Capítulo 20: Soy muy cariñoso.

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Dylan

Su pecho se hincha en un suspiro. Aprieta mi mano y se acerca un poco más a mí. Como si fuera a decirme un secreto.

-Me da miedo  lo que me haces sentir. –la escucho decir en voz baja pero lo suficientemente alto para que la escuche.

Quiero preguntarle qué es lo que le hago sentir pero en ese momento llegan Allison y Isaac.

Holland aparta su mano de la mía mirando incómoda hacia nuestros amigos. Ellos se dan cuenta que el ambiente se puso medio extraño pero no dicen nada.

Comienza a sonar ahora música muy fuerte para que la gente baile. Holland empieza a mover mucho sus manos debajo de la mesa y sus piernas, ansiosa y creo que un poco desesperada.

Pienso que porque hay mucha gente y se siente asfixiada.

-nosotros iremos a bailar. ¿Vienen? –pregunta Allison.

Holland niega con su cabeza, nos quedamos solos de nuevo...

-voy a salir a... tomar un poco de aire. –dice y se levanta sin mirarme. La veo desaparecer entre la multitud de gente.

Me estoy debatiendo entre ir detrás de ella o darle espacio.
Han pasado algunos minutos y ella no regresa.

Allison y Isaac desde donde están bailando me dicen con señas que vaya a buscarla.
Me pongo de pie y me voy en busca de Holland. Salgo del bar y hay un tipo que está hablándole muy insistente al parecer.

Holly tiene una sonrisa incómoda y niega con su cabeza a todo lo que él dice.

-Aquí estás. –paso mi brazo por los hombros de Holland y la acerco a mí. -¿Qué onda? –miro al tipo que me barre con la mirada.

-Nada, solo estaba haciéndole un poco de plática. –se encoje de hombros. -¡Nos vemos! –el tipo se larga.

-Gracias. Creo que no fue muy buena idea venir aquí afuera sola. –se mueve y se sitúa frente a mí a una distancia cómoda para ella pero dolorosa para mí.

-¿Te abrumó tanta gente?

-Si, bueno siempre he tenido un poco de conflicto con los lugares cerrados.

-¿Cómo claustrofobia? –pregunto.

Ahora sé bien que es claustrofóbica.
No lo sabía el día que la deje encerrada en el baño de la escuela. Pensé que solamente lo decía para que la dejara salir y así ella pudiera golpearme o gritarme majaderías pero al ver como lloró después de que se encontró conmigo en la salida, me di cuenta de que era verdad.

Debí haberlo sabido. Fuimos amigos antes de volvernos enemigos y ese tipo de cosas debería de saberlas tu mejor amigo, ¿no?

-Sip. Necesitaba aire.

Nos recargamos los dos en una pequeña barda que está afuera del bar.
Nos quedamos en silencio solo escuchando la música que proviene del bar y el ruido de coches, ambulancias, ruido de la ciudad en general, hasta que me atrevo a hablar...

-Así que... ¿me dirás que es lo que te hago sentir?

Rayos. Sé que hago mal porque estoy haciendo que haga algo que yo odio que hagan pero no puedo evitar acercarme a ella. necesito besarla.

Su vista se posa en mis labios y ella muerde su labio inferior.

-No lo sé... creo que es algo nuevo... no lo he sentido antes. –me mira.

-Tal vez si lo has sentido pero... no lo recuerdas. –me aventuro a tomar de nuevo su mano. Lo hago y mi corazón como que baila cuando ella no se aparta. -¿Qué hay del papá de tu hijo? ¿No te sentías  diferente con él? Diferente a tu prometido, me refiero.

-¿Te cuento algo pero prometes no juzgarme?

-Jamás lo haría.

-Bueno... no vayas a pensar que soy de esas mujeres que les gusta acostarse con muchos hombres, pero en realidad no recuerdo quién es el papá de mi hijo. No recuerdo nada sobre él... no recuerdo haber salido con nadie en la universidad, Alex era compañero ahí y tampoco sabe de alguien con quien yo estuviera saliendo. Lo que creo es que... el día de mi graduación me emborraché y me acosté con alguien que no puedo recordar.  Ni siquiera recuerdo mi graduación. –dice frustrada.

-No creo que te hayas emborrachado. –digo. –a lo mejor solo no lo recuerdas como efecto secundario de tu accidente. Puede que haya sido alguien especial para ti y que tú fueras alguien especial para él.

-Lo dudo. Me habría buscado.

-Me dijiste que no eres de San Diego. Que tus padres te trajeron aquí para buscar un especialista. ¿Y si él no se enteró de nada? Puede que haya creído que un día tú decidiste dejarlo y solamente desaparecer y por eso no te buscó.

Holland asiente quizás pensando que tengo razón. Lo cual es cierto.

-Bueno, no importa. Si existe esa persona no lo recuerdo y no hay nada que pueda hacer.

Levanto su mano aun entrelazada con la mía y le doy un beso en el dorso de ésta. Ella me sonríe tiernamente y después mira hacia el suelo con sus mejillas rosadas.

Llevo mi mano libre hacia su barbilla y la hago que me mire. Nos quedamos así pocos segundos, ella no se aparta, no me dice que la suelte ni nada así que me acerco lentamente.

Cierra sus ojos cuando su nariz roza con la mía y antes de que pueda besarla, voltea el rostro y le beso la mejilla.

-Lo siento... -esconde su rostro en mi pecho. –lo siento, lo siento, lo siento. –su voz se escucha muy baja porque choca con mi pecho.

-Hey... -pongo mis manos en sus mejillas y me mira avergonzada. –No pasa nada.

-Estoy mal, ¿no? Estoy jugando contigo, jugando con Alex... conmigo... ¡Está mal! ¡Estoy súper, súper mal! –habla un poco desesperada pero se ve un poquito graciosa.

-Tranquila...

-Pensarás que soy una infiel... ¡Sabes que estoy mal! –intenta alejarse pero la tomo de las manos.

-No, no, no. No nos hemos besado todavía. No has hecho nada malo.

-Estás tomándome de las manos y yo estoy permitiéndotelo.

-Holly... -hablo más bajo para que se calme y porque voy a decir algo seriamente. –Sé que no lo amas, se te nota. Se ve que te sientes incómoda con él.  Escucha... si quieres que me aleje de ti para no confundirte más... sólo dímelo. Lo entenderé...

-No. –dice de repente.

-¿No?

-No.

-Ok, ahora dime una cosa... -hago una pausa. -¿te gusto?

Holland no dice nada, solamente se queda mirándome y mordiendo su labio rojo.

-Sé que no tengo el súper gran sueldo de Alex y que probablemente nunca voy a ofrecerte los lujos que seguro él te ofrece pero... soy muy cariñoso.

Suelta una risa nasal.

-Créeme que yo haría todo por hacerte feliz, Holly. Nunca voy a poner al trabajo antes que a ti, siempre que quieras estar conmigo estaré ahí. Si quieres tiempo para ti sola, te lo daré. Será más sencillo hacerte cargo de Dylan porque yo te ayudaría con gusto. Los tres nos divertiríamos mucho juntos.

-Mi hijo te adora, no entiendo como lo hiciste.

-Soy simpático de nacimiento. –me encojo de hombros. -¿pero qué hay de ti? ¿Te gusto?

-Creo que... un poco. –pone los ojos en blanco y aprieta mis manos. -Si, me gustas. ¿A quién no? Eres muy lindo. –parece que ya no está tan nerviosa y que ya entró un poco más en confianza.

-Me sentiría mejor si dijeras que soy guapo. "Lindo" es como cuando dices que un cachorro es lindo o como cuando tu mamá te lo dice a los 6 años.

Comienza a reírse y asiente. –Es que es la verdad. Eres muy lindo, muy tierno, y si... guapo.

-Te olvidaste de que me veo muy bien sin camiseta y que soy sexy.

Niega con su cabeza riendo.

-¡Te encantó verme sin camiseta en la playa! ¡Vi cómo me mirabas!

-¡En tus sueños solamente!

-¡En los tuyos también! –Respondo. –Seguro que sueñas conmigo todas las noches.

Niega con la cabeza divertida. Me gusta ponerla nerviosa. Sus mejillas se ponen más rosadas y su sonrisa de nervios la hace ver preciosa.

-Escucha, no voy a presionarte. –digo de pronto. -Tu sabes como debes vivir tu vida, tu sabrás escoger quien es mejor para ti. ¿De acuerdo?  Tómate tu tiempo para decidir las cosas. Decidas lo que decidas, yo estaré aquí para brindarte mi amistad o algo más.

Holland asiente –mejor volvamos adentro.

Entramos de nuevo al bar y cuando nos acercamos a nuestra mesa me suelta la mano.


Remember Me (Fixes Me II) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora