cerámica cara. No sabía en qué pensaba él, solo sabía lo que yo pensaba, quería correr. 

Matt: Tu… dedo -Lo Apuntó- ¿Necesitas ayuda?, no se ve bien. -Negué rápida y bruscamente con la cabeza, sin mirarlo- Has llegado temprano a trabajar, ¿vienes con Samy? -Me miró esperando una respuesta, ¿por qué no me alejaba y fin?, estaba avergonzada- ¿Te contaron ya… lo de mi…? -Apuntó algo en su cara, no lo vi. Él sin obtener respuestas, suspiró- Nos… nos vemos allá. –Finalizó dejando entrar sus manos a los bolsillos de su pantalón. Esperó algunos segundos más y luego caminó por donde había llegado, más lento. Lo seguí tímidamente con la mirada hasta no se vio más. 

Volví con Samy y los chicos. Steff ya estaba manos a la obra con Jack G. Samy regaloneaba con Nash, a él lo llamó un hombre que cruzaba los cuarenta años y Samy se quedó sentada sobre un taburete. “Lo vi”, murmuré cerca de ella. Dio un brinco asustado de su asiento, llevando su mano al pecho, al ver que era yo sonrió y volvió a sentarse. 

Samy: ¿A quién viste? –Preguntó en murmuro también, mirando a Lou maquillando a Liam.
Tu: A Matt, lo vi a la salida del baño. –Cogí un taburete y lo posicioné a un lado del suyo. 
Samy: ¡Psicópata! -Exclamó. Steff y Jack g nos quedaron mirando- ¿Te vio entrar al baño y te quedó esperando, verdad? –Volvió al tono bajo, casi susurro.
Steff: ____, cariño, ¿vendrías un momento? –Nos miró, asentí con la cabeza.
Tu: -Dirigí mi vista a Samy- El estaba en el baño también, coincidimos. -Me levanté para caminar. Samy tomó cuidadosamente de mi brazo, impidiéndome ir.
Samy: ¿Viste su cara?, quizás que hizo…
Tu: ¿De qué hablas? –Me confundí.
Samy: ¿Qué no viste su cara?, ¿ni las noticias de chismes? –Negué con la cabeza.
Tu: Lo vi muy fugazmente, no me atreví a sostener mi mirada en él.
Samy: -Hizo una mueca desanimada, bufó- Steff te está mirando… -Volteé la mirada y seguí mi camino a ella.

Me encargué del cabello de Nash. Recordé cuando me hacia bromas coquetas, ya no era así. Me causó risa, ahora estaba tan embobado con Samy que ni una palabra coqueta salía de su boca, ni para Steff. Sin embargo algo andaba mal, todos los chicos andaban rondando por ahí,pero ni señal de Matt. Además, todos me miraban con cara de “¿Se habrá enterado?”, excesivamente confundida, me atreví a preguntar a Nash.

Tu: ¿Y Matt? –Pregunté con tono débil. Eso me ruborizó y me sentí avergonzada al sentir su media sonrisa, media seriedad.
Nash: Curaciones. –Dijo firme, mirándome. Algo envolvió mi corazón, como una cuerda, sin dejarlo moverse o respirar.
Tu: ¿Qué le sucedió?, ¿Se acaba de caer? –Pregunté dejando su cabello en segundo plano.
Nash: ¿No lo has visto?, tiene un moretón en su cara, cerca del labio. –La cuerda no se aflojó, sentí como mi corazón se apretó más.
Tu: ¿Cuándo sucedió? -Negué con mi cabeza- ¿Cómo sucedió?
Nash: -Suspiró. Llevó su mano al mentón.- Ayer en la noche salió a beber con Anthony. -¿Nashbebiendo en un bar con Anthony?, no suena bien- Me llamó antes, quería… dejar de pensar en ti. Estando en el bar, bebió mucho, Anthony le dijo al barman que no le diera más trago, Matt se molestó. Salió de la barra de tragos y… -Me miró, él iba a hablar algo pero lo emitió- un hombre lo golpeó.

Tu: Pero… ¿por qué?
Nash: -Tomó su tiempo en volver a hablar- Se conocían. Al parecer el “hombre” comenzó a molestarlo… él le dijo palabras como “Idiota”, “Ebrio y drogadicto sin control”… “La perdiste por ser… -No siguió.
Tu: ¡Nash! –Exclamé con desesperación.
Nash: Matt no dijo quién era, solo dijo que te conocía. Anthony narró los hechos, Matt estaba silencioso.
Tu: ¿Andrew? –Se me vino a la mente. Él ladeo la cabeza.
Nash: No fue Andrew. Ni Jimmy, quien también estaba loco por ti. 
Tu: Yo… está bien. –Respiré forzadamente.- ¿Cómo le hará para la foto?
Nash: Se la tomará este viernes, el moretón se puede cubrir con maquillaje. Ahora está muy reciente.
Tu: ¿Sabes dónde lo puedo encontrar? –Pregunté insegura.
Nash: ¿Lo quieres ver?, se fue algo triste y molestó a donde Kathe… -Calló su voz violentamente.
Tu: ¿Kathe…? –Algo cosquilleó en mí, celos tal vez.
Nash: Katherine, la enfermera que le hará curaciones esta semana. –Quería patear algo honestamente. Me mantuve quieta y conservé la calma. 
Tu: Me parece bien, ¿en su departamento, verdad? –No sé bien que tono tomé, interrogativo normal o interrogativo celoso. Él asintió, respiré lento y besé su mejilla.

Tomé mi chaqueta y le dije a Steff que era una urgencia, ella cedió a mi petición. Le dije a Samy que debía hacer un trámite, no me dejó ir fácil. “Conduce con cuidado”, “Pero cuéntame, ¿verás a un chico?”… Asentí a su última pregunta y salí antes que me preguntara su nombre, aspecto, dirección o grupo sanguíneo. Entré al auto, no me tomó más de quince minutos llegar a su departamento…

Half A Heart (Matthew Espinosa y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora