Me preguntas por qué te quiero mientras sonries y no encuentro palabras para decirte por qué existes.
Te respiro con la falta de quien no prueba el oxígeno, rogando que te quedes y me dejes mudarme contigo, a tu pecho, a tu desastre; eres el caos más bonito, un honor que me rompieses.
No creo en casualidades y escribo después de verte y esperaba aprendrer braille porque quería recitarte en tu piel.
Tal vez me gusta destruirme aunque me hagas caso, tal vez es una mezcla de ambos tragos. Y claro que pensaba que amortigues este daño, que Venecia es preciosa contigo y más de tu mano.
Y me callo para que hables, entonces me miras
Todo lo que creía malo en mí va y se suicida.Y espero que me beses pero temo que me encantes
Así que vuelvo a callarme, no sea acaso que la cague.
Y me pierda, quien sabe.En cualquier andén, llevo un beso en la espalda y podría recrearte en ella, la torre Eiffel.
¿Y tú aun crees que me conoces?
Que te enseñe mi cara buena no implica que aún no quede por ver.Piensas que me iría después de todo esto, si la pena de vivir cariño, es que no lo hace eterno.
Volver a escribir en cuanto acabe con las rayas, las que se ninfan no, las que al llorar se corren con la manga.
Tu que decías que es un tercio de tu vida y yo buscando completar lo que quedaba con la mía.
Que yo ya paso de creer en esas ruinas, cualquier ciudad que pises debería ser eterna.
Échame las culpas, le dí plantón a las musas para atarme a tu mente convatiba, a tu locura.
La paciencia es la virtud de lo oprimido, ¿Qué es poesía? preguntaba Becker y entonces te miro.
Y el frío vuelve a mi en forma de karma y ahora sigo con la esperanza de que aun vuelva a amar.
Así que tirito y me acoges en tu invierno y apesar de la hipotermia quiero diciembres contigo.Que pena no inmolarnos, mi futuro esta vendido. El pasado no es excusa ni el presente justifico.
Pero esperaba algo mas de esta jodida esfera, o es que el problema soy yo que no estoy hecha para ella.
Así que pillo tu cuerpo por bandera que me alivie, que las heridas de esta guerra no hay Dios que las cicatrice.
Ya se hace ameno esto de hecharte tanto en falta, que cualquier lugar de tu mano es estar en casa.
Que por lo menos quedas tú y mis letras, pensaba, aunque de la primera no tengo certeza, por desgracia.
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Volver
PoetryTe quiero para un café, dos cigarros, cien besos, mil caricias y toda la vida.