Capítulo 2: ¡Estás loca!

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Hoy empiezan las vacaciones así que no tenemos que seguir en el campus, Holland empaca todas sus cosas, porque ella a diferencia de mí, no regresará aquí. Yo solo empaco algo de ropa y mis cosas de higiene personal.

Voy por ella a su casa de fraternidad como a las 3 de la tarde. La ayudo a subir tooooooodas sus maletas a la cajuela, que por cierto casi no caben.

Aún no comemos así que antes de salir a la carretera hacemos una parada en un pequeño restaurante de comida china.

-No estaré el próximo año, pero más te vale que estudies mucho. –trata de acomodar los palillos chinos en su mano pero no puede. Trato de no reírme porque se desespera y mejor come con la un tenedor.

-¿Y no nos veremos más que en vacaciones? –no, no, no. Me niego a eso. Necesito una dosis de chica pelirroja con ojos hermosos y labios rojos.

-Bueno, no quería decírtelo todavía, pero mandé mi curriculum a varias escuelas de aquí. Tengo la esperanza de que me llamen de alguna. Así podremos estar cerca y vernos aunque sea los fines de semana.

-Te hablarán, ya verás.

Si consigue empleo en Denver sería un regalo de todos los dioses. ¡No soportaría no ver a Holland! Ustedes no lo saben, bueno nadie lo sabe pero cuando terminamos… siempre estaba ahí observándola. Algo así como un acosador, ¡pero es que no podía estar sin saber de ella! sin saber cómo la estaba pasando, si estaba igual de deprimida que yo (lo cuál esperaba que no porque lo único que yo quería era que ella fuera feliz).

Pero eso ya es historia del pasado. Ahora estamos bien.
Volvemos al auto y a nuestro camino de regreso a Lake City.

Mi papá va a matarme. Durante todo el año estuve ignorando sus llamadas y mensajes preguntando cuándo era la graduación. Va a colgarme cuando sepa que no me gradué sino hasta el siguiente año.

Creo que más que asesinarme, va a quedar un poco decepcionado.
Llevamos casi 5 horas en la carretera, hemos tratado de no parar para nada pero tenemos que hacerlo para orinar en una gasolinera y comprar papitas.

A las 8.30 comienza a oscurecer, Holland va cantando la música que se escucha en el estéreo.

-¿Sabes que falta que hagamos juntos? –dice.

-¿Qué?

-¡Ir a un concierto! Estaba en nuestros planes cuando teníamos 15.

-¡Cierto! ¡Iremos alguno de estos días!

También necesitamos que aprendas a manejar bien.

-¡Ya me enseñaste!

-Eres un peligro al volante. –me burlo de ella. –no quiero ver en las noticias “Maestra de preescolar atropella a viejito en la carretera”

-¿Y por qué a un viejito? –se ríe. –¿Por qué no a un vándalo?

-El punto es que debes mejorar.

-De acuerdo. Tenemos todo el verano. –besa mi mejilla y sigue cantando.

Unas luces rojas y azules se acercan a nosotros. Miro por el retrovisor y el policía que viene detrás de nosotros me hace señas para que me detenga. Holland apaga la música y se acomoda el cinturón.

-¿Ahora qué? –me detengo en la orilla de la carretera y abro la ventana cuando el policía se para a un lado del choche.

-¿Sabe que tiene una luz trasera descompuesta?

-Ahora lo sé. Lo siento. –digo.

-Necesito tu licencia y registro. –me dice con voz autoritaria. Saco mi cartera de la bolsa de mi pantalón trasero. –¿puedes pasarme el registro que está en la guantera? –le pido a Holland.

Le entrego la licencia al policía y mientras la checa, Holland me pasa el registro del auto.

-Ok, todo en orden. ¿Para dónde van?

-Lake City, no falta mucho.

-Bien, con cuidado. –asiente y se va.
Le paso los papeles a Holly y ella los mete en la guantera. Ya no prende el estéreo y de repente está muy tranquila y callada, solo mirando por la ventana

-¿Ya no pondrás el estéreo?

Responde con un “mhm” de “no”.

La dejo que esté en silencio por un rato y espero a que ella comience a hablar pero no lo hace. Ni pone el radio ni dice nada.

-Ok, ¿qué pasa?

-Nada. ¿Ya casi llegamos? –dice en tono muy cortante.

De verdad no sé qué la hizo cambiar de actitud. Antes de que nos detuviera el policía estaba muy feliz.

-Holly, dime qué está pasando.

-¿De qué o qué?

-¿Por qué te quedaste tan seria de repente? –pregunto sin mirarla. La carretera está muy oscura y no quiero despegar la vista del camino.

-Por nada.

-¿Estás segura?

-Ok. ¿Quieres saber qué pasa? –se ríe irónicamente. Abre la guantera y saca dos bolsas con droga.

Mierda.

-¡Esto pasa! –me las lanza y aterrizan en mi regazo.

Bajo la velocidad para orillarme pero acelero de nuevo cuando veo la intención de Holland.

-Detente, voy a bajarme.

-¿Estás loca? Estamos en medio de la nada y es de noche… y  ni siquiera me has dejado explicarte…

-¿Qué mierda vas a explicar? ¿Qué eres un maldito mentiroso? Según tú no te has metido nada en semanas, y de repente encuentro esta porquería en tu auto! –Grita y creo que está llorando. –Detente, voy a caminar.

-No lo haré, no voy a dejarte aquí…

-Lo prefiero a estar con un mentiroso idiota. –se le corta la voz y compruebo que está llorando.

-No soy un mentiroso, Holly. Me costó dejar todo eso pero ya no me drogo. No sé qué estaba haciendo eso ahí pero no es mío y definitivamente no lo puse yo ahí.

-Pues no apareció ahí mágicamente, ¿Verdad? ¡Detente o me bajo así! –quita el seguro de la puerta e intenta abrirla.

-¡Holland!  -suelto el volante con una mano para tratar de cerrar la puerta.

Definitivamente no voy a detenerme. –Espera que lleguemos al pueblo y hablamos, ya casi llegamos.

-Por eso, voy a caminar.

Entre los dos estamos jaloneándonos, ella para salir del auto en marcha y yo para tratar de cerrar la puerta.

Está mal si cree que se va a bajar. No creo que lo haga con el auto en marcha y solamente está abriendo la puerta para asustarme pero es peligroso que lleve la puerta abierta!

-¡Basta Holland! ¡Estás loca!

-¡Y tú eres un idiota mentiroso! –lleva un pie fuera. La jaloneo junto con la puerta logrando que se cierre y lo último que escucho es un “¡Cuidado!” De ella y lo último que veo son un par de luces al frente.

😱😱😱😱😱

Remember Me (Fixes Me II) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora