Okay, ultimamente no eh visto muchos comentarios!!! y yo la verdad me desepciona un poco... al subirle los capitulos pienso: "ya quiero ver los comentarios" pero cuando entro solo hay 5 o 9 comentarios!'? y yo hago todo lo posible por subirles capítulos!! aunque se que voy a estar ocupada... hago el intento de hacerlas felizes subiendoles capitulos todos los dias!! whatever aqui esta el capitulo espero les guste. espero ver mas de 13 comentarios! lol
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Los chicos continuaron con su evento, Lia y yo reiamos con las cosas que hacian y al finalizar el evento, corrimos tras el escenario. Me detuve frente a algunas chicas que iban caminando y vi la hora, eran las 00:02, di algunos pasos y luego me asustaron por detrás abrazándome.
Xx: ¡Felices 17 años amor!
Tu: -Reí tomando sus manos y volteé- Gracias, eres el primero.
Matt: De muchos que te saludarán preciosa. ¿Te gustó nuestro súper evento?
Tu: ¿Qué si me gustó?, ¡Me fascinó!
Matt: Te aprendiste todas nuestras canciones.
Tu: ¿Cómo lo sabes?
Matt: Te miraba cada vez que podía y veía como cantabas.
Tu: Te amo -Fijé mi mirada en él- Te amo por tantas cosas, pero principalmente te amo por ser tú.
Matt: Te amo más, mucho más -Me besó-
Caminamos hacía donde los chicos y todos me felicitaron. Nos quedamos un rato ahí y hasta los de seguridad me saludaban, sonreía y agradecía, aunque me parecía extraño porque a veces me imaginaba que muchos de ellos eran de carácter muy fuerte, cuando me saludaban parecían más bien personas amables y tranquilas.
Cuándo ya todo estaba listo y los de producción y todo comenzaban a abandonar el lugar, los chicos salieron y subieron al vehículo que los llevaría al hotel. En cambio Matt y yo optamos por ir a McDonald’s que quedaba a unas cuadras de ahí. Como estaba desabrigada, se quitó su polerón de Cameron Dallas y me lo colocó muy dulcemente. Lo abracé y apoyé mi cabeza en su hombro y sin saber como, una lágrima me comenzó a caer, luego otra y así estallé en lágrimas. Matt levantó mi cabeza cuidadosamente con una de sus manos y vió mi cara llena de lágrima y mis medio hinchados labios. Me preguntó que sucedía y no dije que nada, porque simplemente yo no entendía que sucedía. Miraba su preocupado rostro y lloraba más aun. Me sonreía para que me calmara un poco y vi como él comenzó a llorar también. Me extrañé de verlo así e iba a secar mis lágrimas pero el suavemente quitó mi brazo y las secó con su pulgar.
Tu: ¿Por qué lloras?
Matt: No me gusta verte así, me da mucha pena.
Tu: No tienes porque, es solo algo que me dio, así como ese miedo de que un día no estés a mi lado.
Matt: No tengas miedo de eso, sabes que siempre estoy y siempre estaré, elegí no estar sin ti.
Tu: ¿Cómo haces para ser tan único, tan especial?
Matt: Yo no preguntaría como, yo preguntaría quién. La respuesta eres tú. Tú me haces único y especial.
Tu: -Pasado unos segundos dejé salir una sonrisa- Se me apetece una rica comida con el novio más encantador de todos.
Matt: Tendremos que comer en McDonald’s porque al novio con la novia mas encantadora de todo el mundo, se le queman todas las comidas que prepara.
Tu: -Reí- Suerte que ese McDonald’s aun está abierto.
Matt: Y no cerrará hasta que la cumpleañera más hermosa no esté satisfecha.
Luego de comer, Matt llamó a un taxi que nos dejara en el hotel. Llegamos y fue impresionante que a las 3:00 hrs, estuviera lleno de chicas afuera. Como el taxi no tenía permitida la entrada de atrás del hotel, tuvimos que bajarnos entre la multitud. Caminamos hasta adentrarnos y cuando llegué a la entrada no vi a Matt a mi lado, volteé mirando a las chicas e imaginé que estaría entre ellas. Una chica gritó “Usa el polerón favorito de Matt” y noté que unas chicas comenzaron a gritar. La mayoría eran buenas chicas. Un guardia colocó su brazo en mi espalda y me pidió que me acercara a la entrada. Le avisé que Matt estaba entre las chicas y antes de que seguridad reaccionara lo vi acercándose. Le faltaba un zapato y un calcetín, su cabello estaba desordenado y uno de los botones de su camisa estaba roto. Me reí disimuladamente al verlo y entramos al hotel. Bart al verlo se rió disimuladamente también y le llamó la atención por estar a tal hora de la noche sin seguridad en Los Ángeles. Me felicitó por mi cumpleaños y luego subimos al pasillo del hotel donde se hospedaban los chicos. Ambos entramos en la habitación que compartía con Cameron y Nash, sorprendentemente ellos estaban durmiendo. Salió de la habitación unos minutos mientras yo le escribí a Cameron y a Nash en la cara y luego entró tomando un buzo y un polerón. Rió al ver las caras de los chicos y luego salimos silenciosamente de la habitación. Avanzamos hasta la habitación en la que me quedaba yo y entramos sin hacer mucho ruido.
Matt: Bart dejó que me quedará por esta noche contigo.
Tu: Eso me parece fantástico -Lo besé y luego tomé mi pijama- Iré a cambiarme.
Matt: ¿A dónde?
Tu: Al baño, tú puedes cambiarte aquí.
Matt: Pero, quiero ducharme.
Tu: Bien, puedes entrar primero si quieres.
Matt: ¿Solo?
Tu: -Reí- No precisamente, hay patitos de hule.
Matt: Eres una dulce y hermosa malvada.
Tu: -Sonreí y tomé una toalla- Lo haré yo primero.
Entré al baño de la habitación y cerré la puerta. Me quité la ropa y eché a correr el agua. Luego me metí dentro y comencé a bañarme. No demoré tanto. Salí de ahí y cubrí mi cuerpo con la toalla. Sequé mi cara y me miré al espejo cogiendo mi cabello. Me quede ahí sin hacer nada por unos segundos. Luego abrí la puerta y lo vi ahí, sentado en el suelo a los pies de la cama, reí y caminé hasta la cama, sentándome en esta.
Tu: ¿Qué haces sentado ahí?
Matt: Te esperaba.
Tu: -Sonreí y luego me levanté- Puedes entrar ahora.
Matt: -Se levantó y se acercó a mi- Entra conmigo.
Tu: -Reí sorprendida- Ya me bañé.
Matt: Pero… ¿por favor?
Tu: -Negué- Ve tú.
Matt: -Comenzó a hacerme cosquillas- ¿No quieres?
Tu: -No podía parar de reírme- No quiero.
Matt: Está bien -Continuó con las cosquillas e intentaba apartarme porque si no lo hacia comenzaría a reírme demasiado-
Tu: Para, por favor –Decía entre risas-
Matt: -Se detuvo al quedar sentada en la cama- Solo bromeo, ya te he mencionado que no haré algo que no quieras.
Me besó y tomó la toalla caminando hacía el baño. Sentí algo extraño en mí, lo miré mientras entraba y luego al cerrar suavemente su puerta, me levanté acercándome a la ventana de la habitación. Ahí estuve hasta que salió. Cuando salió volteé mi cabeza para verlo. Estaba con su cabello mojado despeinado, la toalla atada en su cintura. Me vio parada frente a la ventana y se detuvo.
Matt: Yo, yo creí que ya estabas en pijama.
Tu: Am… claro, que tonta, aun no me lo he…
Lo miré a los ojos y no atiné a terminar la oración. Me volteé completamente y sin pensar lo que hacia, caminé hacia él. Me detuve y apoyé mi cabeza en su mentón. Levanté esta, mirándolo fijamente. Mi cara se ruborizó y sentía como mis hormonas se revolvían. Mordió su labio inferior e hice una queja de la cuál ambos reímos. Agaché la vista hacía la cama y me arrodillé en ella. Me miró y sin decirme nada sonrió. No pude más con el silencio y de mi boca salieron las palabras que jamás creí que saldrían. “Te deseo desesperadamente”.
Di un suspiro y sin darme cuenta en los segundos que transcurrieron, él comenzó a inclinarse hacia mí. No quise detenerlo, no podría porque no era capaz de negarlo. Rosó su nariz con la mía y apoyó tentadoramente sus labios en los míos. Desató el nudo de la toalla que me cubría y sonrió con brillos en sus ojos, casi parecía que una lágrima caería de su rostro. Respiré profundamente y desaté el nudo de su toalla mientras él besaba mi cuello. Sus grandes manos comenzaron a rosar mi cuerpo y cada vez me volvía más débil. Tomaba mi cintura y me daba pequeños impulsos. Susurraba en mi oído, eso me hacía completamente feliz. Meses atrás eso me hubiera sido completamente imposible y ahora, ahora estaba viviendo la mejor noche de mi vida entera. Acariciaba su cabello y enredaba juguetonamente mis dedos en el. Luego, volvía a mis labios. En medio de todo, volteamos quedando yo sobre él. Colocaba sus manos en mi espalda, acariciándola suavemente. Corría mi cabello a un lado y volvía a besarlo. Bajé mis labios hasta su pecho y luego levanté mi cabeza mirando sus ojos. Enredaba mis dedos en los suyos. Se inclinó hacia arriba y apoyé mi frente en la de él. Me preguntó con una voz silenciosa si estaba segura, con una respiración agitada saliendo de mis labios, asentí. Volviendo a la postura inicial, cerré lentamente mis ojos y dejé que entrara en mí. Me sentía feliz. De mi salían pequeños gemidos que él ahogaba con sus besos. Enterraba mis uñas en su espalda desesperadamente y al oír su masculino gemido reí inocentemente. Lo besaba como si fuera la última vez que podría hacerlo. Esa noche continuó así, los dos envueltos en la cima de nuestro mayor deseo. Había cosas, cosas de las que estaba completamente segura, estaba irremediablemente enamorada de él, había entregado lo más preciado al amor de mi vida y esa había sido y será el cumpleaños de toda mi vida.
A la mañana siguiente desperté rodeada en sus brazos, solamente cubierta con una sabana. Sonreí al recordar esas apasionadas horas. Me levanté y cogí un brasier y la camisa de él. Olí su perfume y sonreía cada dos segundos. Salí al balcón con su camisa puesta y miré el cálido día que había en la ciudad. Entré al baño, me duché y me coloqué un vestido corto de verano. Anduve descalza por la habitación. Estaba ordenando un poco el desorden que habíamos dejado hasta que lo oí despertar. Al abrir sus ojos y verme frente a él ambos sonreímos. Coloqué una de mis rodillas en la cama y me agaché para besarlo. Luego de unos segundos dio un pequeño salto y se levantó de la cama. Se acercó a la puerta y luego se devolvió a abrazarme y nuevamente se acercó a la puerta para salir por unos minutos. Yo continué haciendo lo que hacía hasta que llamaron a la puerta. Abrí y vi a Lia y a Maggie cantando ‘Feliz Cumpleaños’. Las abracé y luego bajamos a ver a los chicos, vi a todos menos a Aaron. De pronto Taylor me dijo que saliera a la piscina del hotel y vi a Aaron sentado en una de las sillas playeras. Me acerqué a él y me dijo que me notaba más feliz, no podía ocultar mi sonrisa. Me pidió que lo acompañara hasta la salida y eso hice. Tapó mis ojos unos segundos antes de llegar y al destaparlos, vi la Skate que tanto quería. Tenía una cinta atada y comencé a dar pequeños saltos de felicidad. Lo abracé y luego cogí la Skate. Entramos y al llegar nuevamente a la piscina vi a las chicas acercándose con un par de bolsas de tiendas. Cuando llegaron se acercaron amablemente y me las dieron como presente de cumpleaños. Las abracé felizmente también y me quedé charlando con ellas hasta que sonó mi celular.
Era Matt. Me había pedido que saliera a la entrada trasera del hotel ya que él me estaría esperando ahí. Salí y…