|Capítulo 7|

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Mi pulso se dispara tan rápido mis ojos lo ven, es imposible no sentir que la sangre abandona mi rostro. Es imposible que él este aquí, es imposible y debe ser una jodida broma.

Jodida mierda.

—Pero a quien tenemos aquí... — me mira de pies a cabeza, sus ojos brillan con alegría, luce genuinamente feliz de verme, nuevamente abre la boca para hablar —. La chica del patrón — continúa hablando en español. Mi pecho sube y baja con notoria rapidez. No digo nada, y él camina, observándome con demasiada curiosidad —. ¿Por qué no está en prisión, señorita? ¿no se supone que a usted la capturaron al igual que al patrón?

Mi español esta un tanto oxidado, así que pienso rápido una respuesta.

—Podría decir lo mismo, nos capturaron a todos ¿tú que haces aquí? — se encoje de hombros, por la posición que opta sé que no dirá nada entonces tengo que saber muy bien qué decir para dar con la respuesta que necesito —. Salí hasta hace unos días. Fue un largo proceso, pero logré salir, no encontraron nada en mi contra, solo el hecho de que era su amante. En cambio, a John... — guardo silencio unos segundos intentando hacer mi mejor actuación, llevo la mano a mi boca y con la otra mano aprieto mi blusa, justo en el área del pecho —. A él... lo dejaran mucho tiempo ahí — suelto un sollozo y cubro más mi boca, aprieto mis ojos para que aquello se vea creíble.

—Y ¿Qué hace en Miami? — indaga, pestañeo y acaricio mi pecho para que vea que intento recuperarme de la desazón.

—Estuve en una prisión de California, cuando salí esperé distraerme, dar una vuelta porque lo extraño muchísimo. — hago una pausa soltando un suspiro —. En fin, intente distraerme, para intentar poder olvidarme de él y seguir con mi vida, por eso he decidido irme de este país. — eso capta su atención, me observa ladeando el rostro.

—¿Se irá? — asiento con lentitud —. Es una pena...

—Sí, bueno, tengo que continuar con mi vida. — me observa, inquieto, suspicaz —. ¿Pasa algo?

Sacude la cabeza.

—No es nada, señorita, solo que... es extraño verla de nuevo, está más hermosa que antes. No me imagino qué hará el patrón al verla cuando sal... — se calla de golpe, aquello activa las alarmas en mi cabeza, me tenso y un dolor se sitúa en mi estómago, ladeo la cabeza.

—¿Qué dijiste? ¿Cuándo John salga?, ¿a qué te refieres, Mateo? — observa a todas direcciones con nerviosismo, él siempre fue así, siempre decía las cosas de una forma... inocente quizás, siempre metía la pata, aunque evidentemente nunca lo eche de cabeza, él era un informante, muy atípico si me lo preguntaban, pero informante, a fin de cuentas —. Mateo... — digo en tono de advertencia, sus ojos lucen asustados y observo que el color de su piel canela ha desaparecido, está pálido.

—Señorita... usted sabe que... el patrón saldrá de ahí, no permanecerá para siempre ahí — evidentemente las mentiras no fueron nunca su fuerte, quizás por eso siempre terminaba contándome algunas cosas; en esta ocasión no es la excepción, no puede, mentir, mucho menos mentirme.

Sacudo la cabeza en total desacuerdo y al mismo tiempo finjo que aquello me interesa demasiado.

—Tú sabes que lo sentenciaron a mucho. Mateo, ¿me estas ocultando algo? ¿él saldrá? Por favor, no me mientas, ¡necesito estar lista para verlo! — luzco desesperada, mi desesperación real y genuina la disfrazo de desesperación "real" al pensar que él saldrá.

Niega repetidas veces con su cabeza, en un gesto nervioso saca su billetera y un puñado de billetes pronto es colocado en mi mano.

—Me tengo que ir, fue un gusto verla, señorita. Le doy este dinero en forma de disculpa por el gran susto que le di. No puedo estar mucho tiempo fuera, usted ya intuye que me escapé y no quiero que vuelvan a atraparme. Un gusto. — habla demasiado rápido que me cuesta entenderle un poco, pronto se va corriendo a su auto arrancando tan pronto como entra y hace que las llantas rechinen ante el esfuerzo.

Dulce Mentira |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora