Trate de buscar la manera de comprender la razón por la que hacía unos dias Daphne había tomado la forma de Granger, aunque por otro lado debo de admitir que todo aquello me había gustado sobremanera, no sabía como explicarlo pero por ahí dicen que ese tipo de efectos son conocidos como el "extasis de afrodita", donde materializas a alguien de tanto que estas pensando en lo que sería de ella.
Afortunadamente Daphne no sospechó nada al respecto pero creo que tendre más precaución que nunca, tan solo me había despertado como comunmente lo hacía, por lo que hoy tenía que acudir tambien a una reunion sobre el nuevo proyecto que teníamos con Saint Flesh, me di un baño y el elfo Joxer estaba ahí para asistirme, creo que ahora hacía más cosas por su cuenta, puesto que sin yo pedirselo me tenía el agua lista, las toallas mi ropa recien almidonada, creo que decir las palabras "porfavor y gracias" siempre serviran de mucho.
Cuando por fin estuve listo, me aseguré de que mi madre se encontrara bien, así que pase a su recamara y me llevé la sorpresa de que por fin había podido salir, o al menos se había animado a hacerlo, en ese instante tuve la curiosidad de ver lo que pasaba por la cabeza de mi madre y cuando baje al jardin noté que ella se encontraba tomando el té como en sus epocas que esperaba a mi padre.
No pude evitar soltar una pequeña lagrima al pensar en las muchas cosas que tal vez pasasban por su cabeza, y en realidad no lo sabía, tal vez seguía con la ilusión de ver a mi padre llegar ondeando su negra capa y su cabello platinado listo para tomar el te con ella.
-Amo Malfoy el coche lo esta esperando- Joxer se acercaba de repente indicandome que era el momento de irme, asi que sin mirarlo tan solo asentí.
-Cuidala mucho, por favor… que este de lo mejor atendida posible- Puntulicé
-No necesita pedirlo amo Malfoy, no me despegaré de ella ni un instante usted debe de ir a su reunion así que no se preocupe- Mencionaba entusiasmado el elfo mientras que yo me retiraba mas tranquilo, pues sabía que esas criaturas tenían un concepto de la lealtad demasiado bien definido, no como el de los humanos que era de lo mas cambiante.
Cuando iba de camino sabía perfectamente que me vería con alguien, ese ser demasiado extraño que era uno de los accionistas mayoritarios de Saint Flesh, a decir verdad desconocía totalmente de quien se trataba, incluso mi asistente no sabía mucho por lo que tenía que tener mi precaución debida. Recibí en ese momento una lechuza de ella indicandome que la reunion sería en Londres en un restaurante llamado "La flor de calabaza", nombre extraño debo decir, aunque el solo escucharlo me abría un poco el apetito.
Ibamos sobre el camino que da desde el callejon diagon hasta la ciudad de Londres, cabe incluso mencionar que me gusta disfrutar del campo y alguna vegetación cercana, recordando tal vez mis días de escuela cuando abordaba el expreso junto con mis compañeros de Slyhterin, ¡que daría por regresar a esos dias! Donde yo era considerado lo mejor de lo mejor, para la chicas, incluso para algunos chicos también.
Observaba claramente las pequeñas casitas que se encontraban aledañas a la carretera que separaba el callejon diagon de la ciudad y me conmovía ver a una pequeña niña quien jugaba con su padre a una cosa parecida al columpio, creo que no había envidiado a alguien que no fuera ella, bueno, probablemente por que tenía a sus padres.
Continuamos hasta que llegamos a Londres y como siempre el lugar estaba atestado de gente y de coches que pasaban por los edificios y las avenidas. Mi asistente me habia llamado tan solo para avisarme que la reunion sería en un par de horas por lo que tuve el tiempo necesario para ir a tomar un café en ese sitio, la verdad es que detestaba ir solo asi que le pedí a la atolondrada de mi asistente que me acompañara.
