Día 12.

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Toqueteo (?)

Kihyun no aparta la vista de la serie que está viendo en su computadora portátil en la sala, sumido totalmente en la trama de la historia y en la taza de café caliente que tiene entre sus manos. Oye la puerta de entrada abrirse, viendo como su novio entra a la casa y él no hace más que sonreír. Aparta la portátil de sus piernas y deja la taza sobre la mesa ratona que está a sus pies, para luego caminar hasta donde está Hoseok, recibirlo con los brazos abiertos y un fuerte y apasionado beso.

No viven juntos, no aún. Apenas llevan seis meses juntos. Sin embargo, Kihyun le ha dado una copia de llaves de su departamento a Hoseok para que vaya a verlo luego del trabajo, horario en el que siempre el menor se encuentra en su casa.

—¿Cómo te fue?—pregunta separándose de él.

—Creo que debo renunciar.—responde Hoseok adentrándose a la casa detrás de su novio, sentándose en el sofá donde anteriormente el menor estaba sentado.—Realmente los odio a todos allí. Además, ese trabajo no es lo mío.

Hoseok trabaja en una biblioteca, lugar totalmente incorrecto para él. Alguien inquieto que necesita dirigir palabras con alguien, siempre y cuando esté acompañado. Ha tenido varios problemas con eso, puesto a que todo es silencio y tranquilidad habiendo tanta gente. Lo incomoda muchísimo, sumando el hecho de que sus compañeros son personas mayores que viven regañándolo por absolutamente todo, al punto de estresarlo por completo y llegar a casa no solo cansado físicamente, sino también mentalmente. Solo quiere ir a ver a su pareja un poco, de esa forma a veces logra despejarse o lograr estar de buen humor tan solo un poquito. Después vuelve a casa, come, duerme -si es que no se queda en el departamento de Kihyun- y la rutina se repite.

Kihyun se sienta a horcajadas en las piernas de Hoseok para dejarle ligeros besos sobre sus labios. Se separa, y sus manos, las cuales antes estaban a los costados de las mejillas contrarias, van bajando poco a poco hasta parar en los hombros del más alto.

—Ya te lo he dicho antes...—comenta el menor.—Renuncia si crees que es lo correcto.—mueve ligeramente sus pulgares sobre la ropa de Hoseok, observando su pecho.—¿Quieres que te haga masajes?

Kihyun se los hace todos los días. Shin llega, se acuesta boca abajo en el sofá y Yoo se encarga de sentarse sobre él para hacerle masajes por cada rincón de su tan trabajada espalda. Muchas veces consigue que Hoseok se duerma, hay veces en las que lo deja, y otras en las que lo despierta.

—No, quiero otra cosa...

—¿Como qué?

El mayor guarda silencio dando a entender lo que quiere, y Kihyun, al comprenderlo, abre los ojos. Aunque es cierto de que su imaginación llegó un poco más lejos, Hoseok no quiere en lo absoluto llegar a lo que vendría ser el sexo. Al menos no hasta que Kihyun lo estampe contra la pared y le ruegue que se lo folle por cada habitación de la casa. Su novio es virgen, y comprende que él no esté listo aún. Sin embargo, han habido un par de veces en las que se han tocado, pero solo ha llegado a eso.

Hoseok lleva sus labios al cuello del menor, donde aspira el aroma al jabón y el perfume que usa, para seguidamente dejar un beso sobre la delicada piel.

—Juguemos a algo...—sugiere Shin con la voz ronca.—Yo te toco, tú no puedes gemir ni correrte. De lo contrario, pierdes y tendrás un castigo.

—Hoseok, si el castigo del que hablas es algo...

—No, al contrario.—sonríe el mayor alejándose del cuello del menor, sabiendo a lo que se refiere.—Si tú pierdes, tendrás que pagar nuestra próxima cita. Y créeme que haré que sea lo más cara posible.—traducción: quemar la cuenta bancaria.—Ahora, yo decido cuando parar, y si tú ganas, tienes derecho a pedir lo que tú quieras.

Kihyun duda un segundo, pero termina aceptando de todas maneras. No confía en que va a ganar, pero tampoco cree que vaya a perder el ridículo juego. De todas formas, ama sentir las manos del mayor sobre su piel y hay veces en las que quiere ir más allá de eso, hasta que el miedo de tener relaciones vuelve a invadirlo.

Hoseok, sin perder un segundo más, comienza por algo leve: besar los labios de Kihyun. Primero solamente con un movimiento suave de labios mientras sostiene con firmeza su cintura, hasta que muerde el labio inferior e introduce su lengua en la cavidad bucal contraria, comenzando así una batalla de lenguas.

Cuando ya cree que es suficiente al oír la agitada respiración de su novio, baja directamente a su cuello para tratar a la sensible piel a su antojo con mordeduras o succiones, que sabe a la perfección que es suficiente como para que el menor suelte al menos un suave gemido. Sin embargo, Kihyun lucha por que eso no pase.

La cosa se pone un poco más fuerte cuando el mayor acuesta al menor en el sofá y se posiciona entre sus piernas abiertas para subir la camisa del chico peligris y comenzar a besarlos de una forma tan tortuosa que Yoo tiene que morder su labio para o perder tan pronto, al menos prefiere aguantar hasta que Hoseok toque su entrepierna. 

Shin, mientras está entretenido jugando con esos hermosos botones rosados y erectos de su novio, lleva sus dedos al elástico del pantalón de algodón de Kihyun para ir bajándolo suavemente, provocando una fricción que hace que el menor se sienta más y más adolorido allí abajo. Su respiración es demasiado irregular, necesita abrir la boca porque siente que va a quedarse sin oxígeno cuando ni siquiera están a la mitad del juego. Hoseok deja escapar una sonrisa al sentir la caliente piel del menor y cómo tiembla debajo de su cuerpo. Termina de bajar aquella prenda, inclusive el bóxer, dejando totalmente expuesta la piel de Kihyun.

La verdadera tortura comienza cuando la palma entera del mayor va a parar directamente al miembro erecto del más bajo, masajeando el falo a su gusto. Kihyun cierra sus ojos con fuerza, intentando no pensar en las manos de Hoseok que van paseándose por todo su cuerpo para así poder ganar. Agradece tan solo un poco cuando siente la lengua del mayor lamer sus labios pidiendo paso a su cavidad. Con gusto, cede, luchando por no mover sus caderas en busca de más contacto, por ni siquiera jadear, mucho menos gemir. No olvidemos tampoco que él no puede correrse, y digamos que estaría llegando a su límite en cuando la mano libre de Hoseok va a parar a una de sus nalgas para apretarla y acariciar justo entre ellas.

El más alto se siente un poco frustrado al saber que está perdiendo el juego, sin embargo prefiere regalarle la victoria a su novio. Más no lo haría sufrir a la pobre alma. Se separa de él, agitado -aunque mucho menos que el menor- y aleja sus manos del cuerpo más pequeño. Kihyun, al sentirse libre, deja escapar todo aquello que estuvo guardando, jadeos con bajos gemidos. Sus ojos cerrados, intentando calmarse.

—Bien, ¿qué quieres?—pregunta Hoseok para ir haciendo cálculos de cuánto debe gastar la próxima vez que salgan. Si los números dolerán mucho o si será algo del cuál su billetera se sentirá bendecida.

—Quiero hacerlo.—jadea Kihyun, abriendo los ojos para encontrarse con la confundida mirada de Shin. Mientras que los ojos del menor, lo observaban con total lujuria y deseo.              

        

30 One-shot Challenge [KiHo] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora