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Te lo avisé, te lo avisé desde el primer día que te ví aparecer por mi vida, te dije: "No soy increíble, pero al menos, se cuidar".
Yo que siempre había tenido la puerta cerrada, te dejé entrar aun sabiendo que me ibas a joder la vida. Pero dime quien se resiste a mirar por la mirilla, verte a tí sonriendo y no abrir. Dime quien cojones tiene tanta fuerza de voluntad.
No éramos lo que buscábamos. Tu querías una mujer de esas que van cortando respiraciones, de las que el mundo entero se da la vuelta al verlas pasar. Yo en cambio, sólo necesitaba que en medio de la multitud, te dieras la vuelta tu.
Te lo avisé, te dije: "No soy para tanto, pero puedo ser para siempre" y no debí decir eso a alguien que todavía no sabe donde se haya la eternidad. Siempre te parecía demsiado tiempo y a mí demasiado poco.
Tú buscabas quien te regalara el cielo, yo me conformaba con verte a tí volar. Lo que para mí era demasiado, para tí nunca fue lo suficiente y supongo que al final, siempre se enamoran los que necesitan amor de los que no saben darlo.

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