Compras.
Las prendas pasan una a una por la percha mientras Hoseok va descartando todo aquello que no le gusta, no es de su estilo o simplemente no llama su atención. Kihyun, mientras tanto va escogiendo una camisa lo más costosa posible para hacerle pagar un poco más por la que le rompió Hoseok días atrás. Porque si algo le haces a Kihyun, la venganza dolerá el doble. O el triple, depende de qué tanto le haya dolido.
-Kihyun, ¿ya encontraste algo que te guste?-pregunta el mayor a sus espaldas, tomando una camisa que al fin cumple con todos los requisitos para formar parte del armario de Shin Hoseok.
Ambos decidieron ir a comprar ropa porque: 1) la necesitan, 2) Yoo obligó a su pareja a venir, pese a que suene algo extraño debido a que el más alto es mayor fan de estas cosas, y 3) tienen dinero y no saben cómo diablos gastarlo.
-No.-dice el menor, luego logra ver una camisa a un precio no exageradamente alto, pero que hará que aparezca una nube gris sobre la cabeza de Hoseok. Sonríe y toma la prenda, sabiendo la clara respuesta del mayor.-Digo, sí.
Se da la vuelta al mismo tiempo que Shin, quien muestra un rostro de insuficiencia al no ver mucho en aquella tienda, pero al ver lo que Kihyun tiene entre sus manos, parece que sus ojos están a punto de caerse.
Él no va a ponerse eso.
-Kihyun, pero eso...
-¿Qué?-lo interrumpe.-Me gusta. Además recuerda que tu deuda por romper mi camisa aún sigue.
Hoseok suspira. Eso no es algo que Yoo use, sino más bien él.
-Bien, ve a probártelo.-dice de mala gana.
Kihyun amplía su sonrisa y comienza a caminar hacia el probador. Su plan está funcionando y eso lo hace sentir orgulloso, más que nada porque le enseñará una pequeña lección a su novio. Bueno, quizás varias lecciones.
Abre la puerta de la pequeña habitación que tienen los clientes para probarse la ropa y entra. Se quita su camisa y se pone la que escogió. Sabe perfectamente la reacción que tendrá el mayor al verlo. La prenda en sí, no es tan llamativa, solo es negra de manga larga, suelta y con dos botones desabrochados que hacen que se le vean las clavículas. Para una persona alta, aquello quedaría de maravilla, pero a Kihyun se le cae un poco y tiene que acomodarse la camisa para que le quede bien. Ni bien abre la puerta, se encuentra con Hoseok de brazos cruzados y con una mirada más oscura que la de Yoo cuando está enojado.
-No me gusta.-dice el pelinegro.
En realidad sí le gusta, solo que no para él. Le queda exageradamente preciosa aquella camisa, y es precisamente eso lo que le molesta: que Kihyun capte la atención de otras personas que no sea él.
-Pero...
-Ve a cambiarte.-lo interrumpe. Kihyun se queda perplejo, una reacción totalmente distinta a la que esperaba.-No me gusta, la camisa es horrible.
-A mí sí me gusta.
-No me importa, se te ve el pecho y podría jurar que al mínimo movimiento, te quedas sin ropa que cubra tu torso.
Kihyun ríe con diversión.
-Bueno, en mí caso... mi problema viene en que tu ropa es muy ajustada y se te marca cada maldito centímetro de tu cuerpo. ¿Ahora ves lo que siento?
-E-es distinto. Ve a cambiarte. Buscaré algo más adecuado para ti.-Hoseok intenta darse la vuelta pero la voz de su novio lo interrumpe.
-¿Algo como qué?
-Como una túnica.-le responde.-¡Ahora ve a cambiarte, maldita sea! Te están mirando mucho.
-Hoseok, somos las únicas dos personas cerca de los cambiadores.
-¡Hay cámaras!
El menor ríe por el comportamiento de su pareja, que no sabe si lo adora o lo detesta, gira para volver al probador y así quitarse eso en la espera de que Hoseok le traiga algo que pueda comprarle.
Kihyun ama que Hoseok intente ser serio al momento de ser celoso y sobreprotector, porque siempre se le termina escapando el lado idiota de siempre, al punto de exagerar absolutamente todo. Pero, a la vez, hay veces -muy pocas- en que solamente quiere romperle un ladrillo en la cabeza del punto al que puede llegar, hasta incluso lo deja en ridículo en público debido a una escena de celos. Aunque por suerte, eso solo es en la minoría de los casos.
Oye la puerta abrirse detrás de él y por el espejo ve a Hoseok adentrarse al cambiador.
-¿Qué estás hac...?-no logra terminar, pues su novio ya lo estampó contra la pared para unir con fuerza sus labios con los del contrario, apretando con fuerza la cintura de Kihyun.
Él con esa camisa, es como ver al cielo y el infierno en una misma persona.
-Te ves hermoso con eso.-dice el mayor ronco, y vuelve a besar al menor con más intensidad y en un beso más duradero, si así quisiera, follaría a Kihyun en ese mismo lugar sin importarle una mierda que los escuchen, después de todo prefiere eso.
Yoo los separa, porque muy en el fondo sabe hacia qué lado terminará yendo esto si no los detiene, logrando que terminen echándolos por degenerados con una denuncia en las manos.
-¿Entonces me la compras?-sonríe. Debe admitir que todo era para hacer enfadar un pocl a Hoseok, pero la camisa en sí no le desagrada y es capaz de quedársela... si su novio no la quema antes, claro.
-Sí, pero con una condición. -contesta Shin.
-¿Cuál?
-Que solo yo te vea así.
Kihyun sonríe más y más, dando pequeñas caricias a los fórnidos brazos de Hoseok que lo sostienen con fuerza, pegándolo más al cuerpo contrario con posesividad y deseo.
-Trato.
《♡》
No lo he dicho, pero publiqué un Kiho hace dos días que pueden leerlo si gustan (?)