Un Mundo Raro

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Recomendación: ya lo saben lo de siempre, escuchen la cancion, Un Mundo Raro – La Santa Cecilia.

Ah! Y también coperacha para un psicólogo para Tadashi, el pobre lo ocupara.

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-¨Cuando te hablen de amor y de ilusiones
Y te ofrezcan un sol y el cielo entero
Si te acuerdas de mí no me menciones
Porque vas a sentir amor del bueno
Y si quieren saber de tu pasado¨

Ya tenía rato Miguel dedicándole canciones, palabras de amor y suspiros al japonés, era un hermosa y tierna escena de ver, claro sin considerar que ambos jóvenes estaban completamente ebrios, en un bar que habían encontrado con la temática mexicana, recordándole su pueblo a Miguel.

Ya tenían dos meses desde que se habían fugado juntos, dos meses que solo les importaba el uno y el otro, dos meses que Hiro había dejado su trabajo no contestaba el teléfono y solo se dedicaba a trabajar en proyectos personales, t complacer a su novio, dos meses en lo que Miguel había abandonado la escuela, en que no había hablado mucho con su familia, aparte de un detalle recientemente, ya habían pasado dos meses, donde Hiro despertaba de un humor diferente, dos meses en que Miguel por fin disfrutaba las mañanas.

Dos meses en que el dormir y despertar en lso brazos del otro se habían vuelto una necesidad, dos meses en los que solos ellos dos estaban en su propio hogar, su propio hogar.

No podían negar, tenían sus discusiones, como toda una pareja, mas siendo tan diferentes, sus peleas, bromas pesadas, todo lo común en unos enamorados, pero nada era tan fuerte como para separarlo, como aquella vez que los ahorrillo a este momento.

Ahora Vivian en San Fransokyo, una ciudad muy ruidosa para el gusto de Miguel, pero una ciudad donde ambos podían ser libres, podían amarse sin importar que la gente los juzgara, una ciudad donde podían cumplir ese sueño que había comenzado a surgir algunas semanas atrás, ese sueño que ahora se posaba en el dedo anular de la mano izquierda de Miguel, ese delicado anillo dorado que días atrás Hiro le había entregado, en una cena especial, ese anillo que lo presumía a quien pudiera, que lo presumía a sus compañeras de su trabajo, que lo presumía a cada mujer u hombre que se le acercaba a su prometido.

Y todo eso se resumía a donde ahora estaban, un bar con temática mexicana no era el mejor del lugar, pero al moreno lo hacía recordar su antigua vida, los amigos de Hiro y Tadashi habían planeado una reunión para felicitar a la joven pareja, para celebrar su compromiso, pero al parecer ellos estaban muy ocupados comiéndose, como para celebrar con el equipo y el Hamada mayor.

-Creo que esto no fue una buena idea.

Noto como Honey le sobaba la espalda para tranquilizarlo, él quería celebrar que su hermano era feliz, no que su hermano se comiera a su novio frente a todos, que le había pasado al inocente y adorable de su hermanito, algo lo había corrompido, y ese alguien estaba ahí en los brazos de Hiro.

No odiaba al prometido de su hermano menor, pero no se sentía cómodo mirado como ambos jóvenes se metían la lengua hasta las anginas, si es que fuera biológicamente posible.

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Pasaron las horas y Tadashi había decidido ir al baño, no porque tuviera la necesidad de hacerlo, pero había visto que su hermano menor y el mexicano habían ido por ese rumbo, y ya tenían más de 30 minutos que no regresaban, asi que para ser sinceros ya esperaba lo peor, encontrarlos en una forma bastante comprometedora.

Como justamente estaban en esos momentos, en el pasillo afuera de los baños, Hiro tenia a Miguel contra la pared, el moreno lo rodeaba con sus piernas por la cintura, ninguno tenia camiseta o camisa o lo que fuera que usaban, ya no lo tenían puesta, podías notar el pantalón de Miguel desabrochado, Hiro sosteniéndole las manos al menor contra la pared, como si lo tuviera aprisionado.

Higuel ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora