|Capítulo 18|

198 13 2
                                    



Mantengo mi mirada fija en el exterior de la camioneta en la que nos transportamos en las calles del país europeo. Suspiro y llevo las manos al medallón que debía estar en casa y ahora se mantiene en mi cuello, ahora, conociendo el significado y valor que tiene.

No he podido conversar con Matt, simplemente le envíe un mensaje en el que le informé mi viaje a España, en ese momento no sabía aun del collar que ahora adorna mi cuello, pero pienso preguntarle por qué se lo dio, aunque evidentemente Leo pudo observarlo si entró a mi habitación a la fuerza creyendo que Matt mentía al decir que no me encontraba en casa, así puede llegar a comportarse.

De Jonathan no he tenido ni una sola señal, y no sé qué signifique ese hecho porque no quiero perder su amistad por su brote de sentimientos. Suspiro.

Cuando el auto se detiene Leo me da un apretón de manos para después salir del auto, puedo observar la nieve a nuestro alrededor y entonces ajusto mejor mi abrigo para abrir la puerta del auto y bajar de un salto.

Frente a mis ojos hay una linda e inmensa cabaña que debo decir que se mira magnifica y cálida. El frío es bastante intenso porque según comprendí estamos en un lugar muy elevado cerca de algunas montañas. Mi castaño favorito se ubica a mi lado para entrelazar nuestros dedos y comenzar a avanzar escaleras arriba a la cabaña. A medida nos acercamos puedo ver como muchas paredes son sustituidas por vidrio que debe muestra con claridad la estancia.

—Parece que te gusta. —dice mientras busca las llaves en sus bolsillos, lo miro sonriendo.

—Confieso que no esperaba que nos quedaríamos en un lugar así, es magnífica, Leo. —abre la puerta y antes de entrar se inclina para dejar un beso sobre mis labios.

—Es bueno saberlo. —tira de mi para entrar a la estancia y a medida avanzamos todo me parece increíble, los acabados de madera, la claridad combinada con la nieve que se encuentra en el exterior, todo luce precioso.

Me abraza desde atrás tomando mi cintura mientras observo lo que nos rodea, lo observo todo extasiada por el lindo lugar, por la chimenea frente a nosotros.

—¿Es tu propiedad? —pregunto, me inclina aun con sus manos rodeándome la espalda para dejar sus labios cerca de mi oído y hablar.

—Era de papá. La usaba cuando venía de caza. —explica, asiento y deja un beso en mi mejilla para luego soltar mi cintura y darme la vuelta para estar frente a frente—. No estaremos solos durante mucho tiempo, dentro de un rato tendremos compañía.

Ladeo el rostro no comprendiendo a qué se refiere.

—No me digas que tendrás reuniones de trabajo. Me dijiste que dejarías de lado eso, al menos mientras estuviéramos aquí. —eso me lo dijo antes de abordar en el jet, convenciéndome más el hecho de tenerlo completamente para mí y no con su interés en su trabajo. Sé que puede sonar muy infantil de mi parte, pero he perdido demasiado tiempo lejos de él y solo quiero recuperar ese tiempo porque siento que el nuestro tiempo se está acabando...

Toma mi rostro entre sus manos y me da una sonrisa conciliadora.

—No son reuniones de trabajo, cariño. Son las personas con las que salgo de cacería.

Abro la boca entendiendo al fin, sonríe con ternura y besa mi frente para luego colocar su brazo sobre mis hombros y avanzar por las amplias escaleras de madera en dirección al nivel superior de la casa.

—De momento Nick está al mando, siempre se lo pido cuando vengo aquí, a papá nunca le ha molestado puesto que sabe cómo es este mundo.

No digo más después de que besa mi sien y comienza a mostrarme las habitaciones de la casa, pasamos minutos explorando el lugar y me muestra una gran terraza que deja ver desde la altura las montañas y árboles que nos rodean, me encuentro encantada con el sitio y espero disfrutar mi estadía aquí tanto como la compañía de mi amante.

Dulce Mentira |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora