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Y cuando sientas que te crujen las costillas
por esas hostias a destiempo que da la vida,
te curaré con saliva.
Olvídate de los tiroteos,
que lo único que suena aquí a bala
es mi lengua chasqueando en tu boca.

Y todo esto,
sin pedirte nada a cambio.

Ahora que fijo la vista en la pantalla,
van 2-1,
ganando tu equipo.
A ver si apuestas por mi
de una vez por todas,
y ganamos los dos
de una puta vez.

No te pido nada más,
que apuestes por mí.

Y te olvides del resto.

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