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Niall realmente jamás imaginó lo ardiente que sería un hombre en simples bermudas-que tampoco eran muy geniales al ser de una decoración tipo militar- y un par de chanclas del diario; con algo de bloqueador en su dorso, Zayn batallaba por llegar a su espalda y de ahí su primer impulso estúpido, ante su falta de seguridad pero las increíbles ganas que tenía de poner las manos encima suyo.

-¿Te ayudo?- Se ofreció. Zayn lo miró con una ceja alzada, algo sorprendido, por qué no, más aún embargo, extendió el bloqueador solar hacia su mano extendida, con este tomándole y sentándose dándole la espalda. Tragó duro.

-¿Algún problema?- El tono burlezco de Zayn le hizo sentir aún más nervioso, espabilando sus pensamientos y negando mientras tomaba un poco de la crema y lo esparcía ahí en esos bellos ejemplares matices oscuros.

-No. Sólo veía tus tatuajes- Dijo como si nada. Se encogió de hombros incluso, mostrando un gesto simple indicando indiferencia. Zayn respondió un simple "hmm" zanjado el asunto. Las manos del rubio pasaban en formas de círculo por sus omoplatos y bajaban hasta por sus costillas haciendo un movimiento ladino que casi le hacen soltar suspiros de alivio ante lo pie que se sentía, casi como un masaje.

-Puedo jurar que eres experto es esto- Soltó. Mantuvo los ojos cerrados ante el goce, siendo el gesto ocultado por sus lentes de sol que reflejaban el mar de Venecia y la luz cegadora del día. Niall sonrió más que complacido.

-Mamá es masajista- Dijo sin gran importancia. Aunque agradeció una y otra vez a los Dioses el que su madre se halla tomado la molestia de haberle obligado a tomar con ella un curso impartido en casa sobre como deshacerse de los nudos molestos del estrés. Recuerda haber rodado los ojos y lloriqueado buen rato ante lo en desacuerdo que estaba, pero al final había aprendido sus buenas técnicas y jamás esperó utilizarlas hasta ese momento, en que fue lo único que se le ocurrió hacer para retener al moreno en esa posición, mientras, oh pilluelo, disfrutaba del tacto.

-Dios, que bien lo haces- Continuó halagando sin cortarse. Casi hasta olvida el pequeño detalle del por que estaba ahí en ese momento con aquel chico irlandés y empezaba a disfrutar de su compañía. Pero no podía andar por la vida evadiendo sus responsabilidades, y cuando un gran nudo fue deshecho, un suspiro junto a un movimiento fugaz para separarse de él, rompió el momento-. Fue grandioso, pero que dices si mejor vamos a nadar-. Señaló. Anteriormente, Niall le había dicho que le tenía algo de miedo al mar por lo desconocido que este le parecía.

Llevaban una semana de esa forma. Desde aquel día que fue a buscarle y le llevó a un pequeño mercado de mariscos para que le ayudase a comprar unos cuantos camarones, ambos habían empezado a quedar para verse aunque sea algunos minutos del día. Zayn se tomaba enserio su deliberante "misión", así que no podía darse el lujo de dejar a la deriva lo que el chico podía proporcionarle, aunque aún no le preguntaba nada de su amigo, ese que era el meollo del asunto.

-Adelantate. Yo iré después- Agregó casi enseguida. Mordió su labio ante la pena puesto que para su edad, tenerle miedo a algo tan banal como el mar, no era la onda.

-Oh. Lo lamento, acabo de recordar eso...- El moreno se rasca la nuca fingiendo demencia ante la situación, apretando los labios y poniéndose rápido de pie, como quien no quiere la cosa, le ve de reojo agregando después-: Si te animas, ahí te veo-. Finalizando con un guiño casual de ojo que dejó paralizado al rubio, quien soltó el aire deseando pasar desapercibido.

Cuando le ve entrar al mar y perderse entre el azul y las olas, respira de alivio. El nerviosismo le está matando a cada segundo y no puede evitar mirarle, la manera de mover sus brazos para desplazarse, mordiendo sus labios cuando una chica pasa a su lado y se detiene frente suyo, entablando una amigable charla.

Azul. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora