En una semana mas habia que comenzar con el trabajo, había estado ocupada aquellos dias debido a que tenía que arreglar las cosas tanto en la casa de mis padres como en mi nuevo apartamento. No me equivoque, mis padres casi pegaban el grito en el cielo por no haberme quedado con ellos, pero considero que el ser adulto te hace ser ahora independiente. Acudi con mi madre a unas consultas que tenía en Londres y posteriormente hacer unas compras para mi nueva casa por asi decirlo, ya que acudimos a algunas tiendas de accesorios para el hogar que definitivamente le darían mi toque personal, un par de lámparas de buró, algunos jarrones, cuadros, incluso velas aromáticas pues me encantaban.
A decir verdad se me había olvidado no solo mi estancia en aquel colegio de magia que tanto me mencionaban, también se me habia borrado de la mente lo lindo que era caminar con tu madre en las comparas por las calles de Londres, que debo decir no tiene comparacion con ir de prisa por las aceras de Norteamerica, pues aquí se disfruta cada paso y cada metro que se recorre observando a las personas que por lo menos se detienen por unos minutos a contemplar los parques o sentir la brisa de la mañana en el rostro. Mi madre iba acomodando algunas cosas en el auto ya que el mio lo traerían en una semana más asi que me había prestado el de ella para poder desplazarme, los accesorios que habíamos comprado creo que habían llenado la parte trasera del mismo.
-Deseo un café latte mama, tu quieres uno?- Le pregunte a mama al ver una cafetería pintoresca cerca de donde estabamos.
-Si pero con endulzante organico-
Tal y como lo pense mama no había cambiado de gustos, creo que tengo algunas visiones de niña en las que después de haber hecho una dificil ondodoncia le pedía a Katherine su secretaria que le mandara un americano con ese tipo de azucar orgánica. Se que no recordaba a ciencia cierta lo ocurrido con mi pasado, pero los rasgos de mi madre no se me habían olvidado, una mujer menudita, ondulada, bastante disciplinada a diferencia de papa, pero sobre todo de un corazón formidable, y respecto a mi padre podía decir que era el unico hombre que valía la pena.
Mientras me acercaba a la cafetería pude notar que había unas personas esperando su turno, por lo que le había llamado a mi madre indicandole que debíamos esperar un rato mas para que me pudieran atender. Mientras avanzaba la fila senti que alguien se incoroporaba detrás de mi, ese olor era lindo, no como el de Draco Malfoy claro, ¿Pero que diantres estoy diciendo?, ese tipo era un imbécil. Volteé ligeramente y observe un chico alto, algo corpulento y ancho de los hombros, era atractivo a su manera debo decir, sus ojos negros del mismo tono de su cabello, me miraba como si se tratara de alguien que le daba sorpresa encontrarse mientras que yo tan solo arquee un poco la ceja.
-Disculpa, ¿Te conozco?- Le pregunté.
-No puede ser- El retrocedio ligeramente mirandome tratando tal vez de reafirmar lo que estaba viendo. -Tu eres Hermione Granger cierto?, amiga de Potter y Weasley- Yo en ese momento abri un poco mas los ojos al volver a escuchar esos apellidos, mismos que estaban en mi cabeza por alguna razón, Malfoy me los había mencionado, mis padres también lo habían hecho, la unica loca que no comprendía nada era yo, asi que continué sosteniendole la mirada.
-Disculpa?, yo… - En ese momento se me vio algo a la cabeza, pues si había alguien quien me pudiera llevar a esos dos, sería precisamente el- Oh si, perdon, es que he tenido muchas ocupaciones este dia que creeme he estado distraida, te pido una disculpa- Le sonreí al perfecto desconocido mientras avanzaba un poco la fila.
