— ¿Y Beverly?— pregunta.
— Volvió a su casa, no quiso que la acompañe— suspira —Ya sabes, estaba durmiendo.
— Bien, ¿se han divertido estas semanas?.
— Sí, fue de maravilla, mamá.
— Richie no ha hecho más que pasar todo el día en el Arcade— gruñe enojada —Ya no sale con sus amigos.
— ¿Visitaremos a la tía Delanay?.
— Sí, antes del almuerzo— responde.
— Bien.
[...]
La hora de irse había llegado, Richie insistió en quedarse en casa, no quería visitar sus primos, le parecían insoportables.
— Cualquier cosa que necesites sólo llama, Richie.
— Si, mamá.
— Cuídate, volvemos en la tarde.
— Claro, no te preocupes.
El auto se aleja por la calle de aquel vecindario. Richie se sintió aliviado, quería dormir toda la tarde, estar tranquilo de una buena vez por todas.
Las horas habían pasado, eran casi las cuatro de la tarde, se había aburrido de no hacer nada en casa de su tía, sus primos eran callados.
— Brenda, creo que ya es hora de que volvamos— su madre se levanta de su asiento —Gracias por todo.
Aquellas palabras la sacaron de sus pensamientos, intentó no sonreír. Las dos se despideron de la familia de su madre y luego se fueron.
Al llegar, se encontró una peculiar escena en la entrada. Eddie tenía el brazo enyesado, y con la otra mano golpeaba la puerta.
—¡___! ¿¡Estas ahí?¡ ¡Abre, por favor!.
— ¡Edds!— el voltea —¿Sucede algo?.
— ¡Al fin llegas! ¡Los chicos han entrado a la casa! ¡Por favor en conmigo!, no querían que te llame pero te necesitamos.
— Mamá, acompañare a Eddie hasta la cantera. Vamos a darnos un chapuzon.
— No tardes. Eddie cuidala.
____ narra:
Algo me dice que yo lo cuidaré a el. Sin más que decir subimos a su bicicleta, yo en la parte trasera.
Nos dirigíamos a toda velocidad por ahí, Greta me miraba furiosa desde su jardín delantero. Con unos puntos en su frente, no nos habíamos visto bien la ultima vez.
—¡Hola, Greta! ¡Eres una maldita perra!
Escucho a Eddie reír. Supongo que lo hice por impulso, pero siempre quise decirle eso a alguien. Sea quien sea y Greta era la indicada
Luego de unos minutos de viaje llegamos. Quería verla a ella, a Beverly. Quería abrazarla, porque de seguro estaba asustada.
La quería tener en mis brazos.
