El duelo [Vhope]

02

Habían pasado dos días desde que la reputación del joven Jung había sido ensuciada.
Su madre salió ese mismo día y negó los cargos hacia su hijo, trato de justificarlo, pero aún así nadie tomaba muy en cuenta sus palabras.
Todo en la casa de los Jung estaba más que mal. El padre de Hoseok lo evitaba a toda costa y su madre estaba destrozada al ver a su preciosa familia comportándose así.

Taehyung no volvió a hablar con Hoseok pero tampoco se escondía más, le daba completamente igual si el se encontraba bien o mal. Aunque su corazón aun latía como una pequeña batería cuando lo veía entrar al instituto se mantenía distante y desinteresado, pues aunque no lo supiera Seok había roto el débil y blando corazón de Taehyung. La primera vez que alguien le había lastimado, física y amorosamente había sido el.

—Solo ve Jimin.

—¿Qué dices?

—Llevas 15 minutos mirándolo, hablale.

—YoonGi, ¿crees que sea una buena idea?

—¿Por que no lo sería? -Jimin se quedo callado, infló sus mejillas tratando de encontrar alguna respuesta —Si no lo haces, tu lo haré yo.

—¡No! Yo... Bien, iré, usted sabe manipular a la gente, aish. -Park se levantó del suelo en donde estaba sentado con en otro chico, mirándolo tan sonriente por ese "cumplido" —Pero no se le ocurra espiarme, me sentiré incomodo.

Los pasos de Jimin fueron fuertes y seguros hasta que estuvo a dos pasos del cuerpo de Kim Taehyung. Lo vio tan angelical escribiendo es esa libreta que llevaba a todos lados y con los audífonos adornando sus oídos.
Levantó su mano un poco y tocó el hombro del chico.

—¿Si?

Dijo quitándose uno de sus auriculares mientras giraba su cabeza para mirar a Jimin.

—Yo, emm, soy Jimin.

Taehyung fruncio un poco el ceño extrañado.

—Si, lo sé... Vas en la misma clase de química que yo y nos presentamos hace poco.

—Bueno, eso es verdad. -Jimin rascó su nuca un poco avergonzado.

—Supongo.

—Solo, iré al grano. ¿Por que no éstas con nadie?

—Me gusta estar solo.

—Pero eso es triste.

—Esta bien para mi.

—Seguramente a veces necesitas a alguien con quien hablar ¿no es así?

"Lo hacia con Hoseok" pensó Taehyung.

—Creo que si.

—¿Que tal si yo te hago compañía? -Los ojitos de Jimin brillaban a la par que desaparecian por la sonrisa que llevaba.

Taehyung lo pensó solo un poco, sonrió y asintió.

—Esta bien Jimin.

—Entonces nos vemos más tarde Kim Taehyung, yo... Tengo clases de regularización. -Jimim se fue sonriendo y sonrojandose. Taehyung también se quedó con una sonrisa.

—Ese niño no sabe disimular sus mejillas rojas, que tierno.

Al otro lado del comedor se encontraba YoonGi nuevamente con compañía. Ahora era Hoseok quien miraba a Jimin cubriendo su rostro rojizo.

—Jimin es muy tierno, ¿no es así? -Dijo YoonGi sin obtener respuesta —¿Que te pasa?

—Eh, nada, solo... Ya sabes.

—Debe ser jodido para ti. ¿Que tal tu madre?

—Bien, le quitaron los puntos de la frente hoy.

YoonGi notaba una frialdad extraña en su amigo, algo común desde que su novia falleció, pero hoy era algo más raro.

—Pronto es el cumpleaños de Jungkook. -Hoseok bajo la mirada perdiendo a Jimin de su vista. —Va a hacer una pequeña fiesta, ¿piensas ir?

Hobi suspiro.

—No tengo muchas ganas. Lo pensaré. -Hoseok se levantó sin siquiera despedirse.

—Ese tal Kim Taehyung no me termina de agradar.

...

Hoseok había llegado a su casa, la cual estaba totalmente sola por suerte.

Desde que vio aquella escena con Park y Kim tenía la cabeza caliente de furia.

Lanzó la mochila a cualquier lado de la habitación, tomó la foto de RyuJin entre sus manos.

—Cariño, ¿que me está pasando?
¿Tu viste eso, no? Tu sabes que el prometió escucharme... Y ahora ¿que pretende con Jimin?- Hoseok mordió su labio y dejó la foto en donde estaba.

Rasco su cabeza desordenando su pelo. Otra vez le estaba dando un golpe de impotencia, no sabia que hacer, estaba furioso.

—¿FURIOSO POR QUE? SOLO ES KIM TAEHYUNG.

Se acercó a su mesa al lado de la cama y comenzó a tirarlo todo, libretas, la foto de su familia, de RyuJin hasta que lo único que quedaba era su laptop, la cual, también termino destrozada en el suelo.

Al ver el desastre su mente volvió a la realidad. Se estaba volviendo loco, no era el mismo, ¿que demonios le estaba pasando?

Volvió a llorar, se tiró en la cama totalmente arrepentido y repitiéndose una y otra vez "imbécil" "imbécil".

—Me encantaría que estuvieras aquí.

pero, ¿a quien se lo decía? En su mente estaban dos personas.

Su novia y ese chico que de pronto necesitaba a su lado.

...

Sé que es corto, pero esta etapa suele ser corta.