Capítulo 38. (Ese sentimiento lo conocía)

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Jodidamente era Lunes,  Leo y Yo teníamos que regresar a esa espantosa escuela. Después reí para mí, éramos unos exagerados. Qué el problema era Chris, José y un poco Anzel o eso dice Leo. Así que Leo y yo nos habíamos prometido ignorarlos literal. No caer ante cualquier provocación, al menos no tan fácil.

Hoy teníamos todo planeado... Era como el principio del fin. Seríamos solo el y yo en clase, pasar el receso con los tíos y listo. Así durante 4 semanas. Además, también decidimos no asistir más al equipo de Fútbol Americano. Rogaba y anciaba por que todo saliera bien en aquella jungla.

Borrando todo eso, me encontraba contento. ¿Como no? Lo tenía todo, mi familia, Leo y mis amigos. No quería nada ni a nadie más. Pase a la cafetería "The Phanny" que tanto me gustaba y que había dejado de visitar por Mart. Cuando ya estaba ahí, pedí mi café sencillo y con 3 de azúcar como siempre y pedí uno más para Leo.  Cuando salí, gire mi vista solo por curiosidad y me encontré con la tienda de discos cerrada. Incluso, había varios hombres ahí adentro remodelando. No quise perder más mi tiempo y me fui directo al departamento de Leo. Eran las 7:40 am exactamente cuando llegué. Le mandé un texto y esperé abajo del auto. En dos minutos ya se encontraba abajo. Le extendí su café y observé su rostro. Traía ojeras, sus párpados estaban rojos y sus pestañas húmedas. 

- ¡Hey! ¿Qué pasa Leo?
- No he dormido nada. Contestó frío. Y subió al auto.

Subí yo también y antes de arrancar. Me gire para quedar frente a él.

- ¿Qué pasa amor? Puedes contarme. -Dije tranquilo.
- Hoy cumple años papa. Me puse a recordar todas las mañanas cuando el y mama nos llevaban a mi hermano y a mi a la escuela. Con un lonch que pesaba más de dos kilos. Luego, cuando se acababan las clases, papa siempre pasaba por nosotros y nos llevaba al parque. Y ya cuando habíamos jugado lo suficiente nos llevaba a casa. Todos los días anhelaba que fuera la hora de salida solo para estar con él. Y ahora mira, está en la cárcel por mi culpa.

Sus bellos ojitos estaban tristes una vez más. Se me estaba haciendo costumbre verlo así, y aunque esta vez no era por mi. Me sentaba mal no poder hacer nada para alegrar lo. Pero venga, que si. Que si podía. Luego reí para mí.

- No vuelvas a decir eso. No es tu culpa. Son sus propias consecuencias. En el fondo sabes que fue un buen padre y él al terminar su tiempo habrá aprendido la lección. Y quizá siempre y cuando tú quieras, puedo acompañarte a visitarlo. ¿Vale?

Leo sonrió, aún con la cabeza agachada.
Tomé su mejilla para levantar su cabeza y me pudiese mirar a los ojos.

- Te amo, Dan. - Dijo el adelantándose.

Y lo bese sin más. Mientras lo besaba lo tomaba del cuello para acercarlo aún más.

- No podemos faltar. - Me dijo.  Con sus mejillas rojas.

Nos fuimos directo a la escuela...

Habíamos cumplido lo que habíamos prometido. Ignorarlos.

Estábamos en la hora de desayuno. Mientras yo comía mi sándwich tostado con Nutella que leo me había llevado. Leo se encontraba en la máquina de refrescos una vez más.

- Adivina... ¿Qué pasó anoche? - Dijo Evan. Misterioso.
- ¿Si tiene algo que ver con Chris, José o Anzel? Ni me digas. Conteste firme.
- Hmmm... Pero tienes que saberlo.
- No.
- ¿Saber qué? - Dijo Leo al llegar con dos sodas.
- Val está embarazada.- Dijo Evan sin más.

Escupí la soda que ya había tomado.

- ¿Cómo? ¿Chris y ella andan? - Pregunto leo curioso.
- Si, me contó todo Gis.
- Bueno pues. Eso es asunto de ellos. Cambiemos el tema. ¿Si? Dijo Leo irritado.
- Ok. Contesto Evan.

Mejor Juntos [COMPLETA] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora