Azul. "Larry"

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Caminaba a paso apresurado mientras gruñía cada que Louis se detenía en los puestos de esa gran fila de estos por todo el centro de Venecia.

Según una nota que le mostró y que apenas se tomó el tiempo de leer, era necesario atravesar este.

Parecía que todos en ese lugar conocían a Louis Tomlinson. Y no exageraba en afirmar ese hecho pues a cada puesto que pasaban, era un "hola" que el castaño recibía y que este correspondía saludando de vuelta.

- Bueno, ¿te la vas a pasar saludando a todo aquel que te hable?, no sé que pienses, Louis, pero enserio tengo prisa por llegar a correos. Si no puedes llevarme como se debe, dibújame un croquis y yo mismo me voy.- Se había volteado hacia él de manera abrupta sorprendiendo al castaño que le escucho atentamente procesando cada una de sus palabras hasta ponerle sentido.

Hizo una mueca negando y señalando al frente. Harry solo bufó avanzando de nuevo hasta que ambos estuvieron más adentrados al centro de Venecia, encontrándose con calles entre cruzadas y escondidas.

Louis suspiró viendo la espalda del más alto, con uno que otro rizo que se formaba detrás, saltando al ritmo el cual Harry caminaba.

Ya cerca del lugar, el castaño se apresuró a picarle el hombro indicándole que debían doblar y así entrar al establecimiento:- Al fin.- Expresó el rizado. Louis solo suspiró.

- Buenos días, ¿en qué les puedo atender?- Dice una muchacha de pelo cobrizo mientras sonríe abiertamente a Harry.

- Hola, sí. Vengo a buscar...

- Oh, ¡Louis!, ¿cómo estás lindo?- El rizado enseguida borra su sonrisa torciendo la boca viendo como el chico a su lado sonreía tímido y saludaba.- Hace mucho que no te veía por aquí, eh. Los paquetes de tus hermanas son los mejores adornados en Navidad.- Resopla apoyando uno de sus brazos a la barra mientras mira fijamente a la empleada. Pero esta sigue atenta al castaño quien asiente haciendo un par de señas. Ella mira las formas atentamente y forma unas de igual modo, haciendo al castaño reír.- ¿De nuevo me he equivocado?- Louis asiente.- Rayos.

- Disculpa, ¿piensas quedarte jugando todo el rato?- Interrumpe entonces el rizado. La chica salta en su sitio recordando que el chico existía, sonriendo apenada.

- Si, una disculpa. ¿En qué puedo ayudarle?

- Un paquete a la residencia de Desmond Styles debió llegar hoy. Imagino que ya sabrás la dirección.- Canturreó mirando de reojo al chico a su lado quien solo se mantenía sonriente con las manos entrelazadas entre sí mirándoles.

- Claro. Déjeme verificar.- Dice ella apurándose a teclear algo en su ordenador mientras el rizado rueda los ojos viendo al castaño entonces agacharse hasta donde un adorno en forma de un reno que colgaba en el recibidor, estaba a la vista de todo aquel curioso que se la pasara explorando exhaustivamente ese sitio.

Harry le vio tocarlo y reír consigo mismo pensando que el chico era raro:- Una disculpa, señor...

- Styles. Harry Styles.

- Si, Harry Styles. Ningún paquete ha sido registrado el día de hoy.

- Debe de haber un error.- Negó enseguida.- Cheque de nuevo.

- Señor...

- ¿Sabes cuan importante es para mi este paquete?- Le interrumpió el rizado. La muchacha negó enseguida.- Entonces checa de nuevo y deja de estar vacilando.- Le gruñó.

Generalmente no era tan chocante, pero enserio detestaba ese sitio. Odiaba que su padre le dijera aún que hacer y odiaba tener que obedecerle. Odiaba esas vacaciones y eso que apenas llevaba un poco más de doce horas ahí. Y odiaba aún más estar en ese sitio con un chico que insistían juntarle como su hermano a quien no podía entender. Y no entenderlo, le irritaba más.