Jugando.
—¿Dónde están?—pregunta Hoseok con una traviesa sonrisa en sus labios, caminando sigilosamente en la habitación donde Kihyun se encuentra escondido junto con su pequeña sobrina dentro del armario.
La niña escucha los pasos del novio de su tío acercarse y no puede evitar soltar una risita, que revela por completo su escondite. Kihyun sonríe, aguantando no reír para tirar por la borda el juego y sufrir las obvias consecuencias.
—Sh.—dice Kihyun apoyando su mano en la boca de su sobrina con una sonrisa.
Ambos escuchan como Hoseok va acercándose poco a poco a la puerta del armario, cuando de repente llega el silencio. Los nervios, pese a que solamente se trata de un simple juego que decidieron hacer porque ambos estaban aburridos y la niña quería jugar, carcomen a Kihyun lentamente, mientras se acurruca cada vez más en la esquina de su escondite. Quita la mano de la boca de su sobrina y la abraza con fuerza, como si fuera un oso de peluche.
—¿Será que Kihyun y Hyemi están en el armario?—pregunta con un tono juguetón Hoseok desde el otro lado.
La pequeña niña llamada Hyemi ríe.
—No, aquí no estamos.—responde con inocencia, delatándose por completo.
—¿Ah, no?—pregunta desconcertado el mayor.—¿Quizás están debajo de la cama?
La menor vuelve a reír.
—Sí, estamos ahí.
Mientras tanto, Kihyun intenta no reventar de ternura por la voz de la niña, diciendo aquí y ahí señalando lugares equivocados, y cómo Hoseok le sigue el juego, a la vez que siente cómo su corazón a va mil kilómetros por hora debido a lo nervioso que está por el miedo a que Hoseok finalmente abra la puerta y los encuentre, aunque prácticamente ya sabe en dónde están escondidos estos dos.
Oye los pasos del mayor alejarse y unas manos chocar contra el suelo. Supo entonces que Hoseok literalmente fue a ver debajo de la cama, solamente para seguirle el juego a la pequeña e inocente Hyemi que no borra esa sonrisa de diversión y nervios.
—¡Mentirosa! ¡Aquí no están!—protesta Hoseok fingiendo enfado. Kihyun se lo imagina con los brazos en sus caderas, las mejillas infladas y el ceño fruncido. Se encogió abrazando más fuerte a su sobrina ante la imagen mental, muriendo de amor.
Yoo baja la cabeza para susurrarle algo en el oído a su hermosa sobrina, y ella ríe al instante para cumplir con lo que su tío le había pedido.
—Estamos en la cocina.—dice la niña.
Kihyun sabe ahora que Hoseok, aunque sabe en dónde están, irá de todas formas a la cocina y les daría cortos segundos para cambiar de escondite, y así poder evitar las cosquillas del mayor que ambos sufrirían en cuanto los encuentre.
—Bien, entonces allí iré.—responde divertido Hoseok, mientras Kihyun oye sus pasos alejarse. Espera tan solo un momento antes de abrir la puerta del armario y sigilosamente salir de allí una vez que comprobó no tener a Hoseok cerca. Entonces, aún con Hywmi en brazos, sale de allí.
Baja a la niña, realizando cualquier acción sin hacer el más mínimo ruido, indicándole a ella que se esconda debajo de la cama, o justo detrás de un mueble que es donde ella cabe perfectamente, tapada también con las cortinas. Hyemi asiente divertida, con una gran sonrisa en su rostro y Kihyun le hace señas con las manos para que se apure.
Mientras tanto, la niña nota a Hoseok caminando despacio con una pícara sonrisa en su rostro. Kihyun no se da cuenta en ningún momento, por lo que el mayor se lleva el dedo índice a sus labios en señal de que ella no le diga nada a su tío. Entonces, Kihyun siente dos enormes manos apretar su cintura ocasionándole cosquillas. Yoo se retuerce y cae de rodillas al suelo para intentar liberarse mientras pega una mezcla extraña entre grito y risa, algo totalmente inútil tirarse de esa forma para escapar, porque Hoseok cae detrás de él sin apartar ni un solo milímetro las manos de su cuerpo. Entonces, sigue con un ataque de cosquillas a Kihyun en el suelo, apretando partes de su panza. El menor no deja de retorcerse y reír, siendo incapaz de defenderse.
—H-Hoseok, p-para.—ríe Kihyun. Sus mejillas ya están rojas por la falta de aire y sus pulmones ruegan por tener al menos un respiro.—D-déjame... respirar.
—Mm...—Hoseok deja de hacerle cosquillas al cuerpo que tiene acostado en el suelo respirando agitadamente para regular su respiración nuevamente, fingiendo que está pensando en su respuesta. Sólo dura un segundo antes de que sus manos se vuelvan a posar en la zona más cosquillosa del menor, su abdomen, con una sonrisa llena de picardía.—No.
Y en menos de lo que canta un gallo, Kihyun vuelve a retorcerse mientras su sonora risa invade cada rincón de la habitación. Mira a su sobrina, con una lágrima resbalando por su piel.
—¡N-no es justo!—siente como las manos de Hoseok se pasean por su cintura para ir bajando hasta sus piernas, allí también siente cosquillas, y se sobresalta ante el tacto.—¿P-por qué n-no le haces cosquillas a Hyemi también?
Kihyun se pone de costado sin dejar de reír, haciéndose bolita, para por lo menos salvar una parte de su cuerpo. Le pegaría una patada a Hoseok de no ser porque este está justo entre sus piernas y sus manos son sostenidas por la del mayor, por lo que la posición en la que está ahora es algo incómoda, siendo solamente una semi-bolita. Como lo odia en esos momentos porque sabe que ahí es cuando se pone sumamente débil y el mayor se aprovecha de su fuerza al máximo, disfrutando de la tortura que le genera.
—¡¿Estás loco?!—exclama Hoseok.—¡Podría ahogarse de tanto reír!
—¡H-hyemi, golpea a H-Hoseok hyung para salvar a tu tío Kihyun!—pide prácticamente llorando de la risa.
—No.—responde la niña con una sonrisa. —Hoseok da miedo.
Al oír eso, Hoseok se desquita con Kihyun aumentando más la presión en sus cosquillas, totalmente ofendido. ¿De verdad lo ve como alguien que da miedo? ¡Pero por dios! Si es un tierno conejito de peluche relleno de sentimientos. ¿Cómo puede Hoseok dar miedo? Lo único que sí puede causarte ese sentimiento es la gran fuerza y el cuerpo que tiene, pero fuera de eso, ¡no hay nada más!
—¡T-traidora!—le exclama a la niña entre risas.
Kihyun comienza a toser y es ahí cuando Hoseok sabe que se ya pasó de la raya y automáticamente aleja sus manos del pequeño cuerpo algo preocupado y al fin dejarlo tranquilo. El menor vuelve a acostarse boca arriba con la respiración totalmente agitada una vez que ya no sintió las manos de Hoseok atacar todo su cuerpo.
—Gracias.—dice en un susurro, más aliviado ahora que puede respirar tranquilo y ya no sufre de la maldad de Shin Hoseok al momento de jugar. Hay veces en las que este chico se pasa un poco de la raya, varias veces Kihyun acabó con algunos moretones gracias a que estos dos juegan como animales. El menor luego se arrepiente de jugar con Hoseok, y Hoseok se siente totalmente culpable de abusar de su fuerza con el pequeño cuerpo de su novio.
—Así que...—el mayor gira a ver a Hyemi.—¿Doy miedo?
La niña ríe, pero cuando ve que el novio su tío se pone de pie para ir dando pasos lentos hacia ella, pega un grito tan agudo que aturde a ambos chicos y sale disparada para escapar de Hoseok, quien la sigue dando gruñidos, actuando como si fuera un monstruo que la persigue.
Kihyun se sienta en el suelo, con las manos apoyadas a cada lado de su cuerpo aún riendo mientras ve a los dos niños, una que realmente lo es y otro que parece serlo, correr de un lado a otro de la casa, enamorado por llegar a vivir algo así cuando al fin logre formar una familia con Hoseok.