Capitulo 92 2/3

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Helloo!♥ espero les guste!!! comenten porfavor... la novela ya casi va a terminar!

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Ella lucía diferente. Llevaba su cabello recogido, su piel más pálida y estaba más alta. ¿Acaso estaba reaccionando o seguía parado como idiota?, lo segundo, lamentablemente. Tomé aire discretamente y me corrí de la puerta, dejando que entrara. Me entregó un obsequio y lo recibí educadamente.

Matt: Es un gusto tenerte acá. –Dije con una leve dificultad.
Kendra: Todo es gracias a tu novia. –Sonrió al observarla.
Matt: -Las palabras no me salían en cierto momento- Am… ¿gustas servirte algo? –Le pregunté intentando concentrarme.
Kendra: Por favor. –Rió caminando hasta el inmenso comedor.

Miré a Shawn, él pudo deducir mi nerviosismo con solo mirarme. 
No es que Kendra no me agradara, ya que ella había sido un apoyo fundamental cuando ___ no nos podía acompañar en el tour por tener que estar en Nueva York, Kendra ayudó a que no me descontrolara y dejara todo por ir por mi chica. Kendra era una buena persona, pero mi culpa o remordimiento no podía con eso. Aquella última tarde en la ciudad, creí que sería la última vez que la vería. Pero de alguna u otra forma, el destino la traía hacia mí nuevamente.

Lia: ¿Y cuando aterrizaste acá? –Preguntó.
Kendra: A las seis de la tarde, el vuelo estuvo cómodo.
Lia: Ya veo, no luces cansada por el viaje. –Sonrió.
Maggie: ¿Cómo te llamas? –Preguntó distraída.
Kendra: Kendra Weston.
Lia: ¿Eres la famosa Kendra del tour? –Su sonrisa se agrandó.
Kendra: -Rió asintiendo- Creo que esa soy.
Maggie: ¡Es un agrado conocerte! Me han mencionado que eres muy simpática. 
Kendra: ¿Si?, eso es lindo de oír. –Le devolvió la sonrisa a Maggie.

Andy: Llegaste justo para el siguiente brindis. –Cogió su copa.
Kendra: ¿Brindaremos por quién? –Repitió la acción de Andy.
Andy: Por __ y Matt. –Nos miró guiñándonos. Todos tomamos nuestras copas y las levantamos.
Shawn: Para que sigan juntos por siempre.

Matt: Gracias. –Le susurré en el oído a mi adorable novia. Le causó cosquilleó y me miró.
Tu: Te amo. –Susurró.

Luego de la cena, pasamos a lo mejor de la fiesta, el baile. Todos se desparramaron por todos lados de la casa. Coincidentemente me topaba mucho a Kendra. ¿Se sentiría como me siento yo al verla?, culpable y nervioso. La imagen de aquel beso no se borraría jamás de mí, decir eso me atormentaba pero sabía que lamentablemente era cierto. Busqué a ___ por todos lados, pero no coincidíamos al buscarnos. Había ido al mini bar unas tres veces si mal no recuerdo. Nash estaba sentado en un sofá con su celular, un sofá alejado de donde todos bailaban. Me dio curiosidad, él siempre bailaba y coqueteaba en las fiestas, era de los que se divertían sí o sí. Me senté a un lado de él con dos cervezas en la mano, le ofrecí una y la cogió.

Matt: ¿Qué haces acá? –Pregunté fuerte por el ruido de la música.
Nash: ¿Qué haces tú acá?, es tu fiesta. –Rió abriendo la lata.
Matt: Buscaba a mi novia, pero mis amigas ya se la deben haber capturado con chismes o cosas de chicas.
Nash: -Rió bebiendo- ¿Y no te diviertes sin tu chica?
Matt: -Me encogí de hombros- Quisiera verla unos segundos y asegurarme de que está bien y se está divirtiendo. ¿Te imaginas ha bebido demasiado y está bailando o cantando como la otra vez? –Ambos reímos.
Nash: Matt. –Dijo serio y mirando al suelo. Apoyando sus brazos en sus piernas.
Matt: Dime. –Lo miré.
Nash: ¿Nunca has sentido que si no tienes a la chica que quieres, al lado tuyo, nada está completo, nada es divertido o nada tiene sentido alguno?
Matt: Por supuesto, mi novia me hace sentir así cuando no está. ¿Te sientes así?
Nash: Si, es triste, porque no puedo ver seguido a Samy.
Matt: ¿Dónde está ella ahora?
Nash: Afuera de la ciudad, con sus abuelos.
Matt: ¿Vive allá?
Nash: Por un tiempo. Sus abuelos enfermaron y su familia no quería que ellos vivieran solos, pero ellos no querían abandonar su vida fuera de la ciudad. Samy quiso cuidarlos, ellos la cuidaron de pequeña cuando sus padres trabajaban. Allá no hay internet y es complicado tener señal móvil, es por eso que ella no se ha podido comunicar bien este último tiempo.
Matt: ¿Pero la has visto?
Nash: -Sonrió asintiendo con su cabeza- La vi los primeros días de enero. Hablamos muchas horas y decidí que seguiría con ella sin importar qué.
Matt: ¿Entonces qué esperas?
Nash: ¿Ah? –Levantó su mirada.
Matt: ¿Cómo que ‘Ah’?, ve con ella, hombre. Acompáñala. Ahora es el momento, la banda está de vacaciones, puedes ir y estar con ella.
Nash: -Miró su reloj- Son las dos de la mañana, ¿crees que es muy tarde?
Matt: Jamás es tarde cuando estás enamorado.

Se levantó sonriendo y caminó hasta coger su chaqueta. Iba a dirigirse a la puerta, pero se devolvió a mí.

Matt: ¿Te arrepentiste? –Reí.
Nash: -Rió quitándose rápidamente las lágrimas de sus mejillas- ¿Estarás bien sin mí? –Volvimos a reír.
Matt: Creo que podré sobrevivir.
Nash: Te extrañaré.
Matt: ¡Nos volveremos a ver, Nashty! Ve y hazla feliz.
Nash: Cuida a ____, es maravillosa.
Matt: -Recordé lo de Kendra- Lo sé, lo haré. –Sonreí dando una palmada en su hombro.

Volví a sentarme en el sofá. Pensaba en todo lo que podría pensar. Quería verla.

Xx: Hola, Matt. –Se sentó Claire a mi lado, claramente estaba pasada de copas.
Matt: Hola.
Claire: Luces muy guapo hoy. ¿Te había mencionado alguna vez lo apuesto que eres? –Se acercó a mí, con su vaso en mano.
Matt: Nop. –Miré a otro lado.
Claire: Debes ser bueno en la ca…
Matt: Debo irme. –Interrumpí levantándome. Eso había sido perturbador. Claire es mi amiga desde la secundaria y nunca la había visto o me había dicho algo así.

Caminé por entre todos, estaba mareado, no precisamente por haber bebido, eran los nervios tal vez. Vi a una chica de espalda, con un corto vestido blanco y un cabello que parecía ser suave desde lejos. Era ella. Caminé rápido hacia ella y toqué su hombro, volteó y me miró.

Tu: ¿Matt, estás bien? –Tomó mi cara con sus manos.
Matt: Si, yo te estaba busca…
Tu: Estás pálido. –Interrumpió, al parecer no había oído por el alto volumen de la música.
Matt: Solo estoy algo mareado. –Dije cerca de su oído. Ella asintió.
Tu: Vamos a la mesa. –Cogió mi mano, sosteniéndola fuerte.
Matt: -Negué con la cabeza- No, no por favor. Vamos al patio. 
Tu: ¿A dónde? –Acercó su oído más a mí.
Matt: Al patio. –Dije fuerte.
Tu: ¡Ay, mi oído! –Exclamó.

Ella me condujo de su mano hasta la salida posterior. Había una piscina, bancas, hamacas, entre otras cosas. Una chica le habló y ella soltó de mi mano para saludarle. Por mi parte, solo me concentré en ir a una banca y sentarme. Ahí llegó ella. Se sentó acariciando mi cabello y observándome.

Tu: ¿Cuánto has bebido?
Matt: Poco. 
Tu: ¿Tienes ganas de expeler?
Matt: No. Te estuve buscando un largo rato. –La miré, intentando no ver doble o triple.
Tu: Estaba con las chicas y amigas tuyas, son encantadoras. ¿Has hablado con Kendra?
Matt: -Miré de frente, avergonzado.- No aún.
Tu: Sabía que Kendra es una gran persona y muy amiga tuya, hice lo posible por traerla. Gasté gran parte de mi dinero, pero ni eso es suficiente. No se compara con el auto o la casa, pero quería obsequiar…
Matt: Retráctate, amor. No digas que no se compara con lo que te di porque siempre me das algo mucho mejor que esas cosas, tu amor.

Miró hacia un punto fijo, con una sonrisa tierna. Aprecié un momento su cara, sus mejillas rosadas y sus pestañas negras y largas. Sus labios brillosos y esa increíble chispa en sus ojos. Un rizo colgaba desde su moño, un rizo travieso. Su cabello olía a ese aroma del shampoo recién utilizado. Ni el olor del cigarrillo podía quitar ese aroma. Sus suaves brazos descubiertos olían a crema y ella en sí, olía a un exquisito aroma de ese inigualable perfume, que identificaría sin dificultad en cualquier lugar y cada vez que lo sintiera bajo mi nariz, diría que es el olor a ella, su fragancia. 
Observé nuevamente su cabello recogido por una horquilla de cabello, una horquilla que se me hacía bastante conocida.

Matt: Llevas la horquilla de cabello de mi madre. –Sonreí.
Tu: ¿Qué? –Preguntó distraída.
Matt: La horquilla que traes puesta, es la de mi madre.
Tu: Oh si, ella me ayudó con mi peinado, fue muy dulce.
Matt: Esa horquilla es muy preciada para ella, viene de generaciones. –Jugueteé con ese rizo.
Tu: ¿Si?, no lo había mencionado.
Matt: Las únicas a las que les deja usar es a mis hermanas, que te la haya prestado significa algo.
Tu: ¿Algo como qué? –Me miró apoyando su mano en mi rodilla. 
Matt: Que le agradas mucho más de lo que creía. –Besé su mano.

Se recostó en la banca con su cabeza apoyada en mi regazo. Mientras le hablaba de cosas y ella oía y comentaba. Mi fiesta no pudo ser más perfecta. Si ella supiera que haberla tenido conmigo en esa banca fue lo mejor de todo, si solo ella supiera.
Eran aproximadamente las cinco de la mañana y ya todos nos habíamos de vuelto a nuestros respectivos lugares. Habíamos dejado a mi familia en su casa y la había llevado como la noche anterior, a mi departamento.

Ella se había dado un baño, mientras yo le preparaba un té. Entré a la habitación cuando ella salía del baño con su pijama puesto y una toalla envolvía su cabello. Su sonrisa infaltable al verme entrar y la mía al ver la suya. Dejé el té sobre su buró y cerré las persianas de la ventana.

Matt: Voy a la cocina, ¿necesitas algo?
Tu: Que vuelvas pronto. –Sonrió sentándose en la cama y cogiendo la taza de té.
Matt: Lo haré, con gusto. 
Tu: Acá te espero.

Bajé hasta la cocina a tomar un vaso de agua. Recordé que donde estaba parado, fue en dónde la besé la última vez, y quería sentir sus dulces labios de nuevo. 
Subí lentamente la escalera, caminé lentamente hasta la habitación y entré. Seguía sentada ahí, pero lloraba a más no poder. Abrí los ojos al verla, que sentí que estaba más despierto que nunca. Me iba a acercar, pero ella hizo un gesto para que no lo hiciera. La miré asustado, preocupado, confundido. Ella cogió mi celular y miró con tanto dolor que pudo transmitírmelo sin dificultad.

Tu: “Verte fue recordar cada detalle que te hizo especial para mí. Tu sonrisa, tu mirada penetrante, tú. Ver tus labios bastó para recordar esa tarde, la última tarde. Aun recuerdo tu calor, tus palabras, tú beso. Jamás en mi vida alguien me había besado como tú lo hiciste. Había imaginado muchas veces mientras veía cuando la besabas a ella, que sentiría al probar tus labios. Al probarlos, sentí más de lo imaginable. Dijiste que estabas ahí para mí, sí que lo estabas. Fue el beso más largo, más atractivo, más memorable de todos los besos. Verte fue querer volveré a besarte y saber si te sientes como yo cuando nos besamos.”… con amor, Kendra.

Finalizó con una voz quebrada. Se levantó de la cama con el celular en mano. Dio unos pocos pasos y me miró, llorando.

Tu: Es mentira. Quiero oír de tus labios que es mentira. –Susurró.
Matt: Amor… yo… yo te lo iba a… -Una lágrima corrió por mi mejilla. 
Tu: ¿Por qué? –Gritó lanzando el celular lejos.- ¿Qué te daba ella que no te daba yo?, dime por qué lo hiciste. Dime porque no me lo dijiste. ¿Besa bien?, dime todo. Quiero saber todo. –Decía llorando.
Matt: Amor, por favor…
Tu: ¡No me llames amor!, no te atrevas, no tengas el descaro de hacerlo.
Matt: Fue un impulso, yo solo…
Tu: ¿Un impulso?, ¿así le llaman los famosos al engaño?, porque eso hiciste, me engañaste, Matt. 
Matt: Perdóname. –Dije llorando.
Tu: Oh dios, tú eras tan perfecto. Era imposible que fueras perfecto. Era imposible que solo tuvieras ojos para mí. Ella es bonita, ella es delgada, alta, ojos miel, casi rubia. ¿Yo que soy?, la fea a la que podías pasar a llevar, vaya papel que me has dado en esta maldita película. –Su voz estaba tan quebrada, sus expresiones tan furiosas que sentí como todo se me destrozaba.
Matt: No digas eso, no eres fea, no eres esa. Te amo. –Intenté acercarme.
Tu: ¡NO TE ME ACERQUES! Ni un poco, no lo hagas. ¿Cuándo fue?
Matt: Un día antes de volver. –Dije con la mirada agachada, llorando.
Tu: ¡Maldita sea!, ese mismo día le decía a mi madre cuanto te amaba, que estaba irremediablemente enamorada de ti, mientras tú, tú te revolcabas con una… una chica con la cual no te correspondía.
Matt: No fue nada más que un beso, por favor, créeme…
Tu: No me importa ya. No quiero saber nada. Pensar que todos me decían que era afortunada de tenerte. 
Matt: Déjame tan solo explicarte.
Tu: ¿De qué sirve?, lo hecho está hecho, no puedes rebobinar. Es lamentable, desearía rebobinar el tiempo atrás, incluso antes de conocerte. Desearía no haberte conocido.

Fue un adiós, no cualquier adiós, este fue para siempre.

“Somos lo suficientemente capaces de aceptar que cometemos un error, pero a veces no somos lo suficientemente capaces de aceptar las consecuencias de este.”

Half A Heart (Matthew Espinosa y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora