— Zanahoria, despierta.
Beverly abre sus ojos poco a poco, con pereza. Ve a su novia frente a su rostro, sonriendole alegremente.
— Ay no, ¿ya es tarde? —se sienta en el borde de la cama—.
— Son las siete de la mañana.
— Creo que volveré a dormir, amor.
Vuelve a recostarse, esta vez ____ es más insistente y empieza a sacudirla repetidas veces hasta que vuelve a su posición.
— Tengo tu desayuno listo, y si no estas lista en media hora me iré de picnic yo solita —dice con voz firme, pero a la pelirroja le parece tierna y ríe—.
— Tu ganas, cariño. Ya me visto y desayuno —besa su mejilla—. ¿Que crees que me siente mejor?
Señala las dos primeras prendas que encuentra.
— Sabes que con cualquiera te ves bien.
— Aww, gracias —chilla antes de voltearse y quitarse la camiseta del pijama—.
— ¡B-bev! ¿¡Que coño haces?!
Las cortinas se cierran con rapidez, dejando casi a oscuras la habitación.
— Ah, quieres ser la única que pueda verme. Ya lo entiendo.
Las mejillas de la niña Tozier toman color.
Ella, sin dudarlo, se gira para quedar de frente a su pareja. Con el torso descubierto, y si no fuera por el negro brasier, totalmente desnuda.
____ avergonzada cubre sus ojos con la palma de sus manos.
— No tengas vergüenza, amor —susurra para luego apartar su mano de sus ojos y llevarla a su escote—.
— B-beverly, yo n-no...—ella la calla con un beso en los labios—.
— Puedes hacerlo.
Marsh le permite tocar, con un sonrojo bajo sus pecas.
Con timidez, e insegura de hacerlo, lleva su otra mano al pecho de su novia.
— Bueno, me toca a mi, ¿no? —suelta una risa—.
— B-bien.
Toma los extremos de su camisa y se la saca, lanzandola al piso. Dejando a la vista su torso. A diferencia de Beverly, ___ no tenia tanto busto.
— Eres muy hermosa.
— Gracias —susurra temerosa, la situación era vergonzosa—. Tu tambien lo eres.
Beverly hace que su chica se siente en la cama, para despues recostarla en ella y dejar húmedos besos en su cuello.
— Bev...—no evita reír al sentir las cosquillas—. Ya para.
Alguien toca la puerta, ambas se separan rapidamente. Se colocan una camiseta y Beverly abre.
— Oh, veo que madrugaron, chicas.
— Eh si, bueno... es un día especial, mamá. Bev y yo nunca fuimos a un picnic —dice ____ desde atras—.
— Les preparé unos emparedados, y jugo, estan en la canasta.
[...]
Juntas corrían por la pradera, tratando de no caer por algunas rocas. Cruzan una pequeña colina y finalmente dejan sus cosas bajo la sombra de un árbol.
Beverly abre el mantel sobre el césped, ____ deja la canasta sobre este.
— ¡El día está hermoso!— exclama con mucha emoción.
— Demasiado hermoso— dice la pelirroja recostandose en el césped y suspirando —Aún tengo sueño.
— Pensé que ya estabas con todas las ganas esta mañana.
— Qué bromista.