Me enamoré, pero no de tí. Me enamoré de lo que podríamos haber sido aquella noche, imaginar lo que podías hacerme sentir cada mañana, de los susurros al acabar de recorrer mi cuerpo, despacio, con paradas estratégicas para hacerme perder los nervios y al llegar temblar. Me enamoré de mis ganas de temblar, de prepararme para una primera cita en cada cena. Pero entonces, recordé que los besos no vienen por mucho que los pidas o los quieras o los necesites. Que mis ganas no sirven para los dos, que hacen falta las tuyas y esas no llegan, ni en coche, ni en tren, ni en 140 caracteres. Que te sabes el camino y no has vuelto.
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PoetryTe quiero para un café, dos cigarros, cien besos, mil caricias y toda la vida.