Día 4

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Cita.

—Kihyun, ¿te parece que salgamos este sábado?

—Claro.

Al principio fue fácil decirlo, pues Hoseok no había nombrado nada sobre que aquello era una cita para confesarle sus sentimientos a Kihyun por miedo a ser rechazado a primer momento, además que no estaba preparado para soltar esas palabras. Ya antes se ha confesado a otras personas, pero hacerlo con el menor lo hacía sentir como si esta fuese su primera vez.

Ahora, tres días después de la propuesta que fueron totalmente largos, está esperando a que Kihyun finalmente llegue, mientras los nervios y la ansiedad parece que están por comerlo vivo y siente como si su corazón estuviera a punto de salir disparado de su pecho. Esto es un paseo como cualquier otro para el más bajo de los dos, donde Hoseok tiene una breve idea de lo que harán juntos: tomar un helado, caminar un poco mientras charlan y bromean, para finalmente, en el descanso que van a hacer en una pequeña plaza, sacará el regalo que va a comprar en una tienda con la excusa que es para un pariente, y le confesará a Kihyun lo que siente. Entonces ahí el menor, quien ya sabrá ahí que todo fue una cita, tomará la decisión de si marcharse o corresponder. Mientras tanto, se irá preparando mentalmente para ese momento, tal y como está haciendo ahora mismo, viendo como Kihyun se va acercando con una enorme sonrisa en su rostro.

Hoseok se siente embobado al ver al menor vestido con esos jeans rasgados que marcan sus delgadas piernas, subiendo la mirada hasta llegar a la camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados que dejan ver sus clavículas. Bastante simple, pero no deja de verse irresistiblemente hermoso para los ojos de Shin.

Ambos chicos se saludan como de costumbre y comienzan a caminar en dirección a la heladería más cercana. Hoseok siente su corazón a mil, jamás en su vida ha estado más nervioso que ahora mismo, y la tortura que le hace sufrir su cabeza recordándole que no sea imbécil y se confiese, no le ayuda para nada. Mucho menos cuando está siendo pesimista. Mira a Kihyun de reojo, quien tiene las mejillas un tanto ruborizadas, pero solamente capta su atención en los labios del menor que se mueven, como si estuviera contando algo, para su suerte, Yoo tiene la vista clavada al frente, pero Hoseok está hipnotizado por el movimiento de esos labios que tanto añora besar alguna vez en su vida. ¿Podría arriesgarse hoy y en lugar de decirle lo que siente, simplemente lo besa? Si lo rechaza, aunque sea logró su objetivo más importante: sentir los labios de Kihyun al menos una vez en la vida.

El menor de los dos gira a ver al más alto, Hoseok en un momento quiso que la tierra lo tragara. ¿Y si se dio cuenta de su mirada? 

—¿Hyung?—pregunta desconcertado Kihyun.—¿Me estás escuchando?

—¿Eh?—vuelve al planeta Tierra el mayor.—Disculpa, ¿qué?

—Te pregunté si...—niega, interrumpiéndose.—Nada, olvídalo.  

—No, Kihyun. Cuéntame.—ruega Hoseok. 

—No es nada, en serio.—ríe Kihyun provocando lo que serían mariposas en la panza al mayor.

—Me dejas con la curiosidad, ¿qué era?

—¿A dónde estamos yendo exactamente?—pregunta finalmente el menor.—No tienes pinta de saber hacia donde estamos yendo.

—Quiero helado.

—La heladería no está por aquí, es hacia el otro lado.

Hoseok, en cambio, no dice nada, solo mira al frente con las manos metidas en su bolsillo. No pegaría la vuelta para volver, ¿cambio de planes, quizás? Suena algo bien, ¿quizás ir a jugar una sala de vídeo juegos? Puede ser, eso resulta bastante divertido, más cuando se trata de juntar puntos para llevarte un premio a casa. Ese premio puede tratarse de un peluche para Kihyun, a ambos le gustan los peluches. A todos les gustan los peluches, ¿acaso existe alguien que los odie? Imposible.

30 One-shot Challenge [KiHo] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora