EPÍLOGO

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Epílogo dedicado a Ale Peña. Gracias por todo tu apoyo desde que empecé mi viaje como autora ♥

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EPÍLOGO

—Deberíamos tener «empleado del mes» —propone Mónica.

Daniel lo descarta.

—Se lo propuse a papá y dijo que no. Duda que promover la competencia sirva.

—Y yo siempre ganaría —añado recibiendo automáticamente una mirada escéptica de Daniel—. Soy el más eficiente.

—En esta oficina —defiende señalando mis sillas, escritorio, ordenador y demás cosas. Llevamos reunidos aquí dos horas.

—Recursos Humanos y tus salidas temprano por ir a ver pronto a Carolina no opinan lo mismo —devuelvo—. Lo mismo Mónica.

Mónica mira con humor a su hermano:

—¿Ves? Se enorgullece de ser quien menos vida social tiene.

—Eso no es cierto —Trato de no mostrarme tan avergonzado—, Capitán Pantaletas y yo salimos a caminar todos los días.

—Armando, eso suena triste.

—Es lo que hay.

El perro y yo buscamos la ayuda de un profesional. De ese modo, tras seis semanas de rehabilitación con Cesar Millán, aprendimos a no gruñirnos, respetar jerarquías, comprendernos mejor el uno al otro y darnos nuestro espacio.

«Demuéstrale que tú eres el que manda, Armando»

Terminé comprándole una tiara más grande.

Nos mudamos a Ontiva.

Estaba dispuesto a quedarme en Deya por Benja, pero resultó que los padres de Aylin finalmente se divorciaron y la mamá, para independizarse, montó una sucursal del restaurante aquí en la ciudad y Aylin se mudó con ella.

A Benjamín le hizo bien cambiar de ambiente. Cuando no está haciendo tarea, grabando vídeos o sale con Aylin, jugamos videojuegos; vemos películas, cocinamos y hasta nos anoté en el gimnasio. Él lo abandonó a las pocas semanas, tremendo vago, pero yo soy constante.

Sobre el asunto de Instagram, recibí una disculpa firmada por la editora en jefe de Mujeres Somos y lo filmado por Doble cara nunca salió al aire. Aun así, me di a la tarea de escribir personalmente una disculpa a cada una de las chicas. El 60% lo tomó bien, pero por el restante sigo yendo a terapia...

Terapia. Lo mejor es darte tiempo. Salgo con amigos, los de siempre y nuevos; comencé a practicar montañismo y me anoté de nuevo en la universidad para sacar otra maestría.

Ahora también tengo mi propia cuenta de Instagram, y aunque solamente doña Bertita y sus amigas me siguen y dan Me gusta, le estoy perdiendo el miedo.

Daniel me dio una sorpresa. Por los años que llevo trabajando con su familia, y tomando en cuenta que me niego a ser competencia, me propuso ser socio. Por lo que ahora tengo mejor posición. Lo celebremos con una cena a la que asistieron amigos de la universidad y Melissa que, creo, no estoy seguro, hizo clic con uno. De no ser así no le veo sentido a que pasaran la velada encerrados en un baño.

Ahí también me reencontré con Ivanna Rojo. Sí me recuerda. No, no me quiere con ella de nuevo... Y mejor. Yo tampoco. Prefiero algo menos... apabullante. De cualquier modo no estoy forzando las cosas con nadie. Encontré una amante en la música Jazz y todas las noches la acompaño mientras leo.

Armando entre faldas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora