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Era en cierto modo muy incómodo. Apenas y podía mover los pies, al parecer se le había dado por ser sordo, básicamente mudo -ya que así lo prefería-, y con dos pies izquierdos.

De vez en cuando, y cuando giraba gracias a que Harry era quien llevaba el ritmo, veía a sus hermanas reírse de él, fulminándolas con la mirada para después suspirar algo desesperado.

Después de que pasó a tropezar como por una quinta vez, Harry envolvió sus manos a su cuello y colocó sus piececitos sobre los suyos.

Eso le tomó por sorpresa mirándole demasiado sorprendido. Le recordaba a una escena de "la sirenita", donde Ariel se sostenía por primera vez sobre sus piernas que Ursula le había dado a cambio de su voz, entonces ella aparecía frente al príncipe e intentaba explicarle lo que le había ocurrido, naturalmente, no lo logró. Aún así este le tomó entre sus brazos y le guió hasta el castillo dándole su hospitalidad.

La hospitalidad de Harry era entre su pecho. Era cálido y este usaba un perfume que olía realmente bien. Era embriagante hasta cierto punto y se permitió cerrar los ojos cuando, en un susurró, el rizado le dijo que se "dejase llevar."

No sabía bien a qué se refería con ello, pero optó por simplemente no preocuparse en ese momento y dejar que Harry cargase con él.

Poco a poco las canciones fueron pasando, y el ritmo se hacía cada vez más lento que cuando habían empezado. El momento de encanto terminó cuando llegó la hora de cortar el pastel.

Tuvo que bajar de los pies del rizado sin poder mirarle a la cara de la vergüenza que sentía. Este solo sonreía con esos hoyuelos que hacían marca en su rostro. Eran hermosos.

Ambos fueron a por sus pedazos de pastel, y de nuevo le perdió cuando una chica desconocida, se había colado tal vez, se acercó a Harry pidiéndole un autógrafo y una foto. Este no se lo negó, más aquello atrajo a algunas cuantas personas más.

Louis quedó algo atrás mirándole fijamente. En una de esas sus miradas cruzados y se vieron directamente a los ojos. Los azules estaban algo apaciguados y los verdes solo sonreían. Una forma pronto llegó haciendo al castaño sentirse mejor.

"Solo un momento y de nuevo soy todo tuyo".

Parecía incluso una broma, una burla quizá. Tal vez Harry no lo dijo con una mala intención.

Error, estaba seguro que Harry no lo dijo con una mala intención. Simplemente no sería capaz. Así como él no sería capaz de pensar algo más allá de un simple significado. Por que no significada nada. Harry estaba aprendiendo a ser alguien empático y posiblemente se debía solo a él, mas no quería llevarse el crédito. Louis creía que Harry simplemente pudo cambiar por su voluntad y no por lo que él era.

Suspiró espabilando esas ideas en su cabeza acerca de la sensación que lo alucinó cuando el rizado lo llevó entre sus brazos en ese baile. Era imposible pensar así de alguien que era tu familia.

Retrocedió entonces yendo hasta dentro de la casa. Llegó a la cocina buscando un poco de agua ya que tenía, de repente, mucho calor. Tomó un gran vaso y caminó de nuevo despacio hacia la fiesta.

Respingó cuando su pequeña nariz chocó con alguien más, levantando la mirada y abriendo los ojos con sorpresa. Él estaba ahí. Él estaba ahí sonriéndole casual. Había dos ahora, había dos visitas del pasado que venían a traer de nuevo sus pequeños traumas, según él, ya superados.

Ryan y Dave, Dave y Ryan. Reían en su cara y disfrutaban de su aterrada expresión como si fuera el mismísimo infierno. Casi lo era.

Negó tratando de huir, soltando un pequeño gruñido cuando su brazo de tomado con fuerza por Ryan y empujado de nuevo ahora más hacia dentro de la casa. Casi cae al retroceder y buscar su equilibrio, mirando atento los actos de ambos. Está temblando pero aún no es muy evidente como para que sepan que ya lo tienen en sus manos.

Azul. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora