En el aire se respiraba tensión, ni siquiera el entrenador se había percatado de la estrategia de Yami hasta ese momento, aunque aquello era solamente una suposición; no tenía manera de demostrar que el temido faraón había planeado su estrategia de aquella manera. Sin embargo, con base en su experiencia personal respecto al joven problemático, lo más seguro era que se tratara de una venganza personal.
Cuando tenían educación física con otros grupos, solía implementar pequeñas venganzas personales que se disimulaban en las actividades, cada vez que tenía que reunir a dos grupos, el entrenador ponía esa clase de ejercicios en los que le permitía al faraón probar su fuerza, destreza y habilidad sobre otras personas, sin embargo, esperaba que aquella clase fuera normal.
Era torpe de su parte esperarlo, después de todo. Todo el mundo hablaba del encuentro que Yami y Yugi habían tenido en la entrada, y luego, habían hablado sobre cómo Yugi había sido acosado en el receso, dejado sin desayuno ni nada qué comer. De no ser por sus amigos, habría perdido la comida más importante del día, sin embargo, ¿Por qué el joven Yugi?
Y ahí estaba otro rumor de por medio. Todo el mundo decía que Yugi había salvado la vida de Atem, el faraón del colegio. El mejor duelista del mundo. El único que había sido capaz de derrotar a Seto Kaiba.
El que había tratado de ponerle fin a su reinado.
¿Por qué Atem se había vuelto Yami?
¿Por qué de pronto había bajado sus notas?
¿Por qué había abandonado los equipos de deporte y los clubes?
¿Por qué había tratado de suicidarse?
Sucedió casi en cámara lenta ante los ojos de todos los presentes, pero no lo suficientemente lento como para que cierto muchacho castaño lo notara antes de hacer su jugada, sólo los que habían visto el juego desde fuera podrían haberse percatado del hecho de que Duke había jugado sólo como una parte, un peón perfectamente manejado por un duelista excelente, que había sabido mantener el juego bajo su control sin que nadie se percatara de aquel hecho.
Porque nadie lo habría notado jugando desde dentro.
Así que cuando ocurrió, Tea y Joey, que ya habían estado intercambiando algunos comentarios respecto a todo cuanto había ocurrido durante el juego desde que el rubio había sido eliminado, todo el mundo sabía exactamente qué seguía.
Y lo que ocurrió en cámara lenta fue precisamente el balón deslizarse de las manos de Duke lentamente hacia el suelo, donde rebotó dos veces antes de que el ataque de Tristán le golpeara la espalda baja y lo hiciera dar un traspié hacia el frente, con una sonrisa de satisfacción en el rostro al saber que no sólo había servido bien a su faraón, sino que había ayudado a un buen amigo al mismo tiempo.
Duke se dejó eliminar por Tristán, que fue eliminado inmediatamente por Yami en cuanto se distrajo al ver su victoria sobre el amo del azar. Claro, Tristán era un gran jugador cuando se lo proponía, sin embargo, tanto Duke como Yami sabían que en cuanto viera que había logrado vencer al As del azar, se enfrascaría en una micro celebración que le permitiría al Faraón librarse de él.
Ahora Yugi estaba al otro lado de la cancha, sudado y agitado, recargando las manos y su peso en las rodillas para tratar de recomponerse, incrédulo de no haber sido el primer eliminado, y todavía más incrédulo de saber que había llegado hasta la ronda final de un juego de esfuerzo físico por primera vez. Levantó el rostro y sus pupilas se dilataron por el pánico de saber que se enfrentaría al faraón sin apoyo. Suspiro ofuscado, cuando miró sus ojos se percató de que él lo había planeado todo para enfrentarse directo al pequeño, llegando a esa conclusión, no pudo más que suspirar resignado. Tomó un balón con ambas manos y miró a Yami, desarmado. El faraón sonrió déspota y murmuró.
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Tras el intento de suicidio
FanfictionParticipé en el concurso de fanfics y One-shots de Yu-Gi-Oh! 2018, hecho por @yiyi004 y GANÉ el primer lugar en ORIGINALIDAD. Tenemos derecho a elegir nuestro destino, pero ¿qué procede cuando alguien se entromete y arruina nuestros planes? Atem es...