A pesar de haber tomado mi tiempo y haber convivido con Potter y su pobretona novia, no pude creer que estaba esperando en la sala de estar de la oficina de Saint Flesh. La secretaria se encontraba tecleando en la computadora mientras que yo me encontraba leyendo una revista muggle titulada "Healthman". Creo que estos muggles tienen la costumbre de dejar de comer muchas cosas para tener esos biceps, ese tórax, esos brazos, creo que cada imagen que estaba viendo en la revista me recordaba que debía hacer un poco más de ejercicio, eso sin contar con dejar que mi piel la quemara el sol.
-Señor Malfoy, los accionstas y el señor Saint Flesh pueden recibirlo- Decía la secretaria sin voltearme haber, creo que habia perdido un poco mi encanto con las mujeres.
Seguido a esto agradecí con una reverencia a la muggle mientras yo me dirigia a la sala de juntas donde mi nuevo socio me estaría esperando para comenzar lo del tratado, acababamos de cerrar un gran negocio e ibamos a importar Vino americano a londres y para eso me habían recomendado demasiado Casa Saint Flesh, la mejor exportadora en todo aquel continente. Abrí la puerta y me encontré solamente a unos cuantos accionstas, entre ellos a Lenuard Crimson, un francés algo esceptico con los cambios que yo había propuesto desde un principio para innovar las estrategias de mercado en Londres.
Del otro lado se encontraba Gerard Torrance el director general de operaciones de la casa matriz de esa marca en America, digamos que la mayoria del tiempo me habia tocado toda la parte con él, al menos la de las citas la de las confirmaciones en vivo puesto que con Saint Flesh unicamente lo hacía en las noches., ¡llamadas!, no piensen mal.
-Malfoy mi viejo amigo igual de puntual que siempre- Gerard se levanto y estrechó mi mano mientras que Lenuard solo me saludo con la mano sin voltearme a ver, bueno, no era que erperara que me hiciera una fiesta pero la educación no cualquier persona la posee.
-Que tal, creo que por fin conocere en persona al famosisimo Saint Flesh- Tome asiento y la asistente de la junta me servía una taza de café.
-Tu sabes que no le gusta hacer acto de presencia hasta que no tiene asegurado un buen negocio y tu mi estimado Malfoy has conquistado ese territorio- Me afirmaba Gerard con un aparato extraño que se conocía como IPAD. Cabe mencionar que a mi nunca me ha gustado esta tecnología, en parte siento que jamás aprendería a utilizar esas cosas tan complicadas.
Pasados algunos minutos hizo por fin la entrada el muy famoso Saint Flesh, el dueño de nada mas y nada menos que del viñedo mas reconocido en los Estados Unidos, asi que cuando apareció por fin pude notar que su aspecto era muy joven, incluso más que Gerard o Lenuard.
Su piel era algo pálida como la mia y sus ojos eran marrones, su cabello rubio y tenía un físico que seguramente era producto del ejercicio, debo de reconocer que a pesar de no ser homosexual podía yo apreciar la guapura de un hombre, Saint Flesh definitivamente entraba en aquella terna.
Por mi parte solo voltee y observe que no me apartaba la vista, pudiera ser que también tenía la misma curiosidad que yo sobre mi aspecto, pues constantemente hablaba con los otros dos pero no despegaba su vista de mi. Iba vestido de un traje sastre, pantalon color caqui y una camisa negra, observe que en su mano tenía unos tatuajes un poco extraños, no le tomé importancia y desvié un poco la mirada debido a que comenzaba a sentir un poco de presión de su parte.
-Asi que usted es el señor Malfoy con quien he tenido mis conversaciones telefonicas ¿No es así?- Me preguntaba el hombre o mejor dicho joven con una voz parecida a la de un actor de pelicula pornografica.