El mundo debía estar loco, creo que mas desquiciado que de costumbre ya que ahora me encontraba conviviendo con mi peor enemigo y su prospecto a esposa, deduje eso mismo por el anillo que la pobretona llavaba en el dedo anular izquierdo, bueno, eso era de esperarse, a lo que veía logro por fin atrapar al cara rajada desde que eran unos niños. Nos dirigimos entonces a un restaurante cerca de ahí, esta vez me quería mostrar algo esplendido con mis "invitados", no por gusto claro, sino por que deseaba me aclararan el misterio que encerraba la amnesia de Granger.
Cuando entramos Potter todavía tenía sus reservas conmigo, constantemente arqueaba la ceja como preguntandose si yo había cambiado a raiz de lo que le había pasado a mi familia, bueno, creo que la respuesta era SI.
Desde que paso lo que todos conocen como "la deshonra de los Malfoy" he comprendido muchas cosas que antes no podía, comenzando claramente por dejar de ser un mocoso estúpido para convertirme en el hombre que ahora soy, lleno de libertad, sin etiquetas, sin ataduras o el temor siquiera al qué diran. No perdía la costumbre y miraba despectivamente a aquellos dos puesto que tal vez la costumbre estaba demasiad arraigada desde Hogwarts.
-Y bien, ordenamos?... aquí sirven un filete mignon que se los juro se chuparan los dedos- Creo que ambos estaban mas desconcertados que nunca al ver mi modismo o expresión de camaradería hacia ellos, ya que me recordaban mas pedante que eso.
-Si esta bien yo quiero uno- Indicaba la pelirroja mientas que mi enemigo Potter continuaba observando la carta.
-Vamos Potter, esta delicioso, además recuerda yo invité- Mencione con una sonrisa mientras observaba a los coches pasar, era tal vez ya una manía que llevaba para matar un poco el tiempo aunque de cierta manera deseaba que el anochecer no llegara, debido a que deseaba saber lo que había pasado con la sangre sucia.
En ese instante había llegado el camarero y nos tomó las ordenes para posteriormente traernos algo de pan y una tabla de quesos como entremés. La pobretona no se parecía en nada al glotón de su hermano, pues ella tan solo estaba dando pequeños traguitos de agua natural mientras tomaba la mano de su prometido el cara rajada. Aveces pienso que ella es la unica normal de esa familia tan loca.
-Bien Malfoy, dinos lo que sabes de Hermione, y además ¿Por qué razón te interesas por contarnos lo sucedido?- Vaya que el cara rajada era un hueso duro de roer, no cabe duda que aunque me dijeran que era el tipo mas noble del mundo sencillamente creo que tiene sus jodidas reservas y preguntas como todo el mundo, claro que me interesa conocer lo relacionado a la sangre sucia, pero no debo de darle explicaciones de ningun tipo.
-Interes?, no Potter, no tengo interés en especial, de hecho como te había comentado, tan solo los vi pasar por la calle y recorde que había visto a su amiga, llamenlo deuda sentimental por lo que hiciste por mi familia Potter, tu me conoces, no soy de los que suelo dar gracias por ese tipo de cosas, así que creí que te serviría saber lo sucedido con tu amiga- Potter sonrió, pero ese era un gesto de "no cambiaras cabronazo, asi estes hundido", seguido a esto nos trajeron por fin los filetes para comenzar a comer. La pobretona tan solo se limitaba a observar y a escuchar para seguramente dar su opinión al respecto.
-Pues me extraña, siempre te la pasabas humillandola con eso de tu sangre limpia, aunque bueno, no me lo tomes a mal Malfoy, pero con todo y tu sangre bueno no quiero decir nada mas, eso quedó en el pasado- Potter si que seguía siendo un cabrón suelto de la lengua, creo que después de todo estaba probando mi paciencia con esas palabras recordandome tal vez el juicio en el que tuvo que intervenir para que ni yo ni mi madre fueramos encerrados en Azkaban.
