Decisive project.

7.

Siento como se me encoge el alma al escucharle pronunciar esas palabras.

- Por favor Àlex, no... - le ruego.

- ¿Has llegado alguna vez a preguntarte lo mal que se pasa cuando estás enamorado de alguien que sabes que nunca te va a corresponder? - sigue ignorando mis palabras - No, claro que no. Todo el mundo ama a Gigi - los ojos se me empiezan a empañar. - Pues yo puedo decirte lo que se siente. Es rabia, tristeza y frustración. Así me siento al ver...

- ¡Basta, para! Esto no tiene ningún sentido.

Nos quedamos mirándonos fijamente en silencio unos segundos. Nunca había visto a Àlex tan vulnerable. Siento como las lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas.

- ¿No vas a decir nada? - pregunta - Mejor me voy...

- ¿Pero por qué ahora, Àlex? - pregunto antes de que entre de nuevo al local.

- Mira, hay momentos en la vida en que tienes que arriesgarte, Gigi. A veces se pierde, en otras se gana. Yo elegido este momento, y aunque ahora mismo tengo la sensación de que he perdiendo, sé que realidad no es así.

- No estás siendo nada justo, Àlex - intento defenderme - ¿Has pensado en algún momento cómo iba a sentirme yo al saber esto?

- Créeme, lo he hecho centenares de veces...

- ¿Y? Te ha dado igual, ¿no?

- ¿Puedes dejar de pensar en tí por un momento? Esto no solo se trata de lo que siente Gigi, también trata de lo que siente Àlex.

- Lo sé. Lo siento - admito secándome las lágrimas - pero nunca creí que iba a pasar algo así. Eres una de las personas más importantes en mi vida, para mí eres como de la familia... Esto lo cambia todo.

- Esto no cambia nada, ¿me has entendido?

- ¿Entonces qué es lo que quieres que haga con esto?

- Nada, no quiero que hagas nada. Yo no puedo obligarte a sentir, Gigi... Sólo he creído que era un buen momento para decírtelo.

- No quiero perderte Àlex... - digo entre sollozos.

- A mí no me vas a perder nunca, ya lo sabes - me asegura con un abrazo.

- ¿¡Pero qué hacéis tanto rato aquí fuera!? - grita Elisa exaltada.

En cuanto escucho su voz, me giro dándole la espalda, para secarme las lágrimas disimuladamente.

- Nada, no te preocupes - contesta Àlex, cubriéndome las espaldas.

- ¿Estás bien? - me pregunta Timothée, que ha salido detrás de Elisa, al verme con los ojos llorosos.

- Tranquilo, se me pasará.

- Ui, hija, menudo drama... - vacila Elisa - seguro que no es para tanto...

Parece que ha vuelto la Elisa de siempre.

- ¿Te apetece otra copa, Elisa? Invito yo - ofrece Àlex.

- Vale, la última.

- ¿Nos vemos luego? - me pregunta antes de entrar.

Tengo que responderle encogiéndome de hombros y asintiendo con la cabeza porque se que si abro la boca voy a ponerme a llorar de nuevo.

- No quiero verte así, sonríe un poco, ¿vale? - acaba dejándome a solas con Timothée.

- ¿Qué ha pasado? - pregunta Chalamet.

- Solo hemos discutido...

- Son cosas que pasan. Estoy seguro de que se arreglará...

Tengo el leve presentimiento de que si Àlex ha decido hablar de esto justo hoy es por algo que ha pasado ahí dentro.

- ¿Qué ha pasado en el baño, Timothée?

- Solo le he preguntado que había entre Elisa y él. Y luego hemos llegado a la conclusión de que Elisa no es nuestro tipo, nada más.

- Ya... ¿Entonces por qué sabe que te conté lo de aquella noche?

- Bueno... - se aclara la voz - digamos que a través de eso nos hemos dado cuenta de que ambos sentimos lo mismo por la misma chica...

No sabe ni dónde mirar al pronunciar esas palabras.

- Vale, no digas más - murmuro con un hilo de voz intentando, en todo momento, no perder la cordura.

Creo que empiezo a atar cabos. Lo más probable es que Timothée utilizara lo que le conté sobre Àlex para confirmar su teoría de la friendzone, y a Àlex no le ha sentado bien.

- Se ha hecho tarde - comenta Timothée - Creo que voy a marcharme...

A decir verdad, no me apetece estar en el mismo sitio que Elisa y Àlex ahora así que me voy a ir también.

- ¿Te parece bien si compartimos taxi? - le pregunto antes de que se suba.

- Claro - afirma sujetándome la puerta.

- Buenas noches - saludo al conductor.

- ¿Dónde vamos? - pregunta.

- Tu dirás - señala Tim.

- A Paral·lel - indico al conductor.

Nadie sabe qué decir, lo único que se escucha son las noticias de la radio.

- Mira Gigi - empieza Timothée nervioso - no sé cuando volveremos a vernos, ni siquiera sé si voy a volver a verte.

¿Qué está pasando hoy con la gente?

- ¿Pero qué estoy haciendo? - reconoce con una carcajada.

- No hace falta que sigas - le digo. - Se lo que vas a decir...

Tengo que respirar profundamente un par de veces antes de hablar.

- Estos días de rodaje han sido geniales. Oportunidades como estas aparecen pocas veces en la vida y puedo asegurarte que he disfrutado cada segundo.

Puedo ver en su cara lo aliviado que se siente al que he cogido las riendas de la conversación.

- Deberías haberme visto la cara que puse cuando Ana dijo que Timothée Chalamet iba a protagonizar el film. Nadie, ni siquiera Àlex, sabe lo que me obsesioné con el personaje de Elio al ver 'Call me by your name', estuve viendo la película en bucle cada día durante semanas. Cada vez que la veía, descubría algo nuevo que hacía que la amase todavía más. ¿Cómo podía alguien ser capaz de transmitir a través de una cámara toda esa cantidad de sentimientos?

- ¿Aquí le va bien, señorita? - me corta el taxista.

- Perfecto, muchas gracias - le agradezco.

- ¿Puede esperarme aquí? - pregunta Tim al señor - Vuelvo enseguida...

- Ningún problema.

Salgo del taxi y me dirijo a la la otra puerta, donde Timothée está esperándome de pie.

- Así fue como más tarde descubrí al chico tímido que se escondía detrás de ese maravilloso personaje, que hizo que me enamorase aún más - acabo de contarle. - Yo tampoco sé si voy a verte más, pero no voy a dejar pasar esta oportunidad.

Y copiando sus gestos esa noche en el plató, coloco mi mano en su mejilla y le doy un tierno pero apasionado beso.

- Ha sido un verdadero placer, Chalamet - digo despidiéndome de él, que sigue de pie junto al taxi sin dar crédito a lo que ha acaba de pasar.